Título: Los tres erizos
Autor
e ilustrador:
Javier Sáez Castán
Editorial: Ekaré
Colección: Ponte Poronte
Año: 2003
Páginas: 32
Encuadernación
y formato:
23,5 x 19 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano
Reseña:
La obra de Javier Sáez Castán es una de esas grandes joyas
de la literatura infantil española y que, en mi humilde opinión, representa uno
de los grandes autores de nuestro país. En el blog nos hemos detenido en diferentes
obras y, en el fondo, cualquiera de sus álbumes merecería una entrada en este
espacio además de La
merienda del señor Verde, El
armario chino y con autoría compartida con Pablo Auladell en Dorothy
y en Mvsevm
junto a Manuel Marsol. Al igual que en La merienda del señor Verde, el
álbum Los tres erizos también fue incluido en la lista de The White
Ravens en 2004 y es un libro atemporal que no deja de cautivar a los lectores
en sus diferentes ediciones. Un libro en el que el formato y los paratextos iluminan
el texto principal incluyendo detalles para el lector avezado al que le incorpora
un glosario de términos que amplía el acto teatral que presenta en los dos
actos diferenciados de esta pantomima (pieza cómica breve) con colofón.
El esquema narrativo presenta en el primer acto a los
personajes: tres erizos en busca de alimento y un narrador omnisciente que
emplea la rima en los pareados de cada ilustración. Esa musicalidad y brevedad
del texto, con la sorpresa por sus actos (divertidísima la forma de aprovechar
sus espinas para transportar las manzanas a su madriguera) y se desata el
conflicto: los propietarios del huerto buscan a los ladrones de las manzanas (¿serán tres bandidos?). En
estas ilustraciones se suceden detalles habituales en la obra de Sáez Castán y
aparecen elementos de los naipes de la baraja española (con esos bastos
empuñados por tres señores horondos que buscan ajusticiar a los ladrones). La irrupción
de la nevada del invierno, deja en suspense la captura de los ladrones y el
ajusticiamiento de los erizos. El espacio imaginado por Sáez Castán es el de un
jardín laberíntico, que posteriormente también mostraría este espacio como
juego en el libro Caracol, y las ilustraciones lejos de mostrar una
panorámica de la acción concreta dejan el espacio para que el lector complete
esas acciones descritas e imagine la vista de ese espacio.
En el segundo acto, El Juicio (como el disco de Lavoe y
Colón), la primavera trae el deshielo y a la torva en la búsqueda de los
ladrones de manzanas: estandartes, cornetas, fusiles, vastos, espadas,
horquilla, sabuesos y cerdos a la caza. Los erizos en su madriguera y el
peligro del asedio que se resuelve con la simpatía y ternura al mostrarse el
papel de los erizos en el ciclo natural y su preservación. Los elementos artísticos
y referencias que añade Javier Sáez Castán en esta segunda parte, con
referencias en diferentes idiomas, eclosiona en el colofón visual de esta
narrativa que siempre nos muestra parcialmente los bandos y, finalmente, el momento
en el que ambos se integran en la doble página final en la que reconocemos los
diferentes espacios y celebramos la algarabía por el encumbramiento de esos
tres erizos como héroes. A cada uno lo suyo, Cuique suum, y a Javier
Sáez Castán en el reparto le queda nuestra admiración y alabanza. Un autor
genial y fuera del tiempo.
Finalizamos la entrada de esta maravilla con una narración
peculiar que se produjo en plena pandemia: el actor Jude Law y Los tres erizos
Fran
Martínez
Web de la editorial
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