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miércoles, 8 de junio de 2022

Entradas en azul. Saehan Parc. Papa ballom. éditions 2024

 


Título: Papa Ballon

Autora e ilustradora: Saehan Parc

Editorial: éditions 2024

Colección: 4048

Año: 2021

Páginas: 48

Tamaño: 18 x 17,5 cm




Reseña

Me dijeron que en el Reino del Revés

Cabe un oso en una nuez

Que usan barbas y bigotes los bebés

Y que un año dura un mes

Vamos a ver cómo es

El Reino del Revés

(fragmento de María Elena Walsh)

 

Con estos versos tan reconocibles de María Elena Walsh volvemos con este divertido álbum ilustrado titulado Papa Ballon de Saehan Parc dentro de la colección 4048 de éditions 2024 (donde también habitan las aventuras de Jim Curious de Mattias Piccard que se editaron en España por Fulgencio Pimentel). En este reino del revés, la portada nos muestra una imagen que nos recuerda al clásico de Isol y El globo. No solo a ese título, sino a la mirada que cuestiona con agudeza al adulto y manteniendo su naturaleza gamberra. También podríamos mencionar Vida de perros, Secreto de familia o Imposible como acompañamiento, aunque con Papa ballon hay una pequeña diferencia. No avanzaré el desenlace.


El elemento que llama la atención a primera vista es la ilustración de Saehan Parc en la cubierta de Papa ballon con la combinación de elementos geométricos planos, los colores pastel y la forma en difuminar los colores. Esa combinación entre el aspecto naíf de líneas que recuerdan al Paint y la textura de los rotuladores para aportar color atrapa instantáneamente. Y, como no, el padre en forma de globo de la portada en el que únicamente aparece su bigote y ojos para aportar una simpática inexpresividad mientras vemos a Hana zamparse helados a dos manos. Otro de los elementos peculiares de su narrativa visual es la forma en la que establece los marcos en la imagen con diferentes formas ovaladas que emplearán diferentes colores según la situación narrativa y el contexto (se enrojecen si hay tomates, son de múltiples colores si Hana dibuja en las paredes). Pero resultan peculiarmente psicodélicos cuando esos óvalos enmarcan la situación con caras de diferentes personajes y se estiran deformándose para crear ese marco. Un elemento realmente peculiar y llamativo.


Centrándonos en la historia, la editorial apunta a que se trata de una fábula y encontramos el texto disociado de la imagen ocupando partes diferenciadas: en la izquierda un texto con narrador omnisciente en el que se incluyen diferentes diálogos y en la derecha las atractivas ilustraciones. La primera ilustración, supone el reflejo de la situación inicial: un día, sin previo aviso, todas las personas adultas se transformaron en globos. Además del peculiar marco con la cara del padre, el lector se ubica en un marco experiencial al compartir la vista de los personajes en la contemplación de los adultos-globo volando por el horizonte. El punto de vista de los personajes representados tiende hacia la oferta con puntuales demandas que interpelan con la mirada al lector, como en la primera ilustración que narra el cambio en el modo de vida de ambos personajes desayunando.

En Papa ballon observamos una parodia a partir del intercambio de roles entre el mundo infantil y el adulto. Convertidos en globos, los pequeños son los que se tienen que encargar de llevar a los padres al trabajo y mantener los diferentes establecimientos: Camille con la cafetería, Ahmed la panadería y Alice la heladería, por ejemplo. Esta primera parte es realmente divertida y con paradojas tan peculiares como las nuevas reglas que establecen en su nuevo papel como empresarios: Ahmed y Hana no saben contar, así que cada uno paga lo que supone que es correcto. Las reglas impuestas por los adultos sobre comer helado o los juegos se solucionan no llevándolos al parque al día siguiente. En este sentido, la comicidad de la inversión de roles no busca un espacio democrático de entendimiento, simplemente nos permite reflexionar sobre las imposiciones que los adultos imponemos a la infancia: a veces como muestras de afecto, otras como monsergas aleccionadoras. Observamos que el principio por el que se rigen los niños es el placer y la diversión, sin desatender a otras responsabilidades como el cuidado de sus seres queridos o el huerto (los divertidos tomates gigantes de los mellizos Klaus y Lukas que son regados de manera doble). Los niños cuando juegan mantienen a los adultos como espectadores, tan solo que no tienen el poder de interrumpir los juegos que la infancia lleve a cabo. Resulta divertido cómo el cuidado de Hana para que su padre no se vuele es pegar su hilo con cinta americana en la pared de una habitación que no permite al padre observarla pintando las paredes. El texto irónico en esta primera parte esconde pequeños guiños para el adulto o referencias a la serie Friends. Otro aspecto llamativo es que el adulto está siempre silenciado, al contrario que los niños de los que vemos su capacidad expresiva y sus bocas. Los adultos tan solamente contemplan de forma inexpresiva.


Una vez que todas estas nuevas normas y cómicas situaciones se describen en un texto con una tipografía que recuerda a la escritura caligráfica y escolar, aparece una doble página para trasladarnos a la segunda parte de la narración: una tormenta se avecina y los adultos volando por el cielo. En esta segunda parte, una vez asumida y conocida su realidad, la tormenta y el viento suponen el inicio del conflicto con el padre de Hana desapareciendo arrastrado por el viento. De nuevo, dos nuevos marcos experienciales que alteran la dinámica visual de las páginas anteriores para reflejar el conflicto: primero como una escena policial en la que la casa está desordenada y después la mirada al horizonte de la calle. La resolución, volvemos al inicio de la reseña, ofrece una visión menos subversiva y más cercana a Madrechillona de Jutta Bauer (invirtiendo los roles de la transformación, en este caso al adulto). Por el camino, Saehan Parc nos regala ilustraciones y escenarios repletos de color, detalles y con el extraño contraste entre los colores planos y los efectos difuminados en diferentes elementos (principalmente en las combinaciones de tres colores en el horizonte). Un álbum con unas ilustraciones con un gran poder de atracción.


Para finalizar, una ilustración realizada por autora coreana (afincada en Estrasburgo) para una columna del The New York Times de Amanda Hess: Does a toddler need a NFT? No me resulta sorpresivo en un modelo de capitalismo que intenta ocupar cualquier espacio de venta a nivel global y ante la escasez de recursos para explotar en entornos físicos, es el momento de explotar los digitales. La ilustración de Saehan Parc me recuerda a Lucky/Happy Hans de Maguma con esa segunda parte en la que el personaje acaba con unas gafas de realidad virtual encasquetadas. Inclusive desconocía que Zigazoo como una red social para la infancia donde también se incluye el comercio de NFT’s (aunque la verdad no tengo mucha opinión sobre este aspecto que se me escapa absolutamente). De nuevo, la noticia sirve como perfecto contrapunto a la narrativa de Saehan Parc: en este caso, los adultos y contextos digitales son los que intentan comerciar con la idea de infancia (o la edad que sea, lo importante es que las personas sean productivas y subyugadas). Al fin y al cabo, en manos del señor Dinero, tan solo somos globos.



 

 

 

 

Fran Martínez

IG: https://www.instagram.com/caballo_de_carton_azul/

 

Web de la editorial

https://www.editions2024.com/papa-ballon-en

Instagram Saehan Parc

https://www.instagram.com/saehan_parc/?hl=en

 

 

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