jueves, 29 de abril de 2021

Entradas en azul. Antonio Ladrillo. Parte 2. Álbumes en Fulgencio Pimentel e hijos


En la primera entrada, el repaso por tres títulos de los libros de Antonio Ladrillo nos dio una imagen de su exploración artística con el formato del libro-álbum. En esta, nos centraremos en los títulos editados en Fulgencio Pimentel e hijos. En la información de la editorial, leemos como también aparecen citas de otras reseñas como en O Fluxo en la que hablan de la influencia de autores como el sueco Olle Eksell, además de los mencionados previamente Bruno Munari. En esta colección de títulos, también resaltamos la voluntad editorial de ofrecer libros con propuestas artísticas como las del propio Antonio Ladrillo, María Ramos (con títulos como Bubble Gum Boy o Picnic, encontramos muchas similitudes con estos títulos de Antonio Ladrillo por la propuesta visual) y Manuel Marsol que configuran un catálogo que no deja de sorprendernos.

Comenzamos.


Título: Ser un fantasma es lo mejor

Autor e ilustrador: Antonio Ladrillo

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2016

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 17 x 23 cm. Tapa dura.

Idioma: Castellano

Reseña:


El primer título publicado supone una exploración del contraste con el empleo del negro y el blanco y en su web como pintor observamos sus trabajos pictóricos en la serie Crash (con el uso del spray) o en los diferentes A3 que aparecen en sus Work 377, Work 381 y Work 382 de 2017. Ese contraste que se emplea para un álbum artístico a través de la exploración del contraste y el color con las expresiones de ese fantasma que nos cuenta en primera persona sus aficiones y gustos durante la noche. En este caso, el verde será el que proponga la forma que simbolice los lugares que el texto describe. Un juego con el texto en el que las formas representan una narrativa plenamente gozosa y con momentos divertidos como el juego con “salir mirando cuando nadie mira” en el que nosotros como lectores estamos mirando y, precisamente, sus ojos desaparecen. La posición varía y genera el espacio narrativo para la interpretación visual. Esa ilustración, junto a la que corresponde a “Atravesar las paredes” son las que dejan la ilustración en el contraste del blanco y negro. Curiosamente, son en esas acciones descritas que hablan de atravesar, salir al jardín o volando, son las que sacan las expresiones del fantasma de la página.

Un libro en el que de nuevo las expresiones del fantasma continúan con la colección de caras y que con elementos mínimos sirven para la representación e interpretación de sus estados de ánimos. El texto, en primera persona como se apuntó, presenta una narrativa que se centra en una situación inicial en la que sirve de colección de actividades con las que disfruta el fantasma e invita al lector a descubrir ese mundo de los miedos desde una óptica humorística para que, al final del libro, el conflicto y su resolución sean un elemento que ocupe dos dobles páginas: se da cuenta que se hace de día y su marcha.

Aparecen elementos que son clásicos de los miedos como las arañas o los murciélagos y, a la manera de Tomi Ungerer para primeros lectores, propone un libro con un protagonista que tradicionalmente es visto como un villano en el imaginario infantil. Un álbum gozoso y en el que el juego con las apariciones en cada página del fantasma tiene un factor sorpresivo y humorístico. Tremendamente gozoso y un álbum con el que disfrutar con los prelectores, perfecto por su contraste visual y la expresividad de una propuesta minimalista y altamente efectiva.

Web de la editorial

https://www.fulgenciopimentel.com/libros/ser-un-fantasma-es-lo-mejor


 

Título: Montañas

Autor e ilustrador: Antonio Ladrillo

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2017

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 17 x 23 cm. Tapa dura.

Idioma: Castellano

Reseña:


Otra característica en los libros de esta colección es que prescinden de elementos clásicos en el diseño del álbum como las guardas y todo el formato está pensado para ser narrativo. En Ser un fantasma es lo mejor, tiene lógica la materialidad en otorgarle una camisa al álbum para jugar con la representación del fantasma y darle una materialidad narrativa. Con Montañas, la secuencia sigue a doble página y portada y contraportada servirían de elemento narrativo de entrada en un álbum que nos muestra de nuevo el recorrido por un libro similar a los libros de primeros conceptos con las montañas como protagonistas en los que explorar con la forma y el color las interacciones de un personaje que, curiosamente, no tiene expresión facial en contraposición con elementos inanimados como la montaña. Es divertido ver como humanizados los elementos naturales y dejar en un estado inexpresivo al niño que interacciona con ellas.

Con Montañas, volvemos a las ideas de posición de las que hablábamos en la entrada anterior propuestas por Bang (2000) y el dinamismo de estas a partir de elementos geométricos y una interacción del personaje que otorga el ritmo de la narración. El dinamismo en la primera página desde la montaña en diagonal y la direccionalidad del niño subiendo. Los ojos de las montañas nos dirigen hacia las acciones del personaje, excepto en “montañas para refrescarse” que nos dejan más libre la interpretación humorística sobre qué representa el afluente en el que se refresca el personaje. Y, dentro de la editorial, sirve como compañero perfecto para Yokai (La montagne) de Manuel Marsol y Carmen Chica. Y, por la propuesta estilizada, también podemos mencionar a otro gran ilustrador como Bernardo Carvalho y su reciente ¡Patata! En la Editorial Barrett.

Diferentes colores y formas para las montañas, inclinaciones inicialmente prototípicas de la representación de las montañas para introducir variaciones en la forma que desafían ese prototipo de montaña triangular: formas rectangulares, circulares y un personaje que se va disponiendo, jugando con el pliegue de la página alternando su posición después de un inicio en el que pasa del margen izquierdo al derecho e incluso encontrar amigos. Juegos de composición con los colores como por ejemplo a final del libro: montaña gris, mazo azul y, en la siguiente página, montaña azul y libro gris. Juegos sutiles en las variaciones que representan sus libros y que nos adentran en un juego de percepción a diferentes niveles. Y, en todo momento, asegurando la lectura gozosa eliminando el aspecto narrativo del conflicto.

 

Web de la editorial

https://www.fulgenciopimentel.com/libros/monta%C3%B1as


 

Título: Yo

Autor e ilustrador: Antonio Ladrillo

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2017

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 17 x 23 cm. Tapa dura.

Idioma: Castellano

Reseña:


El último título publicado en esta serie de libros, YO, propone un juego metaficcional y profundiza en la idea del límite del pliegue y la simetría en este caso con los diferentes elementos del álbum. En este caso, las guardas aparecen y sirven para jugar como elemento simétrico en el álbum y pueda verse como un flipbook en el que pasar las páginas para obtener esa sensación dinámica con el pliegue como espejo. Un libro sin texto que trae a mi mente dos artículos que leí este año y clásicos dentro de la investigación del álbum sin palabras. Ambos con una década de diferencia como los de Groff (1978) y Knudsen-Lindauer (1988), representando dos polos diferenciados.

El primero (Groff, 1978), presentaba objeciones a este tipo de libros en la alfabetización inicial: retrasaba el proceso en el inicio de su lectura al no contener texto y, en segundo lugar, que el componente artístico no tenía una relación con el desarrollo del pensamiento abstracto. Esto surgía como crítica al escaso esfuerzo mental que suponía la recepción de las imágenes (como ver la televisión) frente al acto de la lectura del texto. Curiosamente, unos principios que rápidamente fueron desmontados en una gran cantidad de investigaciones, aunque no me detendré ahora en ese punto.

En el extremo opuesto, y con más aceptación acerca de las bondades del álbum sin palabras, Knudsen-Lindauer (1988) señalaba estos libros como grandes instrumentos para la alfabetización visual y las ventajas que esa tipología de álbumes presentaba en el desarrollo de diferentes habilidades del lenguaje.

Unido al juego metaficcional, YO, es un álbum que explora las posibilidades del álbum y un juego de Antonio Ladrillo a través del formato y la simetría para la elaboración de una narrativa a través de la materialidad del álbum y sus elementos. Una pelota botando, una niña sorprendida por la peculiaridad del espacio simétrico y el descubrimiento de su reflejo y la aparición final de un animal que se verá envuelto en la misma sorpresa en el espacio. Y, de nuevo, su exploración de un hecho tan sorpresivo es una llamada para la diversión a través del descubrimiento de las reglas de ese juego de espejos. En este caso, si que hay una narrativa que presenta un conflicto al mostrar al inicio la sorpresa y, posteriormente, la celebración del juego con su alteridad.

Si estamos acostumbrados en sus álbumes a entender la doble página como unidad narrativa, en este caso, el pliegue sirve para presentarnos dos mundos conectados y una manera de acercar al prelector al reconocimiento de estos elementos. Volviendo a un ilustrador mencionado como Bernardo Carvalho, un juego con el pliegue como el que realizó junto a Daniel Fher en La pelota amarilla o por el trazo de Jean Julilen en ¡Esto no es un libro!

Web de la editorial

https://www.fulgenciopimentel.com/libros/yo

 

Título: Un… mundo maravilloso

Autor e ilustrador: Antonio Ladrillo

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2017

Páginas: 64

Encuadernación y formato: 17 x 23 cm. Tapa dura.

Idioma: Castellano

Reseña:


Aunque se publicó antes que el álbum YO, la extensión de este Un…mundo maravilloso sirve como broche de oro para los títulos publicados en Fulgencio Pimentel. En esta ocasión, se dobla la apuesta por la extensión y en este paseo por la vida en la que sus páginas se alternan en tres colores: azul, verde y rosa, encontramos la mirada de un niño sobre el mundo empleando definiciones sobre conceptos que dejan espacio para que la imagen y el texto se complementen para generar su significado. Un libro que incluye una reflexión sobre la vida y con un desenlace narrativo más que interesante al descubrir la situación del protagonista. No hay ninguna carga dramática sobre el hecho que subyace, sino que la vida y sus pequeñas cosas son apreciadas con pureza, imaginación y naturalidad. En la vida, hay espacio para deleitarnos con las maravillas que nos ofrece en su colección sensorial. También, hay momento para descubrir que otras cosas son efímeras y que no todas las personas tienen las mismas posibilidades. 

De nuevo, el trazo desaparece para primar la forma, el estilo y la composición en el uso de colores de cada página, fragmentos silentes, sensaciones como pasear por la hierba, abrazar amigos silenciosos, encontrar amigos y descubrir en la naturaleza espacios para la imaginación. Sencillo, cándido y, como no, sin aditivos. Narrativamente, el texto y las imágenes, es su álbum más poético (en el sentido convencional, adjetivo que tan raro y para nada pretende ser peyorativo). Un viaje a través de la mirada de la infancia (si alguna vez ven Yi-Yi de Edward Yang, entenderán como metáfora visual aquello de la mirada de la infancia en su pequeño intérprete). En Un...mundo maravilloso, la colección de momentos definidos con sutileza también nos recuerda a títulos en los que se abordan de manera específica aspectos que conectan con el personaje (De noche en la calle de Ángela Lago o Una vida cualquiera ilustrado por Jutta Bauer) y que no son tan habituales dentro de la Literatura Infantil. Una lectura con la que crecer.

Un libro que nos rodea de naturaleza, flora y fauna, de vida y lugares que olvidamos que son el espacio en el que dejar volar la imaginación. Un libro puro, sin artificios, espléndido. Un viaje por los sentidos, la aventura de la vida (en su sentido más amplio). Broche de oro para sus álbumes en la editorial Fulgencio Pimentel.


Web de la editorial

 

 

 

 

 

 

Fran Martínez

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https://www.fulgenciopimentel.com/libros/un%E2%80%A6-mundo-maravilloso

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Referencias

Bang, M. (2000). Picture this: how pictures work. SeaStar Books.

Groff, P. (1978). Critic’s corner: Art and reading: Is there a relationship? Reading World, 17(4), 345–351. https://doi.org/10.1080/19388077809557440

Knudsen-Lindauer, S. L. (1988). Wordless books: An approach to visual literacy. Children’s Literature in Education, 19(3), 136–142. https://doi.org/10.1007/BF01127091

 

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