lunes, 25 de octubre de 2021

Entradas en azul. Wolf Erlbruch. Por la noche. Ediciones SM.

 

Título: Por la noche

Autor e ilustrador: Wolf Erlbruch

Traducción: Nadine Belién

Editorial: SM

Colección: Barco de vapor, nº60

Año: 2001

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 12 x 19 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Creo que serán pocas las personas que tengan interés por la Literatura Infantil y no tengan una especial devoción por los libros de Wolf Erlbruch. En este espacio hemos dedicado reseñas a diferentes títulos como el bellísimo L’ogresse en pleurs de Valerie Dayre, el filosófico La gran pregunta y, como no, un icono de la Literatura infantil con El pato, la muerte y el tulipán. En 2017, recibió el Premio Astrid Lindgren por su obra y en Youtube se puede escuchar la llamada del jurado a Erlbruch:



Me encanta el momento en el que habla de que alguien se acercó a él de manera inesperada para decirle: gracias por sus libros. Previamente al comentario de este libro les invito a repetir el mantra: Muchas gracias por sus libros. Pueden hacerlo tantas veces crean necesarias, pero más importante es el recordatorio implícito del mensaje: la literatura infantil es literatura y no, no es nada menor pese a que la edad de su público, a priori, no sea adulta. Se podrían escoger diferentes títulos del autor y sería un placer admirar su trabajo desde el plano artístico como ilustrador en El taller de las mariposas de Gioconda Belli, el fabuloso y de gran formato El oso que no estaba de Oren Lavie, el reciente poemario Palmas y aplausos de Edward van de Vendel, las colaboraciones con Bart Moeyaert (Premio Astrid Lindgren en 2019) con El viaje de Olek y, especialmente, La creación. Aunque un lugar especial en este apartado lo ocupa la ilustración de los textos de Karl Philipp Moritz en El nuevo libro del abecedario.

En esta faceta de ilustrador también apoyó textos de diferentes autores que fueron editados dentro de la emblemática colección de SM, Barco de vapor (Eduardo Porcachón de John Saxby o No es un papagayo de Rafik Schami). Dentro de esta colección también tuvo espacio para un título en nombre propio (como autor e ilustrador) y que, desafortunadamente, no le sienta nada bien el formato de esa colección a un álbum tremendamente divertido e inteligente. Con la unidad de la doble página, el despliegue de los collages de Erlbruch queda empequeñecida en formato, pero no en su excepcional propuesta. Un protagonista, Pedro, insomne que se acerca a la cama de su padre para decirle: “Quiero salir, entrar en la noche”. Una frase un poco sombría si fuéramos el padre somnoliente que se despierta con esas palabras.

A partir de esa situación, la pareja (padre e hijo) inicia un paseo por la ciudad de noche en la que el texto refleja las palabras del padre somnoliente y que desea contentar a su hijo con el único objetivo de mostrarle que por la noche no pasa nada. Por eso se duerme. Todo el mundo duerme: las liebres, el vendedor de verdura, las ranas, sus amigos, la farmacia. Por la noche no pasa absolutamente nada. Y, claro está, el padre preferiría estar durmiendo. En el plano de las ilustraciones, la situación es la contrapuesta al discurso del padre: un mundo de fantasía que articula Erlbruch con minuciosos collages, oníricos y surrealistas (el gran perro salchicha formando un puente a su paso, una trucha portando una fresa en un carro y, como no, Alicia saltando en pose circense un aro sujetado por el conejo blanco) y en el que grandes animales acompañarán al niño en un juego imperceptible para el adulto somnoliento que lo lleva de la mano.

La noche abraza la fantasía del niño y de los lectores que disfrutamos de sus ocurrentes composiciones y, muestran en esa yuxtaposición entre el texto y la imagen una invitación a la carcajada. Adicionalmente, la lectura de la mirada diferenciada del adulto que ha olvidado ser un niño y la imaginación simbólica de la infancia, una mirada que hay que tener siempre en cuenta y no minusvalorarlo. Ojalá lo reediten con un formato que haga justicia a su contenido. De nuevo, muchas gracias Mr. Erlbruch.

 

Fran Martínez

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