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jueves, 18 de mayo de 2017

Entradas en azul. Mi gatito es el más bestia.

 
Mi gatito es el más bestia
por Sandra Martínez Sánchez

Bachelet, Gilles (2006). Mi gatito es el más bestia. Barcelona: Serres  

Este álbum ilustrado presenta desde la primera hasta la última página una contradicción entre el código escrito y el código visual. Un narrador en primera persona describe la vida con su mascota a lo largo del libro. Narra todas estas aventuras y peripecias que hace su gatito, el cual siempre es reconocido como un elefante por los lectores, lo que aporta un tono humorístico e irónico al álbum.

Es un libro que bien seguro causa sorpresa a cualquier lector que lo tiene en sus manos por primera vez. Capta la atención y el interés desde el comienzo debido a la doble lectura que ofrece ya en la portada, en la cual encontramos el título de esta obra, Mi gatito es el más bestia, junto a la imagen de un enorme elefante en una cama de gatito minúscula para su tamaño.
Esta contradicción continúa a lo largo de toda la obra, donde se van relatando múltiples peripecias relacionadas con la mascota del narrador a través de unas ilustraciones de carácter realista y que junto con el texto, convierten al protagonista en un animal tierno y entrañable a ojos del lector.
Este tipo de álbum en el que el código escrito se contradice con el código visual genera en los niños numerosas preguntas. De esta manera, en mi opinión, conseguimos que los más pequeños permanezcan atentos durante la narración, siempre a la espera de que se resuelva dicha discordancia entre ambos códigos de lectura.
En cuanto a las ilustraciones del libro aparecen claramente definidas debido al realismo que poseen. Así, complementan las acciones que explica el narrador y presentan la contradicción del gatito con el elefante. Además, introducen varias referencias artísticas al final de la obra que nos dan mucho juego para trabajar el arte a partir de este álbum ilustrado. Al final de la historia se muestran diversos cuadros del dueño del gato tratando de pintar a su mascota y lo triste que se encuentra tras no conseguir vender ninguno. Vemos como las pinturas tienen semejanzas a autores como Magritte, Dalí o Botticelli, lo que nos da la posibilidad de trabajar el intertexto lector del alumnado durante las horas de plástica. Así mismo, la cohesión entre texto e imagen confiere a la historia un tono divertido y aporta agilidad y dinamismo a la lectura, dando lugar a escenas divertidas que provocarán la risa de los lectores más pequeños.


De esta manera, Mi gatito es el más bestia ofrece una lectura distendida con escenas hilarantes y toques de ironía a través de frases ocurrentes e ilustraciones que nos hacen dudar sobre la verdadera apariencia de la mascota del narrador. Además, contribuye a la formación del lector literario, debido a la doble lectura que ofrece y que favorece el pensamiento crítico, el acto de pensar; el trabajo del intertexto lector desde edades tempranas y la competencia literaria, lo que lo convierte en un libro de obligada lectura. 

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