Título: El pato, la muerte y el tulipán
Autor
e ilustrador: Wolf
Erlbruch
Traductor: Moka Seco Reeg
Editorial: Barbara Fiore Editora
Año: 2007
Páginas: 32
Encuadernación
y formato:
24 x 30 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano
Reseña:
Dada la temática sobre la fragilidad de la naturaleza como
metáfora de la condición humana, su esplendor y declive en sus ciclos, la vida
y la muerte, la elección de un álbum como El pato, la muerte y el tulipán
de Wolf Erlbruch es un camino al que inexorablemente te conduce ese hilo
mental. También puede ser un proceso inconsciente, pero no deja de ser la
celebración de uno de los álbumes más importantes dentro de la LIJ. Esta
aseveración, a estas alturas, se puede tomar como una certeza por el
reconocimiento de la crítica y, recordaba que en 2016 en el Simposio organizado
por uno de los grupos más importantes de este país en la promoción de la LIJ (GRETEL)
en 2016 bajo el nombre 10 años de
LIJ se organizó una votación a partir de una lista de 100 álbumes que
formaban parte de su oferta formativa en el Máster de la UAB. El podio lo
conformaron Voces en el parque de Anthony Browne, Donde viven los monstruos
de Maurice Sendak y el título elegido hoy: El pato y la muerte de Wolf
Erlbruch (el tulipán se va quitando según la edición, pese a que el título
original es Ente, Tod und Tulpe, 2006). Ciertamente es un ramillete de
tres obras que ofrecen poca discusión en su calidad estético-literaria y
obligadas en la formación de mediadores literarios o bibliotecas escolares.
Sobre Wolf Erlbruch ya hemos dedicado dos entradas sobre
obras previas a la publicación de este álbum como la ilustración para Valerie
Dayre de L’ogresse en pleurs o La gran pregunta, donde Wolf
Erlbruch ya incluía a estos personajes (el pato y la muerte). Sobre este
proceso de creación del álbum se puede leer una entrevista de Gustavo Puerta Leisse
en 2007 en la revista Educación y biblioteca con un título (Wolf
Erlbruch es más importante que un árbol, aunque él no lo crea así) que alude a la manera en que Wolf
Erlbruch rebaja el tono ceremonial sobre el análisis de su obra y los
reconocimientos recibidos (Premio Andersen y Premio Astrid Lindgren). En esta entrevista
se encuentra el origen de la creación de estos tres personajes, inicialmente
como marcapáginas en 1994, y que años después rescató para crear una historia
que se fue depurando en texto e ilustraciones hasta su concreción final. En una
entrevista recomendada en las reseñas realizadas en el blog sobre Georg Barber
(ATAK)
también analizaba la importancia de la editora Antje Kunstmann y la anécdota de
que pasó dos días en casa de Erlbruch a la espera de que le entregase la última
ilustración.
Retos que muestran el proceso de creación de un álbum en el que conseguir la máxima expresión con elementos mínimos, como el blanco como espacio en el que inicialmente se relacionan el pato y la muerte, presentada de manera cordial y que se dirige al pato con calma ocultando en sus espaldas un tulipán. Con la percepción de su presencia por parte del pato, se inicia una conversación distendida e irónica entre ambos. Resulta paradójico encontrarse cómodo frente a la muerte, un icono cultural que no es precisamente el más atractivo. Inevitable de todas formas, ya sea simpática o desagradable, la existencia humana es irremediablemente finita. Con esa premisa, tenemos un elemento que perturba inicialmente (la muerte) y que funciona como una espada de Damocles para el lector: cuándo se llevará al pato.
La importancia del texto es jugar con humor en el cómo,
comparten baños en el estanque, el pato le ofrece su calor y esa amistad genera
una expectativa en el conflicto de la narración: ¿habrá una manera de que la
amistad entre ambos sirva como escapatoria de su destino? En esa relación
también se introducen aspectos sobre la iconicidad de pasar a mejor vida a partir
de ideas religiosas que ofrecen una respuesta a las cuestiones existencialistas
(también ilustró previamente La creación de Bart Moeyaert). El texto
sigue mostrando el tránsito que conecta con las consabidas etapas del duelo de
Kübler-Ross (negación, ira, negociación, depresión y aceptación), pero que se centra
en el suspense con pequeños gags como subirse a un árbol (¿quizás si supiéramos
que la muerte nos acecha no aprovecharíamos para hacer todo aquello que resulte
más peligroso y nos insufle más adrenalina?). Finalmente, la muerte es un tema
de conversación que sobrevuela de la misma manera que el cuervo negro que
aparece mientras ambos comparten la vista desde arriba del árbol. Punto en el
que se amplía su perspectiva de la vida.
A partir de ese punto, se desencadena la resolución del conflicto: aceptada la finitud, el silencio se apodera de ambas hasta que, finalmente, se percibe y se acepta el fin. Momento para que Erlbruch dote de belleza con el uso del fondo en el que retratar el sueño del pato bajo la nieve, y la reaparición del tulipán. Ese contraste con elementos mínimos con el empleo del blanco, el collage y el contraste con el color azulado del estanque y la sobriedad dibujan un final que encadena tres ilustraciones a cuál de ellas más maravillosa: vigilando su sueño, llevándola en brazos y dejándolo en el río. Un bonito epitafio, tristeza, pero la vida reflejada con serenidad y sencillez. Como coda, una imagen que muestra la continuidad del proceso a su alrededor.
En la entrevista de Gustavo Puerta Leisse (editor de Ediciones
Modernas el Embudo, que recientemente reseñamos dos títulos en el blog) en
2007, Erlbruch señalaba:
“Lo que he querido mostrar con este libro es que, para
empezar, tenemos que morir. Es una pena, pero no hay otro remedio. Esta muerte
es simpática pero, finalmente, es la muerte y se lleva a ese pato con el que
nos identificamos.” (p.28)
El pato, la muerte y el tulipán es un álbum hermoso y poético, no exento del drama y la comedia de la vida. Una joya con la que aprovecharemos para conectar con otros títulos en futuras reseñas (especialmente las centradas en obras de Kitty Crowther, pero también de la editorial Barbara Fiore como los de Elisabeth Helland Larssen y Marine Schneider). Concluimos con el cortometraje animado que dirigió Matthias Bruhn en 2010 y como no, recomendando la lectura de una maravilla LIJ. Y una última nota personal de quien escribe, en esta época pandémica he recurrido al visionado de series que hacía mucho tiempo que no veía, como The Sopranos. No sé cómo surgen estas conexiones con nuestro bagaje cultural, pero por alguna razón al ver el primer episodio con la partida de los patos de la piscina de Tony Soprano y su ataque al corazón pensé en este álbum. Una simple conexión.
Fran
Martínez
Web de la editorial:
https://www.barbarafioreeditora.com/catalogo/libros/el_pato_y_la_muerte-x
Referencia:
Puerta Leisse, G. (2007). Wolf Erlbruch es más importante que un
árbol, aunque él no lo crea así. Educación y biblioteca, 19(162),
26-30.
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