viernes, 19 de noviembre de 2021

Entradas en azul. Roberto Innocenti. La casa. Kalandraka

 

Título: La casa

Autor: J. Patrick Lewis

Ilustrador: Roberto Innocenti

Traducción: Silvia Pérez Tato

Editorial: Kalandraka

Año: 2010

Páginas:

Encuadernación y formato: 5 x cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Cómo un ilustrador amplifica un texto por las decisiones que toma al respecto a la ilustración. Esta semana hemos tenido el cómic de Ana Penyas y, de una manera similar, con este álbum no podemos olvidar otra obra de arte como Aquí de Robert McGuire. En formato álbum hay una buena cantidad de ejemplos y, a modo de memorias de un espacio, otra casa como The house by the lake convirtiendo el texto de Thomas Harding a un álbum con las ilustraciones de Britta Teckentrupp. La casa es un álbum escrito por J. Patrick Lewis e ilustrado por Roberto Innocenti (Premio Andersen de ilustración 2008) que Kalandraka publicó en 2010. Vuelta de una pareja que ya había creado otra maravilla en formato álbum como El último refugio (2003) en el que recuperan el elemento de la memoria y el recuerdo en este sensacional álbum. La historia nos cuenta el paso del tiempo durante el siglo XX a través de una casa construida, como se aprecia en el texto introductorio, en 1656, año de la peste. El libro se compone por secciones en las que se observa una pequeña ilustración y un texto que dan lugar a una ilustración a dos páginas para, de esta manera, introducirse en el descubrimiento de ese lugar que ha visto desde sus ventanas y el crepitar de sus cimientos el paso del tiempo. Espectadora impasible de la historia de un territorio, siempre acogedora.

Se trata de un libro fascinante, cuyas ilustraciones hablan por sí mismas, sin la necesidad del texto que nos cuenta, al igual que el cine mudo, lo que ya podemos deducir por la escena. Por otra parte, tan necesario para la comprensión del joven lector de las idas y venidas presenciadas en la historia de la casa que es, en definitiva, la de nuestra cultura. Estas ilustraciones transcurren en un único plano que nos permite observar la evolución y los cambios que se producen en ella durante el siglo XX. Estaciones, nacimientos e incluso guerras suceden entre las paredes y los alrededores de esta gran casa familiar. La fuerza y el virtuosismo de Innocenti llena de detalles cada ilustración, que podemos comparar, remirar, analizar e indagar durante horas y horas. La maestría de Roberto Innocenti nos muestra una profunda documentación histórica que nos desvela en cada página el modo de vivir a través de los personajes, sus ropas, costumbres, acontecimientos familiares, sus labores y trabajos, así como los objetos típicos de la época en la que viven. Así, como sus gestos y expresiones ante cada acontecimiento.



A través de las ilustraciones podemos apreciar como el paso del tiempo deteriora lo que en un momento fue una casa llena de alegría y vida. Se discierne también cómo la sociedad evoluciona y se pierde la perspectiva del mundo rural para dar paso a la sociedad moderna, que en ocasiones conlleva la pérdida de su esencia. La obra comienza con el hallazgo de una casa deteriorada, que hace muchos años dejó de tener vida, fue abandonada y olvidada, pero su descubrimiento por parte de estas nuevas personas traerá luz y calor a las paredes que un día albergaron generaciones de familias. Estos nuevos habitantes reconstruirán la casa y durante todo un siglo nos convertiremos en espectadores del desarrollo de los acontecimientos de cada época. Finalmente, la casa perderá a su último habitante y volverá a quedar abandonada, pero como ocurre en ocasiones, esta casa volverá a revivir readaptándose a la nueva sociedad y enseñando esos cambios modernos que ha sufrido. Es una metáfora clara de cómo cambian las sociedades, tal vez evidente en sus fachadas, pero con un esqueleto que se mantiene a través de generaciones y la misma misión: acoger.

El formato del álbum, y de gran tamaño como es costumbre en la obra de Roberto Innocenti, permite compaginar la escasez del texto con otras ilustraciones a doble página en el que detallismo del ilustrador sirve como excusa para adentrarse a su exploración. Esta revelará al lector visiones de un lugar perdido, una conexión con el recuerdo de la vida de otra época, las memorias y diferentes tesituras que viven las diferentes familias y generaciones. La comprensión del tránsito de las diferentes personas a través de un lugar, un espacio inamovible, que recuerda las múltiples historias impregnadas en cada ladrillo. Una puerta abierta para el diálogo en el aula sobre las acciones y consecuencias que dejamos a nuestro paso. Tal vez, también conversar sobre cómo esperan que sea ese paisaje el próximo siglo. En definitiva, La casa es una obra con una gran carga visual que transmite el paso del tiempo y las diferencias sociales que podemos encontrar según el siglo en el que estemos. Una obra digna de conocer. 

 

 

 

Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.kalandraka.com/la_casa-978-84-92608-23-2-castellano-834.html

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