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lunes, 19 de abril de 2021

Entradas en azul. Peter Sís. Madlenka. Ekaré

 

Título: Madlenka

Autor e ilustrador: Peter Sís

Traducción: Carmen Diana Dearden

Editorial: Ekaré

Año: 2018. Ed. Original: 2000

Páginas: 44

Encuadernación y formato: 25,5 x 25,5 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Después de Mvsevm de Javier Sáez Castán y Manuel Marsol, quería conectar el formato cuadrado y significación metaficcional con el de Madlenka de Peter Sís (1949). Es un juego de conexiones que aportan una narrativa interna al blog, pero tampoco es necesaria. El objetivo siempre es destacar obras de calidad literaria ya sea por su texto, imagen y/o formato. Con Madlenka se aseguran los tres aspectos y ese ya es motivo suficiente para recomendar un álbum sensacional de principio a fin, desde la portada hasta su cierre. Ganador del Premio Andersen en 2012, Madlenka es un artefacto que busca la significación desde todos los niveles para narrar la historia cotidiana de una niña que descubre que se le mueve un diente. Desde la portada que emplea en el centro un espacio para que se vea a la protagonista encuadrada en el punto central desde el barrio en contrapicado. Un barrio cuadrado, la cara de Madlenka enfocada en un cuadro. No es por continuar con el juego de conexiones entre reseñas, pero Peter Sís también tiene una conexión con el mundo cinematográfico y con diferentes cortos animados a sus espaldas como este de sus inicios Hlavy (1979).


Esta conexión cinematográfica se debe al uso de la aproximación desde el espacio exterior del planeta Tierra que en cada secuencia se aproxima hasta un lugar concreto, Nueva York, el plano de la ciudad, los bloques de edificios, un barrio y una ventana: allí, conoceremos a Madlenka. Esa aproximación previa hasta el barrio y la protagonista, se hace desde una perspectiva omnisciente y típica de las fórmulas de inicio de los cuentos tradicionales, pese a que en este caso, el lugar no es un espacio indeterminado: es una localización concreta. Ese primer despliegue visual (como también lo repetirá en El muro para mostrar Praga) incita al lector a sumergirse en esa historia de una forma metafórica preciosa: la inmensidad del universo, el planeta visto como un punto diminuto que se expande a cada ampliación del foco y que en un recóndito barrio perdido en esa inmensidad se ubica una niña, con una pequeña historia cotidiana: ha descubierto que ha crecido, ya se le mueve un diente. Y, esa pequeña historia, se expandirá a través de sus ganas de compartirlo con todo su mundo: su barrio. En ese juego de punto de vista, se produce otro hermoso no menos significativo: el punto en el que nosotros percibimos esa entrada al mundo tiene un destino, su mirada que nos interpela, nos llama la atención y demanda que escuchemos esa historia. No solo su barrio, tú estás interpelado por su mirada a descubrir su mundo.


De la misma manera que el encuadre y la forma cuadrada busca significar el objeto literario, el texto se dispone rodeando esos encuadres ilustrados. Las perspectivas y los ángulos buscan el juego de la percepción de puntos de vista cenital y contrapicado en la manera en que se representan los edificios: un mosaico que envuelve y que, a partir de tonos ocres, los fondos de acuarela y el puntillismo comienzan su activación cuando ella les interpela a viva voz que tiene un diente suelto para, finalmente, envolverla. En ese recorrido, el color será el indicador de dónde se dirige Madlenka y, de esta manera, cobrará vida.




Con dos planos diferenciados para la narración en las ilustraciones de cinco interacciones (a la izquierda Madlenka, a la derecha la del vecino que está en su establecimiento) observamos a Madlenka en el centro de un plano de su barrio y un texto que la envuelve (se emplean las mayúsculas, recursos pictográficos para transfocalizar la narración al uso de la primera persona: su voz con un texto que se convierte en el que ella está acostumbrada a leer). Ese centro tiene importancia para el paso de página, en el que Madlenka aparecerá justo en el hueco que ese cuadrado deja en el establecimiento del señor Gaston, el señor Singh, Eduardo o su amiga Cleopatra. Cada persona que se encuentra en su aventura por el barrio de una procedencia diferente (en los establecimientos se encuentran detalles de su procedencia además del texto como los colores de la bandera de Francia, el mapa de Italia,…) que le da los buenos días en su idioma.


Ese centro que ocupa Madlenka se revelará en el paso de página como la ventana a la cultura de cada personaje de su barrio: Francia, India, Italia, Alemania, Egipto y América Latina. Sus elementos fantásticos procedentes de la tradición oral y sus iconos culturales en un juego intertextual con El gato con botas o El principito, el bosque de los Grimm o Pedro Melenas, monumentos arquitectónicos y tantos otros elementos que se suceden y que en el texto sus representaciones nos dan pista para jugar al busca y encuentra en esas ilustraciones a doble página. También, esto señala el carácter intercultural de la narración y tantos otros aspectos hacen que autores como Sipe & McGuire (2006), Zipes (2009), Quintero (2010) o Durán & Bosch (2011) se fijen en elementos dispares en sus publicaciones. Esta representación y viaje por lugares oníricos y distantes me recuerda a Ben’s Dream (1982) de Chris van Allsburg, esta vez con monumentos alrededor del mundo con un protagonista que soñará con la Estatua de la Libertad, el Big Ben, las Pirámides de Egipto, el Monte Rushmore o La Muralla China. En ambos, el mapa al final del álbum nos señalará estos destinos en los que la imaginación navega en relatos atemporales.


Un viaje por el tiempo y la historia en un espacio tan reducido como el del barrio. Una historia pequeña perdida en un mundo inmenso en el que nos desvanecemos de nuevo en su final. Madlenka ha crecido y nosotros, como lectores, tan solo estamos agradecidos a que ese foco haya llegado hasta su mirada con la misma que se despide de su feliz historia cotidiana no exenta de una pequeña tensión final también cotidiana (perder la noción del tiempo). Un álbum especial, como su autor y la imaginación en la infancia.

Fran Martínez

Twitter

 

Web de la editorial:

http://www.ekare.com/ekare/madlenka/

Instagram

https://www.instagram.com/peter.sis.art

Referencias

Duran, T., & Bosch, E. (2011). Before and After the Picturebook Frame: a typology of endpapers. New Review of Children's Literature and Librarianship17(2), 122-143.

Quintero, E. P. (2010). Something to say: Children learning through story. Early Education and Development21(3), 372-391.

Sipe, L. R., & McGuire, C. E. (2006). Picturebook endpapers: Resources for literary and aesthetic interpretation. Children's Literature in Education37(4), 291-304.

Zipes, J. (2009). Why fantasy matters too much. The Journal of Aesthetic Education43(2), 77-91.


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