Título: La oscuridad
Autora:
Lemony Snicket
Ilustrador:
Jon Klassen
Traducción: Pilar Armida
Editorial: Océano Travesía
Año: 2015
Páginas: 40
Encuadernación
y formato:
19,7 x 26,3 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano
Reseña:
En el blog, si algo ha quedado patente, es la admiración por
la obra de Jon Klassen: La
trilogía del sombrero, la de las formas con (Círculo,
Cuadrado y Triángulo) y otros títulos con Marc
Barnett, así como su reciente The
Rock From the Sky. Con La oscuridad de Lemony Snicket (muy recomendable
su álbum 13 palabras en la editorial Limonero) nos remontamos a sus
primeros trabajos de ilustración y conectamos con la entrada previa, Nocturno
de Isol. En este caso, también la exploración de la oscuridad con la linterna
sirve como un punto de encuentro en el que relacionar entradas y un juego que
no sé muy bien dónde me llevará cada semana en esta colección de reseñas (más
de 100 desde que empecé en diciembre) para el blog.
La narración intimista de Lemony Snicket tiene en el uso de
la luz y la paleta de colores de Klassen aporta calidez a ese momento en el que
Laszlo explora su miedo a la oscuridad. La perspectiva, la mirada a la
linterna, el haz de luz del crepúsculo en la primera doble página (que será
combinada como unidad narrativa con la página simple) y las texturas que se
combinan con trazos para regalarnos diferentes perspectivas en las que
conocemos la oscuridad. En este caso, la oscuridad se materializa (humaniza) y
en la primera parte del libro nos muestra los lugares en los que habita
(creando en sus diferentes planos y perspectivas la sensación de suspense: el
armario con la puerta entreabierta, las cortinas…parece digno de Hitchcock). El
lugar donde estaba la mayor parte del tiempo es el sótano, un espacio que
siempre ha servido como lugar aterrador como la parte que recoge todo aquello
que no representa a las estancias habitables de la casa.
Una vez presentada, Laszlo en sus miedos también tiene un ritual que se repite: se asoma a ese espacio desde la puerta y la saluda. Un mecanismo de superación, un ritual supersticioso con el que todos construimos nuestra rutina. Un mecanismo para estabilizarnos ante la incertidumbre y crearnos nuestros espacios seguros. Es bonita la ejemplificación con esa escena en la cama con la bombilla y la linterna con uno de los terrores clásicos de la infancia propios del pensamiento simbólico de la infancia, pero que seguramente en otros ámbitos el adulto también se puede sentir interpelado. Hasta que, finalmente, un día todas esas prevenciones se rompen y los miedos se presentan. Así, se entiende que la oscuridad tenga voz en esta narración y el viaje que emprenderá Laszlo a través de la oscuridad, hasta el origen de sus temores sea tan revelador y reconfortante.
En ese viaje, transitaremos esos espacios iniciales y el haz de luz de la linterna será el hilo visual en el que nos colocará como espectadores con ese precioso contraste entre el negro absoluto de la página y las partes iluminadas a su paso. El momento en el que la oscuridad recupera todos los miedos y se los expone al protagonista nos conduce a la resolución y la superación. La comprensión de Laszlo de la naturaleza de las cosas que silencia los miedos de Laszlo y construye una narración tierna con lecturas que también, como adultos, podemos extrapolar. Y la maravillosa interpretación de Jon Klassen en sus ilustraciones del tono intimista hacen de La oscuridad un álbum con el que deleitarse en su lectura, una y otra vez.
Fran
Martínez
Web de la editorial:
http://oceanotravesia.mx/ficha-libro.aspx?id=12791
Instagram Jon Klassen
https://www.instagram.com/jonklassen/?hl=es
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