jueves, 4 de junio de 2015

Entradas en azul. El monstruo de colores



El monstruo de colores
por Elena Benítez Zorita

Llenas, Ana, (2012). El monstruo de colores, Flamboyant. 

 ¿Cuántas veces nos encontramos extraños, raros, angustiados, nerviosos, excitados, ansiosos, emocionados… sin saber el por qué? Esto de saber lo que sentimos, identificar nuestras emociones, que tan difícil es para nosotros, es aún más complicado para las niñas y los niños. Con este cuento podremos ayudarlos a “poner nombre” a esa sensación que experimentan y que no saben definir o explicar. 
 Esta preciosa historia nos presenta a un monstruo que, de la mano de su amiga, va a descubrir que cada emoción tiene unas características y un color que la representa, por ejemplo, el rojo es la rabia; el azul, la tristeza; el verde, la calma; el amarillo, la alegría y el negro, el miedo.
Los más pequeños podrán ir introduciéndose en el conocimiento de las emociones con la finalidad de poder identificar sus propios sentimientos y los de los demás. Además, de manera subliminal contemplarán una bonita historia de amistad que se basa en la ayuda al otro cuando nos necesita, cuando un amigo se encuentra mal y no sabe qué le pasa, qué necesita, qué quiere… es entonces cuando debemos ayudarle, es entonces cuando debemos guiarle en su camino.
Las imágenes, por su parte, son geniales. No son preciosas pero sí muy divertidas y coloridas, y tan alusivas al texto que sólo con verlas se puede interpretar el sentido de la historia que narra. Por ello, es un cuento estupendo para trabajar la interpretación de la imagen con los pequeños, por ejemplo haciendo una actividad de pre-narración que consista en observar detenidamente la portada y elaborar hipótesis sobre el argumento del cuento. Tras la narración del mismo se comprobarán las hipótesis y los resultados serán sorprendentes al descubrir la gran capacidad de imaginación que tienen nuestras niñas-os.
Por otra parte, es una obra que se presta mucho para la dramatización con las niñas-os de 3 a 6 años ya que los personajes son sencillos y la historia es bastante lineal. Por ello una buena actividad post-narración es elaborar caretas o marionetas de los personajes y dramatizarlo.
Como actividad final de este conjunto de actividades sobre animación a la lectura podemos elaborar un mural en clase que contenga los colores y las emociones vistas en el cuento con expresiones faciales que las representen. De esta manera, tendremos muy presentes dos cosas: por un lado, el cuento y todo lo que representa (fomentando el desarrollo del intertexto lector) y, por otro lado. las emociones básicas que tan necesario es que identifiquen los niños-as para ir iniciándose en la gestión de las emociones, propia de la Inteligencia Emocional que pretendemos que nuestras alumnas-os desarrollen hoy en día.

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