Mar de sábanas
por Mª Pilar Aparicio Flores
Pablo Pérez (escritor) y Pablo Auladell (il.) (2003). Mar de sábanas. Anaya
Este relato, contado en primera
persona, muestra el pensamiento de un niño bajo su mundo de fantasía donde no
existen las pesadillas, contemplando las oportunidades y capacidades de un mar
secreto e imaginativo. Y es, bajo este mundo ficcional, y entre sus sábanas
–como espacio objetivo-, en el que esconde todo tipo de fantasía, contemplada desde
un mundo real; lugar hogareño y nocturno que congrega sueños y pesadillas, y
escenario físico de separación paternal, donde los más pequeños suelen aguardar
todos esos miedos y tesituras noctámbulas.
Se trata de un álbum con una
introducción compensada con el desarrollo, recogiendo el peso de la obra, pero
descompensada con el breve final; en el que el tiempo narrativo marca una
progresión lineal, narrado en la actualidad, aunque situando el pasado en
circunstancias que se definen en la narración con la ayuda de conectores como
“hace mucho tiempo”, o “una vez”.
El protagonista principal es un
personaje definido con un arquetipo psicológico claro e inequívoco, donde el
pequeño tiene sus sueños fantasiosos, llora cuando lo necesita, se sumerge en
un mundo adulto con el reconocimiento de su propio pensamiento y el destierro
de su chupete, y espera la ayuda de su padre en situaciones de desconcierto. En
consecuencia, el texto vincula la ligereza imaginativa del infante con la
realidad que aferra al personaje y, en muchos de los casos, al lector; con un
fuerte vínculo centrado en la etapa preoperacional, recogida entre los dos y
siete años, de la Teoría del desarrollo cognitivo de Piaget, donde prima el
egocentrismo, con expresiones como “Son míos los mares de agua dulce […]
También soy el dueño del mar que empieza en la playa. Lo comparto con mucha
gente, pero es mío; así como la función simbólica, de manera que, el empapado
de la cama corresponda al naufragio iluso, o el confinamiento del chupete
concierna al hito del desarrollo evolutivo. Sin embargo, todo este enfoque se
presencia desde la seguridad y el control del personaje, donde las pesadillas
no dominan la situación y donde los monstruos huyen de ella, pese al riesgo de
perderse por el camino, y en ese caso pueda contar con el afecto paterno. El
autor para conseguir este vínculo crea metáforas afectivas con ejemplos como
“Ninguna pesadilla conoce el camino que conduce a mi mar de sábanas”, o ”Una
vez casi me descubren porque me quedó algo de humedad en el pijama […] no me
preocupé demasiado porque un naufragio lo tiene cualquiera”.
Por otra parte, es posible extraer
elementos intertextuales relacionados con la historia narrativa de “Hansel y
Gretel”, contemplando nexos en el componente utilizado para un fin concreto:
“No puedo dejar migas de pan para guiarme en el camino de vuelta. Todo el mundo
sabe que flotan”.
Con letra grande y texto escueto el
autor diseña una narración profunda e intrínseca, envuelta en pletóricas
ilustraciones sombrías e impenetrables pero carentes de tenebrosidad, donde la
sensibilidad, ingenuidad y delicadeza de las mismas captan con claridad el
mundo paralelo creado; sin dejar de lado el mundo cotidiano. De manera que,
entre los barrotes dorados puedan contemplarse las olas del mar engendradas
bajo las colchas.
En síntesis, Mar de sábanas es una obra del siglo XXI, que engancha al
infante a causa de su cercano vocabulario basado en el juicio y las situaciones
más importantes de la niñez desde la inmersión de su propio razonamiento; con
un texto breve dirigido tanto al lector como al cliente adulto, que presenta
los valores más íntimos y emocionales del pensamiento humano. Y es en la
cubierta de la obra donde encontramos la primera de las referencias: “Todos
tenemos un mar secreto, pero no viene en los mapas. Un mar en el que habitan
ilusiones y nuestros miedos; para navegar en él no hace falta saber nadar”.
Mar de
Sábanas; ganador del primer premio del “III Certamen Internacional de álbum
ilustrado Ciudad de Alicante” (2003).
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