jueves, 7 de octubre de 2021

Entradas en azul. Kitty Crowther. Moi et rien

 


Título: Moi et rien

Autora e ilustradora: Kitty Crowther

Editorial: L’école des loisirs.

Colección: Pastel

Año: 2000

Páginas: 36

Encuadernación y formato: 24 x 17 cm. Tapa dura.

Idioma: francés

Reseña:

Otro de los nombres que ha aparecido habitualmente, en este periodo en el que me encargo de las entradas del blog, es Kitty Crowther. Dentro de las diferentes reseñas, una estaba dedicada a La visite de Petite Mort y su manera con la que enfrentar la temática del duelo en la literatura infantil, mostrando el punto de vista de la pequeña muerte que se enfrentaba cotidianamente a ese momento trágico de conducir a alguien hacia el otro lado. En Annie du lac también está presente desde el momento en que la protagonista decide poner fin a su vida (y posteriormente pasarán acontecimientos que dejaremos para una entrada específica, dada la calidad de los libros de la autora) y, en Moi et rien (yo y la nada) tenemos el punto de vista del duelo de los que se quedan. La ternura y el humor podrían señalarse como herramientas para afrontar esta temática, pero tampoco harían justicia a la manera tan precisa de construir un discurso que aborda las cuestiones desde una naturalidad que combina con el plano surrealista y onírico.

A partir de una narración en primera persona, descubrimos la voz de Lila presentándonos a ella y a la “nada”. Sí, la nada es su compañía y su amigo imaginario: nunca dice nada malo, aunque a los demás niños le parece algo bizarra la situación. “Nada importa si nada está conmigo”. A partir de ese momento, se retratan las situaciones peculiares que vive Lila con su amigo imaginario tan particular (al que le “pone nada” en el plato en la cena). Un padre que debe ausentarse diariamente para atender a otras preocupaciones (como jardinero de una mansión) y un jardín que ha quedado desatendido en el que no hay nada que hacer, aparentemente. “Piénsalo bien, desde la nada, se puede hacer de todo”.

En este punto de la narración, conocemos las flores favoritas que cultivaba su madre (que ya no está): las amapolas del Himalaya. Ante la incomunicación con su padre en el proceso de duelo y el jardín se articulan las conversaciones con nada (con un aspecto peculiar, como un hombrecillo de mimbre amorfo, con una nariz anaranjada) que desaparece súbitamente. La manera con la que Lila se sobrepone es cultivando las flores preferidas de su madre, cuidándolas del frío del invierno, de las babosas,… hasta que en primavera florecen. El jardín desatendido en la casa del jardinero, la niña incapaz de comunicarse con su padre (también viviendo el duelo de la pérdida) y los mecanismos de superación que se unen al final de la historia con la recuperación de Lila de un jardín repleto de las flores favoritas de su madre. Y, finalmente, el reencuentro con su padre y la entrega de una caja con un objeto misterioso que su madre dejó antes de marcharse.

Una historia que explora el diálogo interno del proceso de duelo en la infancia, en las peculiaridades del pensamiento en estas edades, son el reflejo de la infantilización del proceso del duelo por parte de los adultos. El silencio, la ausencia de comunicación o la falsa premisa de protegerles alejándoles de las emociones dolorosas son elementos que subyacen en una narración en el que el ciclo de la naturaleza articula ese discurso sostenido en una historia que emplea los detalles precisos para abandonar un tema complejo (y tan abstracto en el pensamiento infantil) desde una mirada imaginativa y enternecedora: la materialización de la ausencia y el acercamiento a la muerte desde una experiencia personal en el que los recuerdos son parte de la aceptación final.

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.ecoledesloisirs.fr/livre/moi-rien

Instagram de Kitty Crowther

https://www.instagram.com/kittycrowther/

 

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