Título: Snowhite
Autora
e ilustradora: Ana
Juan
Editorial: Edicions del Ponent
Año: 2001
Páginas: 88
Encuadernación
y formato:
28 x 23,5 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano
Reseña:
El universo de reescrituras y adaptaciones de los cuentos
populares es realmente amplio y con algunos títulos reinando sobre otros como, sin
duda alguna, Caperucita roja. Diferentes investigaciones han analizado
las estrategias de sus reescrituras, la proliferación de relatos que subvierten
los valores de los personajes para ampliar el efecto paródico de las
prosificaciones más conocidas (especialmente las de los Hermanos Grimm y
Perrault). Obviamente, en todas estas reescrituras hay una posición ideológica
(unas veces meramente estéticas y superficiales) y, las menos, una propuesta
artística que aporta un valor artístico (ya sea por la nueva lectura visual del
clásico o por la ingeniosa conexión intertextual en la narrativa). Unos cuentos
tradicionales que continuamente son observados desde el manto de la corrección
y el blanqueamiento sin una mayor reflexión al pensar que la literatura
infantil es simplemente un instrumento moral y didáctico. Especialmente, cuando
la visión del amplísimo corpus de la tradición oral (seguramente todas las
personas que critican estos relatos conocen y recitan de principio a fin el
índice ATU) se limita a la intromisión de Disney en la popularización y mercantilización
de su interpretación de los relatos.
Así, la versión de Ana Juan de Blancanieves con Snowhite
juega con diferentes técnicas para la reescritura del clásico. Por una parte,
tenemos la modernización del contexto en el que se enmarca la narración que
bebe del texto de los Grimm con los guiños a los nombres: Lady Hawthorn (traducción:
espino, como el de la noche en el que deseó tener una hija) como la madre que fallece cuando da a luz a Blancanieves (madre, que sería la villana en la versión de 1812 y madrastra que aparecería como villana en la versión de 1819). La aparición
de una nueva madrastra, el fallecimiento del padre, que se encargará de atormentar
a la joven Blancanieves a la que envidia por su belleza. Ya saben: mirror mirror
on the wall who is the fairest of them all. El uso del blanco y negro, el
estilo de las ilustraciones y la ambientación nos remiten a un relato gótico con
el mantenimiento de los acontecimientos y cargándolos de una nueva
significación. La aparición de la locura de la madrastra, desnuda y con una
larga cabellera (como una medusa), el contraste entre la ciudad y el palacio y
una sociedad de principios del siglo XX (por el tipo de coches que aparecen en
las ilustraciones). La huida de su captor en el destierro del castillo, esta
vez el bosque es interpretado por callejones oscuros y una legión de ratas
hasta el cobijo en la taberna de unos señores extrañamente diminutos (taberna
Lilly & Putt).
Allí, como tabernera, continuará desarrollándose el relato (con la irrupción de la madrastra para acabar con ella con una inyección como símbolo del veneno inyectado en el peine de la original o, el archiconocido de la manzana) y con un final aún más perturbador: la joven acaba en manos de Mr. Prince como una marioneta que nos recuerda al relato de Basile de La Bella Durmiente (con el título Sol, Luna y Talía) en el Pentamerón con el abuso sexual de la princesa durmiente. El conjunto de referencias hipertextuales introduciendo los aspectos más sombríos de los relatos de la tradición oral, apoyados por sus oscuras ilustraciones, se distancian del blanqueamiento moral y tensionan la historia desde los elementos más complejos temáticamente. La oportunidad es la lectura de ese tiempo y reflexionar sobre los ideales de belleza que aún siguen vigentes, la locura y la envidia, así como la violencia impuesta por los hombres (recordamos La niña de rojo de Innocenti o las fotografías de la Caperucita roja de Sarah Moon) o el retrato del poder clasista.
Un relato de terror que, por desgracia, sigue siendo contemporáneo. Y, taparlos, nos impide subvertirlos o tomar una posición sobre ellos. Un álbum fascinante y atemporal. Como epílogo: un ajusticiamiento a la última Lady Hawthorne (sin el hierro al rojo vivo). Quizás, al lector que tenga en mente la película de Disney como hipotexto, estos aspectos sombríos de la narrativa le parecerán escabrosos y violentos, pero realmente estaban incluidos en las versiones iniciales y, en esta narración, la imagen aporta la información de otros aspectos subyacentes en el texto: las peticiones de asesinato de Blancanieves por los cazadores y el destripamiento para extraerle órganos para el posterior festín de la madrastra.
Fran
Martínez
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