por Virtudes Ruiz Rico
Juan Clemente y Aitana Carrasco (il.), Tras, tras, cucutrás, Kalandraka
Un libro de poesía infantil que lleva el juego con el lenguaje al máximo y ofrece grandes posibilidades de trabajo en el aula.
Al ir leyendo esta cuidada edición,
lo primero que llama la atención son sus ilustraciones, obras de Aitana
Carrasco, a medio camino entre el grabado del XIX y el surrealismo: caracoles
que se columpian, brevas y huevos con patas, trenes voladores con cabeza y
patas de saltamontes… imágenes poderosas y extrañas que estimulan la
imaginación y sorprenden mucho. Para compensar todo este exceso, las poesías se
presentan siempre cuidadosamente colocadas en la página contigua, con una
tipografía muy clara aunque no del todo infantil.
Respecto a los temas tratados por el
texto podemos distinguir, por una parte, un conjunto de poesías nonsense, destacadas sobre todo en la
forma: rimas, aliteraciones, ritmo y musicalidad son los elementos principales
de Paparruchas, Tiquismiquis, Serpentina con alas, Anagramas, etc.
Otras, manteniendo siempre esa
importancia de la forma, narran una historia o describen a un personaje. Pero la
intención principal del autor parece haber sido la de apoyarse en el folclore y
la tradición oral (canciones infantiles, personajes de cuentos o series, juegos
tradicionales de calle, trabalenguas…) para darle un nuevo aire. Por ello
encontramos nuevas maneras de abordar la historia de Mambrú, la Vaca Lechera,
la Pantera Rosa, el perro de San Roque, Teresa la Marquesa, Pinocho… y
encontramos referencias también en Los Gallos juegan al mus, Al volver de
Sevilla, Escarabajo Caraarriba, Hijas Botijas…
De esta manera, las posibilidades de
trabajo en el aula con el libro se amplían porque, tanto si queremos
simplemente estimular el disfrute del texto literario oyendo la cadencia
rítmica de los versos, o nuestra intención es algo más compleja, al promover la
imitación y producción de versos entre los alumnos, el universo fantástico y
disparatado que recrea la obra es un punto de partida idóneo.
Y, por supuesto, supone una
alternativa actual, válida y cercana, frente a otros autores más clásicos, que
cumple sobradamente con el objetivo de introducir a los niños en el texto
poético.
Gracias por la reseña. Me encantó.
ResponderEliminarLa comparto en mi blog.
Un abrazo,
aitana