Título: Trocoscópio
Autor
e ilustrador:
Bernardo Carvalho
Editorial: Planeta Tangerina
Colección: Histórias Paralelas
Año: 2010
Páginas: 32
Encuadernación
y formato:
21,5 x 19,5 cm. Tapa dura.
Idioma: portugués. Álbum sin palabras.
Reseña:
Tercera entrada para el fabuloso y autor/ilustrador/editor
portugués Bernardo Carvalho (Lisboa, 1973) después de Praia
Mar y ¡De
aquí no pasa nadie! junto a Isabel Minhós Martins. Su versatilidad para la
exploración del libro-álbum va más allá del formato de ficción y también se ha
adentrado en diferentes libros informativos como los de Ana Pego e Isabel Minhós
Martins (Plasticus Maritimus) y el premiado en la Feria de Bolonia Atlas
de los grandes exploradores recientemente editado en castellano. En formato
álbum ha experimentado con la funcionalidad del pliegue como resaltamos en las
reseñas anteriores, las narrativas visuales sin palabras o, como este ejemplar,
con historias paralelas que se pueden leer en ambos sentidos (además de As duas
estradas y O livros dos quintais, publicó el divertidísimo Olhe, por favor,
não viu uma luzinha a piscar? / Corre, coelhinho, corre!). También una
fijación con la mirada sobre el ser humano y la naturaleza, el entorno campestre
y el urbano. En definitiva, su propuesta admite una lectura en el que reflejar
la sensibilidad por la ecología desde unos principios minimalistas como en este
Trocoscópio.
En este álbum tenemos muchos de los elementos con los que
experimenta Carvalho: el pliegue como diferenciador de dos mundos, narrativas
visuales desprovistas de texto y una historia que el lector tiene el papel activo
para interpretar qué está pasando en cada paso de página. Dentro de las
dimensiones interpretativas el componente ideológico de la narración es una
sugerencia y una puerta abierta, pero que principalmente busca la experiencia
del lector desde la inteligencia de la propuesta estética como un juego con 142
piezas de colores. En la contracubierta, entendemos el posicionamiento del
autor sobre una posible lectura del álbum:
El trocoscopio es el invento del siglo: una fabulosa
máquina para cambiar el mundo, barajar las piezas y dar la vuelta, mostrando
todo con arreglos nuevos e inesperados. Si hay cosas que cree que debe cambiar,
mantenga presionado el trocoscopio y presione el botón. [traducción libre]
Una combinación de piezas que se inician formando un entorno
industrial (con sus altas chimeneas, el tránsito de camiones y grúas) y, en
cada paso de página, se iniciará al otro lado del pliegue una reconfiguración a
partir de las piezas que se trasvasan de un lado al otro. Un juego en el que a
medida que pasamos las páginas creamos un nuevo entorno que, finalmente, se
revelará como una selva repleta de animales. Otro elemento característico en el
último cambio: una especie de códigos de barras rectangular pasa como colofón en
forma de risa de elefante (también pueden observar el juego con los códigos de
barras de la contracubierta del álbum en otros títulos). En un ejercicio
similar a ¡Patata! (publicado en la editorial Barrett), la ausencia de texto
hace de esta lectura más una sugerencia, la propuesta surge de dotar de voz a
la naturaleza (expresiva, frente al grisáceo entorno industrial) es la
invitación que nos propone para activar esos cambios que sugiere en el
paratexto. Un álbum divertido, abierto a interpretaciones y preguntas, pero que
no necesita recurrir a la excesiva moralina de la preservación ecológica (a
veces, en algunos álbumes dentro de esta tendencia cada vez más acusada, son más
panfletos naífs que otra cosa). Una suma de gestos mínimos para un cambio. Y,
siempre, gozoso.
Fran
Martínez
Web de la editorial
https://www.planetatangerina.com/pt-pt/loja/trocoscopio/
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