Título: Va faire un tour
Autora e ilustradora: Kitty Crowther
Año: 1995. Reimpresión: 2010
Editorial: L’école des loisirs
Tamaño: 16 x 20 cm. Tapa dura.
Extensión: 57 páginas.
Idioma: francés (álbum sin palabras)
Reseña
El nombre de Kitty Crowther nos ha acompañado en diferentes
entradas durante el curso pasado. Hoy, volvemos con uno de sus primeros
trabajos que se publicó originalmente en 1995. La característica destacable es
que se trata de un álbum sin palabras (a excepción del título, la dedicatoria y
algún titular de periódico que se cuela en la última viñeta) y su narrativa
visual recae en la secuencialidad y fragmentación de la página en pequeñas
viñetas (dos por página). Aunque esta apreciación proviene más del mundo
académico del cómic, la sorpresa no recae tanto en el paso de página sino en el
paso entre viñetas. Es un álbum en el que las guardas nos revelarán mucha
información de ese viaje y nos puede conectar con las de Travesía de
Peter van den Ende o Ben’s Dream de Chris Van Allsburg, entre otros
viajes (los más embemáticos, los de Mitsumasa Anno).
El esquema narrativo y la dedicatoria nos llevan a otro
lugar conocido como el clásico de Maurice Sendak Donde viven los monstruos.
¿Por qué? Se preguntarán ustedes. La dedicatoria es para ti: que un día
maldijo la tierra porque no era como querías. Y, efectivamente, se refleja
una riña a las 18:30 de la tarde entre la madre y el pequeño. Lo sabemos por su
expresión enfadada, el gesto indicándole una salida… Esa misma viñeta alcanzará
otra significación final en dirección hacia un lugar donde algo “aún estaba
caliente”. Ya me entienden.
Así, la narrativa visual comienza sin una situación inicial que explique o de un preámbulo (aunque sea visual). No, directamente al conflicto (recuerden también Madrechillona) El pequeño enfurruñado sale de casa (al contrario que Max), pero sigue en su ensimismamiento realizando un paseo que recorrerá el tiempo, diferentes etapas históricas y eventos, latitudes y medios, ropajes de época. Esto me recuerda a un clásico del cine europeo como Sanatorium pod Klepsydra de 1973 dirigida por el gran Wojciech Has). Eventos fantásticos incapaces de ser descubiertos por nuestro caminante enfurruñado (ahí se establece la relación irónica intraicónicamente) y que nos conducen con interés por cada salto que le rodea en este viaje fascinante para el lector. Su reto: descubrir todos los detalles y establecer una relación de empatía por un personaje que no ceja en su enfado por tierra, mar o aire.
El lector descubrirá tesoros y cabezas cortadas, molinos y semblanzas con pingüinos y el afinado sentido del humor de Kitty Crowther y las diferentes decisiones en el número de viñetas para estructura la secuencia. A veces para crear un gag en cuatro viñetas con su inicio, nudo y desenlace -la de Egipto mi favorita-; otras para marcar espacios entre latitudes y culturas. Obviamente, el lector necesitará un bagaje para comprender la referencia histórica, cultural o alusiones intertextuales (o icónicas) y que se active el componente irónico. Como en el microrrelato de Monterroso: la referencialidad estaba ahí. En la última viñeta el titular del periódico aporta un pequeño chiste y sirve para conectar este álbum estilísticamente con la tira cómica. Un mapa de fantasía y diversión tremendamente recomendable y que, pese a no traducirse en el ámbito estatal, no resulta necesario al recaer todo el peso narrativo en la imagen. Que no es un reto menor, ya saben.
Con este título aprovecho para recomendarles que paseen durante los días festivos y despejen su mente. A más de uno/a le hace falta.
Y,... Sí. Me refiero a ti (al igual que en la dedicatoria).
Fran Martínez
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