lunes, 15 de mayo de 2017

Entradas en azul. El príncipe de los Enredos.



El príncipe de los Enredos
por Sandra Martínez Sánchez

Roberto Aliaga (2009). El príncipe de los Enredos. Edelvives.

El príncipe de los Enredos es un álbum ilustrado que queda envuelto en un aire de misterio e intriga desde el primer momento que lo tenemos en las manos. El título, junto a una enorme encina que ocupa la mitad de la portada, nos hace preguntarnos sobre la historia que encontraremos en sus páginas. Pero no solo eso, una vez lo abrimos y vemos las guardas, la sensación de misterio y alerta aumenta debido al paisaje en penumbra con la figura de un siniestro cuervo, que como descubriremos durante la lectura será el principal protagonista de este libro.

El cuervo, manipulador y siniestro, aparece un buen día sobre un campo desierto con la intención clara de llegar a la enorme encina que se encontraba en mitad del espacio. Con la sencilla pregunta de ¿Es usted quien manda aquí? Y tras darse cuenta de que todos viven en armonía cumpliendo con su función, comienza a urdir su artimaña, como deja claro al decirle al tronco: O se manda o se obedece, querido tronco. Y no hay más. Es en este momento de la historia donde el lector se da cuenta de las malas intenciones del protagonista. Así, poco a poco, sin prisa y con sutileza, el cuervo comienza su plan de destrucción de aquella enorme encina. Mostrándose un ser compasivo e inocente y a través de la adulación, consigue manipular a las hojas y a las raíces del árbol para que cada una de estas quiera hacer la función de las otras hasta consumir así a la enorme encina.

Todas estas acciones se muestran de forma clara a través de las imágenes que se complementan perfectamente con el código escrito aumentando la sensación de misterio y perversidad, así como la antipatía hacia el cuervo a medida que el lector descubre las intenciones de este. Roger Olmos dota a las diferentes partes de la encina con rasgos que permiten ver cómo va cambiando la manera de pensar de cada una de ellas y la efectividad de la treta del cuervo. Además, mediante las ilustraciones, se adquiere mayor conciencia de las malas vibraciones que aporta la presencia del cuervo y la crueldad y frivolidad que lo caracterizan, sentándose incluso a esperar para ver el desastre que producen sus actos sin ningún tipo de remordimientos.

A la lectura de este álbum ilustrado le sigue una posterior reflexión sobre las acciones del cuervo y el final de la historia. De algún modo, la forma de actuar del cuervo puede verse reflejada en personas de la vida cotidiana del lector o incluso del panorama político-social del país. Pues cada día más, vemos “cuervos” capaces de todo con tal de conseguir su propósito sin importar las consecuencias.

En definitiva, el trabajo de Roberto Aliaga y Roger Olmos en este libro es sencillamente genial. Código escrito y visual se complementan perfectamente transmitiendo la sensación de intriga, misterio y vileza a lo largo de todas las páginas y dando lugar a una historia que todo el mundo debe leer y con la que muy probablemente encontrará semejanzas con el entorno que le rodea. 

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