martes, 19 de julio de 2016

Entradas en azul. Mar de sábanas


Mar de sábanas
por Pilar Aparicio Flores
  
Pablo Pérez (escritor) y Pablo Auladell (il.) (2003). Mar de sábanas. Anaya

Este relato, contado en primera persona, muestra el pensamiento de un niño bajo su mundo de fantasía donde no existen las pesadillas, contemplando las oportunidades y capacidades de un mar secreto e imaginativo. Y es, bajo este mundo ficcional, y entre sus sábanas –como espacio objetivo-, en el que esconde todo tipo de fantasía, contemplada desde un mundo real; lugar hogareño y nocturno que congrega sueños y pesadillas, y escenario físico de separación paternal, donde los más pequeños suelen aguardar todos esos miedos y tesituras noctámbulas. 

Se trata de un álbum con una introducción compensada con el desarrollo, recogiendo el peso de la obra, pero descompensada con el breve final; en el que el tiempo narrativo marca una progresión lineal, narrado en la actualidad, aunque situando el pasado en circunstancias que se definen en la narración con la ayuda de conectores como “hace mucho tiempo”, o “una vez”. 

El protagonista principal es un personaje definido con un arquetipo psicológico claro e inequívoco, donde el pequeño tiene sus sueños fantasiosos, llora cuando lo necesita, se sumerge en un mundo adulto con el reconocimiento de su propio pensamiento y el destierro de su chupete, y espera la ayuda de su padre en situaciones de desconcierto. En consecuencia, el texto vincula la ligereza imaginativa del infante con la realidad que aferra al personaje y, en muchos de los casos, al lector; con un fuerte vínculo centrado en la etapa preoperacional, recogida entre los dos y siete años, de la Teoría del desarrollo cognitivo de Piaget, donde prima el egocentrismo, con expresiones como “Son míos los mares de agua dulce […] También soy el dueño del mar que empieza en la playa. Lo comparto con mucha gente, pero es mío; así como la función simbólica, de manera que, el empapado de la cama corresponda al naufragio iluso, o el confinamiento del chupete concierna al hito del desarrollo evolutivo. Sin embargo, todo este enfoque se presencia desde la seguridad y el control del personaje, donde las pesadillas no dominan la situación y donde los monstruos huyen de ella, pese al riesgo de perderse por el camino, y en ese caso pueda contar con el afecto paterno. El autor para conseguir este vínculo crea metáforas afectivas con ejemplos como “Ninguna pesadilla conoce el camino que conduce a mi mar de sábanas”, o ”Una vez casi me descubren porque me quedó algo de humedad en el pijama […] no me preocupé demasiado porque un naufragio lo tiene cualquiera”.

Por otra parte, es posible extraer elementos intertextuales relacionados con la historia narrativa de “Hansel y Gretel”, contemplando nexos en el componente utilizado para un fin concreto: “No puedo dejar migas de pan para guiarme en el camino de vuelta. Todo el mundo sabe que flotan”. 

Con letra grande y texto escueto el autor diseña una narración profunda e intrínseca, envuelta en pletóricas ilustraciones sombrías e impenetrables pero carentes de tenebrosidad, donde la sensibilidad, ingenuidad y delicadeza de las mismas captan con claridad el mundo paralelo creado; sin dejar de lado el mundo cotidiano. De manera que, entre los barrotes dorados puedan contemplarse las olas del mar engendradas bajo las colchas. 

En síntesis, Mar de sábanas es una obra del siglo XXI, que engancha al infante a causa de su cercano vocabulario basado en el juicio y las situaciones más importantes de la niñez desde la inmersión de su propio razonamiento; con un texto breve dirigido tanto al lector como al cliente adulto, que presenta los valores más íntimos y emocionales del pensamiento humano. Y es en la cubierta de la obra donde encontramos la primera de las referencias: “Todos tenemos un mar secreto, pero no viene en los mapas. Un mar en el que habitan ilusiones y nuestros miedos; para navegar en él no hace falta saber nadar”. 

Mar de Sábanas; ganador del primer premio del “III Certamen Internacional de álbum ilustrado Ciudad de Alicante” (2003). 

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