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lunes, 12 de junio de 2017

Entradas en azul. Voces en el parque.

Voces en el parque
por Sandra Martínez Sánchez

Browne, Anthony.(1999). Voces en el parque. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.

Voces en el parque de Anthony Browne es ya un clásico entre los álbumes ilustrados por las múltiples líneas de lectura que ofrece. Solamente la portada ya merece una mención especial, pues aparece el título con diferentes tipografías en la palabra voces y un parque con una niña y un niño hablando. Si hemos leído algo más de este autor sabremos que este cambio de letra no es aleatorio, sino que tendrá una carga significativa en la historia. A esta suposición, al abrir el libro y tras pasar las guardas, se le añade otra, y es el sombrero que nos muestra el autor antes de empezar el libro. En efecto, al comenzar la lectura nos damos cuenta que todo tiene un sentido, pues vemos que las letras de voces significan las distintas personas que contarán la historia y que el sombrero pertenece a la primera voz, la madre de Carlos.

De esta manera, comenzamos una lectura sobre una tranquila tarde en el parque pero narrada por distintos protagonistas que nos muestran las múltiples perspectivas de una situación según la forma con la que la afrontamos. Así, se nos presenta a la madre de Carlos, una señora con bastantes prejuicios y temerosa de todo lo que le rodea; al padre de Mancha, un hombre en paro y alicaído por su situación actual; a Carlos, un niño tímido y atemorizado por su madre, quien ejerce un constante control sobre él; y por último, a Mancha, una niña alegre y positiva, que trata de ver lo mejor de las cosas y disfrutar de su día en el parque.

Es necesario y casi obligatorio comentar las ilustraciones de este álbum ilustrado. Como ya he señalado al principio, solo en el título ya vemos la información que pueden ofrecernos las imágenes. Si estudiamos las ilustraciones que aparecen en cada voz, nos damos cuenta de que en cada una de ellas predomina una estación del año distinta, lo que hace referencia al estado anímico de los personajes de la historia. Además de esto, podemos ver como la madre de Carlos está presente, no solo en su voz, sino en todas las demás exceptuando la del padre de Mancha. Aunque no aparezca representada, Carlos siempre la nota cerca y muy presente en todas sus acciones. Así, su madre aparece en las farolas, las nubes, las sombras que se ciernen sobre él…pues todas tienen la silueta del inconfundible sombrero rojo que lleva su madre a todas partes, lo que lo convierte en un niño temeroso y retraído.

A todas estas aportaciones, hay que sumarle la presencia del intertexto lector. Anthony Browne realiza varios juegos intertextuales a lo largo de toda la obra que nos llevan a realizar inferencias como es el caso de la fuente que se muestra en el parque, la cual nos recuerda inevitablemente a La fuente de Neptuno de Giambologna o a la presencia de una silueta que evoca a Mary Poppins. Por tanto, la presencia del intertexto lector en esta obra es notable, ya que está plagada de referencias para el lector,  para aquel que posea un bagaje cultural apropiado que le permita realizar todas las inferencias que ofrece la lectura. Un claro ejemplo es el regreso a casa desde la perspectiva del padre de Mancha. En este momento el señor vuelve más animado junto a su hija y los cuadros de la Mona Lisa y El caballero sonriente que se veían antes en dirección al parque son ahora personas que bailan alegres, al igual que el Papa Noel que pedía limosna al principio de la tarde. Además, al fondo de la ilustración vemos la silueta de un gorila que nos recuerda a King Kong sobre un edificio iluminado con luces de colores. Todos estos juegos intertextuales que Anthony Browne incluye con gran maestría nos transmiten la sensación de felicidad y alegría a pesar de las dificultades que atraviesa esta familia.

Por tanto, a través de las distintas perspectivas que ofrece el libro, plasmadas con una intencionalidad clara en cada una de ellas, se nos presenta una historia sobre los prejuicios y las clases sociales, sobre la importancia de no dejarse guiar por las apariencias y lo que es más importante, sobre la esperanza y el optimismo con el que hacemos frente a nuestras situaciones cotidianas.

Anthony Browne nos demuestra a través de este álbum ilustrado que la felicidad no depende del dinero que tengas. Una muestra clara de ello son los adultos de la historia, pues la mujer a pesar de vivir en una enorme casa parece ser mucha más infeliz que el hombre que vive en un barrio pobre y pertenece a una clase social inferior. Pues muchas veces es más feliz el que menos tiene, ya que disfruta de las pequeñas cosas de la vida, que son, en definitiva, las que nos hacen felices. Por tanto, Voces en el parque, es a mi parecer, un libro de obligada lectura.

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