viernes, 16 de abril de 2021

Entradas en azul. Javier Sáez Castán y Manuel Marsol. Museum. Fulgencio Pimentel

 

Título: Museum

Autor: Javier Sáez Castán

Ilustrador: Manuel Marsol

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2019

Páginas: 52

Encuadernación y formato: 20 x 20 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Termina la semana y completamos este viaje artístico y metaficcional con un libro galardonado en 2020 en la Feria de Bolonia como mejor libro en la categoría cinematográfica (también recibió una mención el libro Cinematográfico de Ana Pez y Gema Sirvent editado por Libre Albedrío). A partir de la conversación que ofreció Manuel Marsol en la Lliberia Sendak, conocimos algunos de los detalles del proceso de creación con Javier Sáez Castán que llevaba con este proyecto desde hacía unos años y que le propuso a Manuel Marsol ilustrarlo para darle vida definitivamente. Una unión entre dos nombres que han aparecido en este blog en diferentes entradas en los que se recomendaron libros de Manuel Marsol y, como no, uno de nuestros autores con mayúsculas como Javier Sáez Castán. Quizás esta semana otra opción evidente era La merienda del señor verde por su conexión con René Magritte, pero recogiendo la última reseña de Müller este libro decantó la balanza.

En este Tweet de Manuel Marsol, descubrimos todos los referentes al cine que estaban escondidas en este álbum casi sin palabras en el que las imágenes y el formato nos introducen en un lugar misterioso, repleto de suspense y referencias pictóricas. De hecho, el propio libro tiene el formato de un cuadro y su contraportada refleja el reverso del marco.



 El foco de la imagen te interpela desde la portada, con la mirada fija desde el retrovisor en el que vemos los ojos azules del protagonista directamente hacia nosotros y nos hace partícipes desde el asiento trasero. Libro que nos interpela desde cada una de sus páginas y sus guardas ya son el foco narrativo con el que se abre el álbum. Vemos el cielo, el cielo sobre una carretera perdida en la que una camioneta roja se estropea y cuyo motor humea. 

Al igual que en Yokai, todo empieza con un evento imprevisto en el trayecto

Como espectadores, el foco se aproxima y se aleja para ubicarnos narrativamente en la historia, en la que al igual que Yokai, comienza con un coche averiado. Vemos la casa cúbica al fondo, que es donde se parará finalmente la camioneta. Una casa cúbica, un libro completamente cuadrado, el formato del cuadro y un camino que se intuye a través de la hierba en la que el caminante percibe por la ventana el interior con la foto de un cuadro de una mujer (Cathy) apoyada sobre la jaula de un loro. Bienvenidos a Mvsevm, es el momento de abrir la puerta en la que las mirillas y los adornos de la fachada son ojos que nos miran con atención, dos ilustraciones que nos ubican en primera persona ante el libro.

Aproximación del plano

El funcionamiento de ese espacio en el que tan solo habitan los cuadros tiene conexiones con un lugar que sufre variaciones con la interacción y las emociones del visitante (como la Pink room en Twin Peaks, como la caja azul de Mulholland Drive en el que nosotros somos la llave que altera la percepción de la realidad). Y, dado que estamos ante una forma cúbica, el libro y sus cuadros funcionan como las caras de un cubo de Rubik (y jugando con las palabras y lo cinematográfico: un cuadro de Kubrick). Aprovecho esta interpretación personal con un proyecto de uno de mis mejores amigos, Javier Lloret, en su estancia en la Universidad de Lintz con un proyecto premiado en el que transformaba la fachada del museo del Ars Electronica Center.


Percepción dentro del museo que se altera con la vista de una realidad reconocible para el visitante, cuadros cuyo pie es el texto que nos ofrece las pistas del papel de cada personaje (el tigre guardián y tal vez sería uno de los motivos para clasificarlo como álbum casi sin palabras). El museo comienza a cobrar vida, sus cuadros aumentan la tensión en el visitante y a nosotros como espectadores. La realidad altera también las leyendas de los cuadros y el uso de la mirada frontal hacia el lector nos interpela a conectar con el visitante, confuso y aturdido. Miradas que lo encajonan (los cuadros con grandes ojos con referencias a Magritte) y los nuestros han establecido el perímetro en el que está atrapado en el museo viviente: el juego metaficcional.


La traición de las imágenes: realidad externa e interna

Finalmente, hay una solución para resolver el puzle y comprender que la naturaleza del arte nace desde la interacción y comprensión de las obras del visitante. Y, de nuevo, el zoom nos ubica como espectadores de la resolución de una historia que funciona como un mecanismo perfectamente engrasado en todos los niveles de significación del álbum. Una auténtica joya surrealista. Así, cerramos la semana con un visitante que ha escapado de lo que Magritte tituló La traición de las imágenes.

Y como no, cerramos con la playlist de este sensacional álbum que se encuentra en la web de Manuel Marsol. Una debilidad personal, defecto de mi anterior andadura como crítico de música, en la que encontramos esa referencia al mundo Lynch y Twin Peaks con la canción dedicada a Audrey Horne de Angelo Badalamenti en “Audrey’s dance” y una de mis canciones de adolescencia de la banda de Chicago: Tortoise y “Glass musseum”. Mi recomendación, dado lo norteamericano del paisaje, Tom Waits y Picture in a frame. O el Rock del tigre

PLAYLIST


Fran Martínez

Twitter

 

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Web de la editorial:

https://www.fulgenciopimentel.com/libros/mvsevm

Web

https://www.manuelmarsol.com/MVSEVM-2019


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