miércoles, 30 de junio de 2021

Entradas en azul. Gilles Bachelet. Un cuento que... Editorial Juventud

 

Título: Un cuento que…

Autor e ilustrador: Gilles Bachelet

Traducción: Paula Jarrin Servidio

Editorial: Editorial Juventud

Año: 2018. Original: 2016

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 18,5 x 25,5 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Siguiendo con la diversión y la metaficcionalidad era inevitable volver a Gilles Bachelet, un autor de que reseñamos su divertido Elcaballero impetuoso y uno de los clásicos de la LIJ como Mi gatito es el másbestia. No es la primera vez que observamos a los protagonistas de la cubierta leer un libro (para indicarnos el autor que es un libro sobre libros) con el delicioso juego intertextual de Los cuentos entre bambalinas y, en este Un cuento que… volvemos a esos terrenos en los que se maneja a la perfección. Recuerdo de entrada tanto en este libro como en el de ATAK un manual clásico como el coordinado por Lawrence Sipe y Sylvia Pantaleo en 2008 titulado Postmodern picturebooks, pero especialmente por su subtítulo: Play, Parody and Self-referentiality (juego, parodia y autorreferencia). En cierto sentido, define a la perfección el espacio en el que se vertebra la narrativa del libro que, en términos musicales, serían variaciones relacionadas dentro de los movimientos de la partitura.

El lector tiene el anclaje a un texto asociado a una imagen que es la que revela la narrativa en la sorpresa del paso de página. Ese juego e invitación a observar los detalles minuciosos que se disponen con sentido del humor. El texto nos da una descripción y nos señala los elementos que jugarán ese juego: una mamá o un papá, el bebé y el dudú. El cuarto elemento es un juguete que siempre aparece a los pies de la cuna y que amplía una segunda relación entre el imaginario de cada habitación. Eso en la página izquierda. En la derecha, el cuento como elemento poético en el que terminar de evocar ese juego irónico propuesto por Gilles Bachelet. El mecanismo se descifra a medida que se lee, introduce la capacidad de anticipar qué pasará en la siguiente página, pero en cada paso la sorpresa está garantizada. 

En las guardas, conocemos a las familias de animales protagonistas y la muy divertida inclusión de una excavadora. También encontramos a una figura humana, en este caso el autor (solo tenemos que observar los álbumes a pie de cuna en su página, el móvil en el techo y el “gatito” de Bachelet). Desde la cubierta se describe la estampa de los cuatro elementos de la narrativa como apuntábamos donde el dudú es el que servirá para la nueva estampa. En la portada vemos al dudú del oso panda y, en la primera página, tenemos a la familia panda. Ilustraciones encadenadas y pequeñas alteraciones en el texto que nos conducen por autorreferencias al universo literario de Bachelet (el caracol, la avestruz,…). Como en uno de los remates en la página de los extraterrestres: un cuento que pasa volando. En la contraportada, se cierra el círculo y el libro, de nuevo, pide ser leído como cada noche cuando a la hora de dormir la infancia pide un cuento, un espacio seguro con la literatura. Dulces sueños y una sonrisa en la boca.

 

Fran Martínez

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https://www.editorialjuventud.es/un-cuento-que-9788426144904/

 

martes, 29 de junio de 2021

Entradas en azul. ATAK. Piraten im Garten. Kunstmann

 

Título: Piraten im garten

Autor e ilustrador: ATAK (Georg Barber)

Editorial: Kunstmann

Año: 2021

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 26,7 x 35,3 cm. Tapa dura.

Idioma: alemán


Reseña:

Al igual que la temática del oeste nos llevaba a la infancia, la piratería es otra de las grandes paradas en el imaginario infantil. Con Piraten im garten completamos una trilogía que se iniciaba en Mundo Loco y que continuó con El jardín para cerrarse en este último álbum de Georg Barber destinado al público infantil. Esa fue una de las declaraciones en el blog Picturebookmakers que se ha referenciado en las anteriores reseñas. En aquella entrevista afirmaba que era un regalo para su hijo de tres años, que sería simple en una suerte de libro de conceptos entrelazado con la narrativa visual donde se encuentran juegos que lo relacionase con Barrio Sésamo.

En ese mash-up intertextual de Mundo Loco y la belleza panorámica de El jardín, encontramos a 7 Piratas (Piet-Igor-Ronja-Albert-Tupp-Egon-Norman) que representan diferentes tipos de piratas dentro de la tripulación (y ya vemos a Popeye como uno de ellos entre otras referencias). Como es su despedida entiendo que ha querido volcar todo tipo de mecanismos típicos de la literatura infantil (la materialidad, una sorpresa en forma de pop-up o ventanas desplegables). La premisa es sencilla, ilustraciones repletas de detalles al modo de los wimmelbooks en el que cada elemento nos remite a referencias culturales y literarias: desde el barco pirata de Playmobil, Woody de Toy Story, The cat in the hat de Dr. Seuss, El principito, Goofy, Batman, Pippi, Babar o el Never mind the bollocks de Sex Pistols… Este juego está en todo el libro. Eso, dentro. Fuera, los piratas en fila (y Pingu como loro en uno de ellos) caminando con un botín por el jardín (con restos de una fiesta de cumpleaños: banderitas, globos…) sigilosamente.

Un estruendo dará inicio al inicio del juego surrealista y disparatado de Georg Barber. Una explosión que libera a los protagonistas de los libros de la habitación desperdigados por cada página. La casa, también se altera y las puertas de las habitaciones (con mirilla cuadrada, triangular y circular) tendrán referencias a libros para contar y clasificar que se descubre su mecanismo al pasar la página. Hay que poner orden al propio libro (con el pequeño juego metaficcional), parece el pequeño mapa de un videojuego la casa en el que hay que adivinar el juego que proponen todos los elementos desordenados. Y con ese juego de conceptos y sus antónimos (delante/detrás; rápido/lento; desordenado/ordenado;…) se van ofreciendo otras palabras que sirven como hilo narrativo.

El universo de Mundo loco y sus personajes (Emil, que es la representación del hijo de Barber) se encuentran en la última habitación (hasta la cresta del punky que en Mundo Loco le daba un billete al ejecutivo mendigo). Referencias pictóricas escondidas, como El caminante sobre el mar de nubes de Caspar David Friedrich, cuadros de piratas en jardines, nos conducen a la salida del laberinto en el que se había convertido la casa donde el niño y su compañero, el pato con gorro marinero, intentaban salir para descubrir el origen de aquel estruendo. Escondidos, observan a los piratas guardar el botín en el jardín y, con la referencia al grúfalo la resolución del conflicto se alcanza de la misma manera que en el libro secuela de Donaldson y La hija del grúfalo.

Un libro disparatado y divertido en el que finalmente las referencias a libros para leer antes de ir a la cama o con la noche como protagonista donde las referencias a Margaret Wise Brown y a Maurice Sendak serán las que servirán de cierre con sus clásicos Buenas noches luna y Donde viven los monstruos. Este álbum está pensado como un regalo para él y para su hijo decidía en la entrevista, que su estilo no terminaba de encontrar un público y ese proceso le frustraba. Por este motivo, el final del libro tiene ese tono metaficcional: el tesoro es el libro dentro del libro.

 

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.kunstmann.de/buch/atak-piraten_im_garten-9783956143939/t-0/

Instagram de ATAK

https://www.instagram.com/atak.georgbarber/?hl=es

Vista previa del libro

https://www.book2look.com/vBook.aspx?id=978-3-95614-393-9

lunes, 28 de junio de 2021

Entradas en azul. Chris Van Allsburg. Mal día en Río Seco. FCE

 

Título: Mal día en río seco

Autor e ilustrador: Chris Van Allsburg

Traducción: Diana Luz Sánchez

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Colección: Los especiales de A la orilla del viento

Año: 2000. Original: 1985

Páginas: 34

Encuadernación y formato: 28 x 22 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

En esta breve tanda de libros con temática del Oeste se cierra (a modo de trilogía) con un libro atípico de Chris Van Allsburg y su libro Mal día en río seco. Atípico por las ilustraciones cuando nos aproximamos a este y que distan del detallismo realista del realismo mágico tradicional en sus obras (incluidas las que usaban el blanco y negro como El jardín de Abdul Gasazi, Jumanji, Los misterios del señor Burdick o Ben’s Dream). Esta supresión sirve como fórmula para introducirnos en el juego metaficcional y el guiño al clásico de Crockett Johnson Harold y el lápiz morado (1955) que ha tenido diferentes ejemplos en personajes que alteran la realidad dentro del libro a través de un lápiz (desde Aaron Becker, Ivar Da Coll o Anthony Browne, por citar algunos ejemplos) o la inclusión del autor dentro del libro (desde Hervé Tullet, Roberto Innocenti o Jörg Müller). En este caso, el mecanismo no se muestra hasta el final del libro (al contrario de Johanna en el tren, por ejemplo) para mantener el suspense en el lector que comparte el misterio con el protagonista, el alguacil Ned Hardy (la parodia de tomar conciencia propia el personaje de ficción, la ruptura de la cuarta dimensión).

La opción deliberada de asumir el tipo de ilustración típica de libros para colorear también sirve como contrapunto humorístico a la estandarización de aquellos libros y en la primera ilustración a doble página leemos (Era uno de esos lugares donde todos los días son iguales). Libros típicos de la infancia, aquellos en los que se tenía que unir los puntos y los números para crear la forma, todo tan hermético y pautado (podemos recordar ejemplos contrarios como el libro del artista Keith Haring con El libro de las pequeñas cosas de Nina editado en castellano por Gustavo Gili). Súbitamente esa narrativa se ve asaltada por la aparición en los caballos que tiran del carruaje de “gruesas tiras de una especie de lodo brillante y grasoso”. 

Los personajes, parece que empiezan a tomar conciencia de esa realidad (oeste y autoconciencia, me recuerda a Westworld) y siguen observando los cambios en su mundo en blanco y negro repleto de los trazos de ceras de colores hasta que en su expedición a la búsqueda de respuestas se topará con el dibujo infantil de un vaquero y su ataque hacia él. Curiosamente, al estar insertos en su propia narrativa dentro del libro su final se supedita no a sus acciones, sino a la de Sophia (cuyo nombre conocemos en la dedicatoria del autor en la portadilla) con el libro de colorear. En ese momento, volvemos al universo de las ilustraciones de Chris Van Allsburg, un texto con una fuente diferente nos deja en la conclusión sobre el origen de la luz y la oscuridad en ese mundo ficcional dentro del libro. 

La opción del foco para salir de la historia de Chris Van Allsburg es un primer plano de la mano para que la observación esté mediada conjuntamente a la del personaje y, finalmente reducir el enfoque para colocarnos en un ángulo a vista de pájaro y de espaldas a la protagonista y, finalmente, dejándonos ante la resolución. Como epílogo la contraportada nos revela el semblante de nuestra protagonista de los trazos que es la hija del autor que posa a su lado. Las guardas también son negras, en alusión a la pérdida de luz del libro cuando está cerrado. Como buen libro metaficcional, los mecanismos de alteración se encuentran en todo el diseño del álbum. Y, para finalizar esta pequeña trilogía western, un clásico: Érase una vez el oeste.



 

Fran Martínez

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https://www.fcede.es/site/es/libros/detalles.aspx?id_libro=1904


viernes, 25 de junio de 2021

Entradas en azul. Manuel Marsol. Duelo al sol. Fulgencio Pimentel e hijos

 

Título: Duelo al sol

Autor e ilustrador: Manuel Marsol

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2019

Páginas: 104

Encuadernación y formato: 19 x 25 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano


Reseña:

Llegan los rigores del verano y seguimos en clave western con otro de los autores que más han centrado las entradas de este año: Manuel Marsol. En diferentes momentos nos dimos una vuelta por sus geniales Yokai y El tiempo del gigante junto a Carmen Chica o junto a Javier Sáez Castán con Mvsevm. Cuando llegue el momento de zambullirnos en el mar recuperaremos otros títulos pendientes como Ahab y la ballena blanca, La leyenda de Don Fermín y esperaremos su nuevo lanzamiento con Astro (que incluso derivó a proyecto de videojuego). Su actividad ilustrando goza de prestigiosos galardones y también ha dedicado libros a su ciudad en la serie de la editorial de André Letria, Pato Lógico, A minha ciudade. Ilustraciones para el maravilloso fin de la trilogía de Richard Ford con Canada (vejez del icónico Frank Bascombe que se inició con la no menos icónica novela El periodista deportivo), ilustraciones para las reediciones de novelas de Paul Auster o para la novela La tiranía de las moscas de Elaine Vilar Madruga en 2021. Mientras llega el momento de su nuevo álbum seguimos con el repaso a sus maravillosos álbumes como este ambicioso (por extensión) Duelo al sol que supone uno de sus libros más amenos y cinematográficos desde el diseño como en el paso de sus páginas para crear esa secuencia visual que dura desde el amanecer hasta el anochecer (el sol y la luna como prólogo y epílogo del espacio narrativo).

El uso de la iconografía de los títulos de crédito con los años en números romanos y la flecha y el revolver guiándonos por su particular comedia que nos regala en cada doble página el fotograma de aquellos elementos típicos del western: las barrillas rodando (tantos nombres definen a las bolas del oeste), el escenario silencioso con el resto de un bisonte y la serpiente de cascabel abriendo el plano en la siguiente página, los pies descalzos del indio y, al otro lado de la doble página, las botas del vaquero, el arco apuntando a la derecha, el revolver Colt 45 a la izquierda. Primeros planos con las caras de los adversarios y…(¡un pato!). Este será el mecanismo inicial del libro para generar el suspense típico de esas escenas de las películas del Oeste que se dilataban en el tiempo con planos de miradas, del entorno, la banda sonora (que en mi mente siempre será propia del spaghetti western de Morricone y los punteos de Bruno Battisti D’Armario, especialmente en las pelis de Sergio Leone) y la cara de ese pato que me traslada a mi infancia con el videojuego Duck Hunt.


Estas situaciones se repetirán con la aparición de elementos que despistarán a los retadores de su tarea programada para esa mañana (me recuerda a El caballero impetuoso de Gilles Bachelet en esa humorística forma de ralentizar el clímax del enfrentamiento). El plano general con el cielo azul y el río dividiendo la posición de cada personaje en la doble página, con su diálogo hilarante, cambios de los primeros planos de perfil a frontales y nuevos datos reveladores (la bandolera del revolver, los cactus, el sombrero con una cagada del pato, los buitres amenazantes buscando carroña, sus caballos,….) hasta la resolución final con la aparición de Gran Jaleo (el gran bisonte). Finalmente, ambos compartirán el mismo lado de la página, compartirán la puesta de sol y la promesa de retomar un reto pendiente (que por la coda final sabemos cómo seguirá).


Una divertidísima comedia y el cierre final con paratextos simulando los títulos de crédito de una película (con sus divertidos nombres, Trueno Tranquilo y John Bill Arizona, todo rezuma un aire deudor del universo western). Como no, el recuerdo a Sam Peckinpah (míticas Bring me the head of Alfredo García  o Grupo Salvaje, que curiosamente también fue el nombre de una banda que surgió de las cenizas de Pribata Idaho o, con su título en inglés con The wild bunch, también nos trae recuerdos musicales de Bristol) y a Ennio Morricone a modo de juegos de palabras del tipo Lina Morgan Freeman o Luis Eduardo Autechre. Como aclaración final, ningún animal resultó herido.


Sobre las diferencias entre la obra ilustrada de Crowther y Peter Elliott de ayer y este álbum hay algunas cuestiones que comentó Manuel Marsol en su charla como la censura soterrada de diferentes aspectos como la presencia de armas o la imagen del nativo americano. El duelo de lo políticamente correcto quizás es el elemento más nocivo, especialmente cuando se reduce la capacidad del pensamiento simbólico de la infancia a las problemáticas racionales adultas, especialmente cuando es ese el origen de aquellos males. En definitiva, un álbum alejado de esas cuestiones y que representa con humor la cantidad de cosas que les unen a los protagonistas más que los separan en su condición humana. Un álbum divertidísimo y, como es marca de la casa, de una gran belleza que ya va por su cuarta edición en Francia (donde se publicó originalmente en 2018) y que recomiendo la visita por las ilustraciones sin publicar (presentadas en la Feria de Bolonia en 2016) bajo el título Western Scenes 2015-2017 (imágenes del oeste que, recientemente, en su Instagram también incluyen dinosaurios)

Como siempre, muy recomendable la playlist para este álbum que propone Manuel Marsol en su página (desde bandas andaluzas como Pony Bravo o Guadalupe Plata, clásicos levantinos como Polar hasta el cruce al country con Gram Parsons, Emmylou Harris, Cowboy Junkies o clásicos de las bandas sonoras como Morricone, Bacalov o Dimitri Tiomkin que curiosamente fue el que puso música a un western titulado Duel in the sun dirigido por King Vidor en 1946). Pero, lo que pide el verano es este bello corte de la banda The Outlaws (sello Joe Meek de garantía) de su disco del 61, Dream of the west.



Fran Martínez

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jueves, 24 de junio de 2021

Entradas en azul. Peter Elliott & Kitty Crowther. FARWEST. L'ecole des loisirs

 

Título: Farwest

Autor: Peter Elliott

Ilustradora: Kitty Crowther

Editorial: L’ecole des loisirs

Colección: Pastel

Año: 2018

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 20,6 x 26,7 cm. Tapa dura.

Idioma: francés


Reseña:

Siguiendo con reseñas centradas en Kitty Crowther en esta ocasión nos detenemos en su faceta de ilustradora a un título del belga Peter Elliott (su nombre es Laurent Lienard, 1970) cuya trayectoria se inicia en 1994 con Sacha perd tout y cuya trayectoria en la LIJ se ha desarrollado principalmente en la editorial L’Ecole des Loisirs, unido a su faceta de ilustrador y músico (con la banda Busty Duck). En su entrevista en el blog Picturebookmakers podemos adentrarnos en el proceso seguido por ambos en la creación del álbum, así como el encuentro de ambos en la escuela de arte Saint Luc, colaboraciones en el diseño de las portadas de su banda (para su último disco Zoomorphic) y cómo se inició con el envío de unos bocetos con la historia de Farwest que Kitty pidió ilustrarle. En la entrevista Kitty hace un repaso a las decisiones artísticas y las interpretaciones al texto de Peter Elliott para añadirle su inconfundible toque artístico o cómo decidieron que no aparecerían pistolas en esta historia (tenemos arcos).

Lejos de una historia del oeste, la expresión que da origen a este libro parte de lo que en castellano sería “el que fue a Sevilla, perdió su silla”. Y, a partir de ahí, se pueden establecer más paralelismos con historias sobre nuevos llegados e incluso la migración como apuntan los autores. Personalmente, es una historia de aceptación al otro y la necesidad de cambiar la manera en la que pensamos que algo nos pertenece simplemente por la costumbre, la dificultad de encajar en un grupo por primera vez o adaptarnos a un cambio desde la posibilidad y no del rechazo. Con una gran dosis de humor, desde esa elección colorista del lejano oeste hasta lo que sería la sobriedad del paisaje con las guardas en carboncillo y con la portadilla reflejando a otro de los personajes del libro: un nativo americano. El libro nos da pistas con la cita que emplea en su apertura del Jefe Seattle un líder nativo de las tribus suquamish y duwamish: “the earth does not belong to man, man belongs to the earth” (la tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra).


La mañana que nuestro protagonista se fue a cazar y abandonó la casa donde vivía con Jeff y Jim (todos con sus peculiares narices redondeadas y el nativo americano vestido con traje) relata sus peripecias en el intento de caza de un bisonte. El duelo entre el imponente animal y el pequeño protagonista tiene una gran comicidad y su resolución aún más: mejor cenamos sopa de conejo. Además de su caballo, siempre acompañado por su perro que sirve como segundo narrador visual de la situación: en la vuelta a la casa su sitio está ocupado por un curioso personaje con cabeza de emoji y con expresiones corporales que Kitty Crowther afirmaba en la entrevista que le inspiró un corto de Max Fleischer de Betty Boop con Blancanieves como sátira. Su indefinición de raza, sexo y procedencia también fue un acierto para la representación de la temática del libro. 

La presencia de Koko acarreará al inicio cierta confusión al protagonista, incomodidades al compartir el espacio de la casa y los miedos a arrebatarle todo aquello que quiere (tremendamente divertida la llamada telefónica a su novia Nina). Desesperación que se desmonta paulatinamente en apreciar todo aquello que aporta en su vida y la sensacional imagen alrededor de la hoguera con armónica, banjo y lo que podría ser una guitarra (o un dobro). Finalmente, la celebración de su cumpleaños y el momento para que también pruebe sus habilidades con la caza (peculiar su botín). Y, de nuevo, el que fue a Sevilla, perdió su silla (en este caso, por una representación de Rosa Parks).


La resolución no es menos sorprendente por el despliegue de la página en la que vemos que este ciclo se extiende en el tiempo y todos los personajes que al final habitan ese lugar, inicialmente, solitario. Entre esos colonos Kitty Crowther reafirma el carácter del libro con la inclusión del personaje de Django de la película de Tarantino (inspirado en Bass Reeves), Marthin Luther King o Patti Smith entre otros que citó en su entrevista. Un álbum divertido, con una premisa repleta de ironía. En la entrevista Peter Elliott pensaba en la respuesta a la expresión popular:

I simply asked myself what would happen for real if somebody leaves their place and another one takes it…I thought it would be nice to welcome the guy back anyway, like:
“Hey dude, take a seat; you’re welcome!” (Peter Elliott, blog.Picturebookmakers)

Bonita manera de expresarlo que, además, en el libro incluye la composición que Peter Elliott realizó para acompañar al álbum Farwest y el corto animado de Kitty Crowther:

Y como estas estampas siempre me traen recuerdos a John Fahey (impresionantes sus recopilaciones en su sello Revenant de este tipo de grabaciones arcaicas), Robbie Basho, Sandy Bull y todos aquello recuperadores del primitivismo folk americano donde Jack Rose fue uno de los maestros en ese revival (y que se marchó demasiado pronto) y os dejo con este Luck in the valley.




Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.ecoledesloisirs.fr/livre/farwest

Web Peter Elliott

https://www.peterelliott.be/

Instagram Kitty Crowther

https://www.instagram.com/kittycrowther/

Entrevista Picturebookmakers

https://blog.picturebookmakers.com/post/174624862276/peter-elliott-kitty-crowther

miércoles, 23 de junio de 2021

Entradas en azul. Ximo Abadía. Frank. La increíble historia de una dictadura olvidada. Dibbuks

 

Título: Frank. La increíble historia de una dictadura olvidada

Autor e ilustrador: Ximo Abadía

Editorial: Dibbuks

Año: 2018

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 19,5 x 27,5 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano


Reseña:

Memoria y olvido. Sobre estos términos podemos detenernos durante horas, pero supongo que pertenezco a una generación (nacidos en los años 80) que tuvo que asimilar los olvidos de la transición. Aspectos que, en teoría, eran una forma de cerrar viejas heridas. Desde luego que no para la memoria de los que sufrieron esas heridas. En la descripción de la editorial Dibbuks se cita al autor, Ximo Abadía (Alicante, 1983), en la que muchas personas se sentirán identificadas: “A nuestros abuelos los obligaron a luchar. A nuestros padres los obligaron a olvidar. A nosotros nos toca recordar el pasado, para mirar al futuro.” (enlace)

Por desgracia, a los que nos toca recordar nos educaron sin todas esas lecciones en las clases de Historia en la EGB, la Guerra Civil o el caudillo aún eran espectros de restos de ideologías del pasado (tirando un poco de Jacques Derrida). Es curioso como miramos al futuro después de 2008: por un lado, la idea de revolución social del 15-M y, por otra parte, los hedores de otros espectros que ganaban representatividad en Europa (Orban, LePen,…). No ha sido hasta 2019 que se ha realizado el unboxing de Franco, figura sobre la que Ximo Abadía dedica su mirada para una biografía en la que su estilizada propuesta como ilustrador ha seguido centrándose en aspectos relacionados con las figuras dictatoriales y la insensatez de la guerra como en el reciente Boom: La guerra de los colores (2020) que próximamente tendrá un espacio en el blog y aspectos que, además, como ilustrador traerán para la editorial Zahorí Books el título de Rebecca Gale: People Power en el que, por lo que describe el catálogo de la editorial, se reflejarán una lista de revoluciones sociales como el movimiento Black Lives Matter o Fridays for Future

Lecturas que nunca sobran ante la vuelta de viejas semillas ideológicas y el carácter cíclico al que nos conducen a los mismos errores. Esa sensación de una generación que se define perfectamente en este fragmento de una entrevista para RTVE por Jesús Jiménez (02/02/2018): “Creo ese pacto del olvido es un premio a los que participaron en la dictadura y una falta de respeto a toda la gente que murió. Creo que apenas se enseña esa etapa tan importante de nuestra historia. En algunos libros de colegio apenas ocupa 10 líneas. Creo que es importante que la gente joven sepa quién era el dictador, su mentalidad y el genocidio que ocurrió durante esta etapa en el poder. No podemos crecer sin conocer nuestro pasado”. (fuente: rtve.es, 02/02/2018)

La intención de Ximo Abadía en la unión de una sátira sobre el personaje, pero con un formato accesible al lector infantil (sin menospreciar ni un ápice de su capacidad para cuestionarse y reírse del personaje). A modo de biografía, el breve texto se realiza en tercera persona. Ya le vemos en el carrito con su gorra, recupera el apodo de “cerillita”  y la obsesión por los cuadrados (el ladrillo de mente), sus escasas dotes o aptitudes físicas (sin entrar en aquello que perdió en 1916). Mediante analogías con su intolerancia a la diversidad de formas y su ascenso mediante el impulso de otros dictadores de los cuales no aparece el nombre (Hitler y Mussolini), pero que le ayudaron a imponer la brutalidad de sus ideas con los bombardeos (con más de 300 muertos en Alicante, el 25 de mayo de 1938 al Mercado Central). La ilustración de las bombas cayendo y su texto breve (Volvió. Y se hizo con el poder) nos deja una de las ilustraciones más divertidas, por lo patético del personaje: un esmirriado elevado a figura imponente en la escultura. Y, sobre esculturas, nombres de calles y plazas, hay que “celebrar” la nueva idea del ayuntamiento de la capital sobre la escultura a una fuerza militar. Y, volvemos a los espectros.

La segunda parte del texto refleja la crueldad del conflicto y la opresión impuesta por el poder militar sirviéndose de nuevo de las formas para representar los cuerpos en las fosas: todo el que fuera diferente, no tenía cabida. El exilio y 39 años que se reflejan en una ilustración sin tapujos: estampa de un fusilamiento, trabajos forzados y prisión. Hasta que llegó su ocaso (con la visita correspondiente de la Parca). Las páginas finales terminan de construir la crítica: aunque se fue, dejó a los que se beneficiaron de aquello (vemos la representación de la iglesia aupada a la cima) y, lo peor, a los que no se enriquecieron de nada y tan solo son nostálgicos. La última ilustración deja la palabra en el aire que también representaba los libros para mañana de la editorial Media Vaca. Con formas geométricas, patrones, el uso habitual de superposiciones, la paleta rojo-azul y amarillo como recurso mínimo con el máximo poder visual para reflejar una historia a la que se le sigue dando vueltas y empleando como estandarte. Un álbum muy recomendable y como cierre, dada la temática espectral y la figura del susodicho, un poema de Julia Otxoa: Todos los trajes de la muerte:

La vida es insoportable

sobre las cenizas de las víctimas.

No me hables de los héroes,

he visto todos los trajes de la muerte,

la sombra de la sangre derramada

es siempre imborrable y única.

Miro nuestra casa

y sólo veo fantasmas.

(de La nieve en los manzanos, 2000)

 

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.dibbuks.es/tienda/index.php?route=product/product&product_id=499

Instagram Ximo Abadía

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martes, 22 de junio de 2021

Entradas en azul. Libros para mañana 1 & 2: Así es la dictadura y Cómo puede ser la democracia. Media Vaca

 

Título: Así es la dictadura

Idea y texto: Equipo Plantel

Ilustrador: Mikel Casal

Editorial: Media Vaca

Colección: Libros para mañana nº 2

Año: 2015

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 18 x 21 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

El arte de editar libros infantiles y el ejemplo editorial de Media Vaca como uno de los ejemplos de coherencia con una serie de principios que les han valido premios internacionales como los de la Feria de Bolonia y, además por esta colección, recibieron el Primer Premio de No Ficción. Una labor que no pasa desapercibida en el ámbito académico por Sandra L. Beckett en su libro Crossover Picturebooks: a genre for all ages de 2012 o por Salisbury y Styles (2014) en El Arte de Ilustrar Libros Infantiles, Concepto y Práctica de la Narración Visual. En la primera entrada que dediqué a uno de sus sensacionales libros, con la antología de Libro de nanas, también había un fragmento de una entrevista a Vicente Ferrer que es muy recomendable para entender su política editorial. En la medida que estuve una década escribiendo sobre discos de sellos independientes, este tipo de posicionamiento editorial nos llevaría a la vertiente más contracultural dentro de las tareas editoriales. Y, además, con obras que tienen una indudable calidad. Con esta colección de cuatro títulos, hoy nos centramos en dos: Así es la dictadura y Cómo puede ser la democracia que están más conectados con las publicaciones del blog en las últimas fechas. Dejaremos los otros dos para más adelante.

En el prólogo del libro se indica el origen de estos títulos que se publicaron por la editorial barcelonesa La Gaya Ciencia entre 1977 y 1978. A partir de estos textos y la reilustración por diferentes ilustradores/as en cada título, nos podemos dar cuenta de algo que dice al final del prólogo y que por desgracia esa idea del mañana sigue siendo una idea para el hoy. Por desgracia, en las guardas podemos observar una colección de dictadores que han pululado por todo el planeta (esta narrativa también es transcultural y transhistórica parafraseando a Roland Barthes) desde Mubarak, Mussolini, Franco, Fidel Castro, Hussein, Videla, Kim Jong-Il o Ceaucescu. Y, ya que inicié la reseña haciendo alusión a la música, recuerdo discos de Scott Walker como The Drift (2006) o Bish Bosch (2012) en el que también se dedicaba a retratar las figuras de estos personajes en canciones como The Day the “Conductator” died sobre la muerte de Ceaucescu y el verso repetido: “nobody waited for fire”. También el reflejo de estos dictadores en la aplicación de la censura como también se reflejó en el maravilloso manual coordinado por Pedro César Cerrillo y Victoria Sotomayor en 2016; Censuras y LIJ en el siglo XX: En España y 7 países latinoamericanos. Esta alusión me sirve para conectar con la información de la página web de la editorial. Una reflexión lúcida:

Si viviéramos en una dictadura seguramente no sería posible un libro como este, que quizá leamos con una sonrisa. Sin embargo, no hay que confiarse: la dictadura sigue siendo hoy una forma de gobierno presente en muchos países, mientras que otros, que se dicen democráticos, reproducen sin sonrojo muchas características de los gobiernos totalitarios: existe un alto nivel de corrupción, no se respetan los derechos humanos, las leyes se hacen de espaldas a los ciudadanos y los que mandan no dan nunca las suficientes explicaciones.” (enlace)

Además de esta cháchara inicial, no olvidamos que los libros que tenemos en nuestras manos son tremendamente recomendables por la cuidada propuesta gráfica. En Así es la dictadura, Mikel Casal aplica un juego más cercano a lo caricaturesco con referencias al cartoon de los años 40-50 y más cercano a la estilización de Paul Rand o Duvoisin. Un atractivo visual con un texto que acompaña con claridad los planteamientos de una dictadura: “La dictadura es como un dictado. Un señor dice lo que hay que hacer y los demás lo hacen. Solo porque sí.” Se ilustran los escenarios en los que se refleja esa dictadura, desde su carácter gruñón y despótico, hasta la censura en el periódico o los presos contrarios a sus dogmas: “En todas las dictaduras está prohibido pensar”. También hay una ilustración impactante cuando se habla de la marcha: en la imagen podemos entender claramente el exilio, pero en las manos del agente podemos apreciar que la forma del dedo nos refleja la forma de una pistola. También se refleja el poder, la conveniencia y el apoyo para lucrarse unos pocos (ya saben aquello de poderoso caballero es Don Dinero). Aún a estas alturas, muchas de estas actitudes y vicios de la dictadura colean: desde la apertura de fosas, hasta las expropiaciones de aquello que pertenece al patrimonio cultural o el auge de sentimentalismos vacuos (políticos y militares). El último tramo del libro nos presenta la sombra en la vida de las personas (las que están sobre y bajo la tierra) y cuándo se acaba una dictadura: cuando el pueblo se coordina y revela o el dictador estira la pata. Y, así puede empezar una nueva historia. O, al menos, parecerlo.



Título: Cómo puede ser la democracia

Idea y texto: Equipo Plantel

Ilustrador: Marta Pina

Editorial: Media Vaca

Colección: Libros para mañana nº 1

Año: 2015

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 18 x 21 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Frente a la dictadura, los collages de Marta Pina en Cómo puede ser la democracia con ese tono surrealista y dadaísta que reflejan esa libertad a la que alude el texto. Los textos tampoco son extremadamente ingenuos en el reflejo de lo que en su momento era la esperanza a un periodo gris, hay la suficiente ironía cuando leemos: “y los partidos políticos representan lo que piensa, lo que quiere o lo que pide todo el país”. Y, a veces lo que reflejan es bastante peculiar y pintoresco. En esa falta de ingenuidad, también se refleja la disparidad de ideas de prosperidad: valores de justicia social o los de libertad de mercado. La libertad se entiende de maneras muy diferentes, pero tiende a prevalecer aquella que está mejor publicitada.

El derecho de sufragio, la necesidad de información para conocer los errores y aciertos de una gestión que también puede envolverse de palabras bonitas (el uso del lenguaje político y esa infantilización del electorado). El álbum no deja puntos sueltos, pero nosotros como mediadores alabamos la oportunidad de rescatar libros que reflejen esa necesidad de repensar qué es la democracia y cómo actuar para cuidar de esa idea. Tomo otro fragmento en su página bastante aclaratorio:

“A los lectores más jóvenes les dará pistas para formular preguntas interesantes, y a los mayores les servirá para refrescar ideas y para reafirmar sus convicciones democráticas, lo que no es poca cosa.” (enlace)

Lo destaco en negrita por no aumentar el tamaño de la fuente a 515416110 puntos. Finalmente, en ambos títulos de la colección el cuidado a la presentación de los ilustradores y un epílogo sobre la actualidad de la dictadura en 2015 como un reflejo de que no estamos ante una figura extinta o un fósil de viejas ideas, además de un test que me gustaría conocer si llegaron a obtener algún tipo de resultado de esas respuestas.

Estos títulos también pueden ser completados con las entregas de Libros del Zorro rojo como el rescate de La anarquía explicada a los niños. La idea de producción literaria para alfabetizar sobre valores y referentes culturales es una de las funciones asociadas a la educación literaria y que siempre ha contado con el reflejo de los ideales de su tiempo. Los valores republicanos o de los frentes populares también tuvieron sus reflejos en diferentes épocas, pero lo que está claro es que en dictadura solo hay un valor representado y, bajo el manto actual de lo “políticamente correcto” este tipo de libros son un oasis al que acudir por una brizna de inteligencia.

 

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

Así es la dictadura

https://www.mediavaca.com/es/libros-para-maanana/asi-es-la-dictadura

Cómo puede ser la democracia

https://www.mediavaca.com/es/libros-para-maanana/como-puede-ser-la-democracia  

Instagram Mikel Casal

https://www.instagram.com/mikelcasal01/?hl=es

lunes, 21 de junio de 2021

Entradas en azul. Isabel Minhós Martins y Bernardo P. Carvalho. ¡De aquí no pasa nadie! Takatuka

 

Título: ¡De aquí no pasa nadie!

Autora: Isabel Minhós Martins

Ilustrador: Bernardo P. Carvalho

Traducción: Patric de San Pedro

Editorial: Takatuka

Año: 2017

Páginas: 40

Encuadernación y formato: 22 x 26 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

La semana pasada cerramos con El presidente del mundo del tándem Zullo-Albertine y retomamos la temática con otro dúo no menos prolífico como las cabezas pensantes detrás de Planeta Tangerina (una de las editoriales portuguesas que junto a Pato Lógico y Orfeu Negro siempre hay que prestar atención y que en el último número de la Revista Peonza se dedica un especial a Portugal). También, la debilidad por un autor/ilustrador como Bernardo P. Carvalho con una propuesta en sus ilustraciones siempre colorista, jugando con la forma y el estilo y que le ha hecho ganador de premios nacionales (Premio Nacional de Ilustración en Portugal), por la labor editorial de Planeta Tangerina en la Feria de Bolonia o sus ilustraciones en el libro informativo de María Ana Peixe La fora (Ahí fuera, editado en España por GeoPlaneta). 

Una ristra de títulos donde el sentido del humor también encuentra espacios para la inclusión de aspectos críticos como en Un día en la playa, Praia Mar y Trocoscópio, tres álbumes sin palabras. En este caso, la propuesta del libro es el juego paródico a partir de la metaficcionalidad en el formato y el juego con el límite de la doble página: el pliegue. Un juego que conocemos en diferentes títulos y que exploró (también Trocoscópio) junto al texto de Daniel Fehr con La pelota amarilla (Takatuka, 2018).


Unido a la temática, el sentido paródico se encuentra en la comicidad del juego metaficcional y la acumulación de personajes en un lado de la página que progresivamente aparecen ante el Sr. Guardia que ha recibido estrictas órdenes del General Alcázar (todos los nombres aparecen en las guardas del libro) montado en su caballo azulado (Relincha-Cohete) e imponiendo que nadie puede pasar de página. A partir de ese momento, la acumulación de personajes en cada paso de página nos llevará a la observación de cada uno de ellos (aparecen astronautas, una caperucita, un extraterrestre que nos recuerda a E.T., un fantasma, la propia autora del texto…) como si del camarote de los Hermanos Marx se tratase. En La pelota amarilla también encontramos ese juego ampliado con la diversidad de ilustraciones y una fiesta en la que Caperucita, Hulk, Bob Esponja o Chewbacca aparecen. 


Todos indignados, pero la ley es la ley. Ante tal avalancha el Sr. Guardia se cuestiona si puede mantener esa imposición y, finalmente, será la infancia la que desmonte todo ese tinglado y un bonito juego en el que el colectivo acaba con una tiranía injustificada. Un álbum muy recomendable y tremendamente divertido, no exento de su carga paródica hacia los dictadores con sus ideas sobre cómo pasar a la historia mediante la opresión.

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

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