jueves, 11 de noviembre de 2021

Entradas en azul. Kitty Crowther. Yo quiero un perro. ¡El que sea, me da igual!. Fulgencio Pimentel e hijos

 

Título: Yo quiero un perro. ¡El que sea, me da igual!

Autora e ilustradora: Kitty Crowther

Traducción: Joana Carro y César Sánchez

Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos

Año: 2021

Páginas: 54

Encuadernación y formato: 26 x 21 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

Una de las artistas que más reseñas ha tenido este año ha sido Kitty Crowther y hoy tiene entrada por partida doble. Nos apartamos de la creación y la divinidad para reseñar su última publicación. En este título, al menos en la edición francesa, se emplea de nuevo la coloración fluorescente (al menos en la edición de L’ecole des loisirs) como Theo y Dios o Cuentos de mamá osa (comparten la protagonista de este álbum la misma falda). Si seguimos por la cubierta y contracubierta observamos un conjunto de perros alrededor de la protagonista y, si siguen a la autora en Instagram, conocerán su última exposición de retratos: facewall.


PORTRAIT • Kitty Crowther from NIGHTHAWKS on Vimeo.

La editorial Fulgencio Pimentel se ha encargado de la edición de este nuevo título (y, próximamente, de otras reediciones, aunque desconozco los títulos intuyo que estarán conectados con los que nombran en la entrada de este álbum en su web) y títulos anteriores han pasado, principalmente, por Corimbo o Los Cuatro Azules (la entrañable serie Poka y Mina) y, puntualmente, por Libros del zorro rojo y Ekaré. Es una gran noticia que una editorial se encargue del rescate y nuevas entregas de una autora que prima la inteligencia del lector y, en definitiva, nos maravilla abordando cualquier temática desde un punto de vista singular: desde el texto y la ilustración. Esta es la historia de Millie (los peluches de su habitación o sus zapatillas de andar por casa nos hablan de sus intereses caninos) que somnolienta (nos habla un narrador omnisciente) que detesta dos cosas: madrugar e ir a la escuela (que también nos precisan que es una selecta escuela privada). Hora del desayuno con su madre y, todos los días, la misma cantinela (en mi cabeza suenan los Four Tops con It’s the same old song): ¿Puedo tener un perro? La elección del encuadre también refleja esa dualidad entre la madre y la hija (además de ofrecernos una vista al exterior para presenciar la arboleda): la primera, mirando el periódico, y la segunda con cara de hastío ante el conocimiento de la respuesta de la madre. Dos posiciones sobre el mismo asunto.

(nunca veremos los ojos tapados por ese flequillo)

A través de los deseos y preferencias de Millie conocemos otros aspectos de su vida: quiere un perro grande y fuerte como su padre Albert o uno peludo de larga melena como su madre (al que llamará Dior). Y, como no, un tono humorístico que se representa en los aspectos de cada uno de los perros (casualmente el de aspecto bizarro es el menos extraño de todos para nosotros) y, también una alusión al juego de las próximas ilustraciones: el perro también comparte semejanza con sus dueñas: Lucette y Georgette. Sea como sea, la insistencia de Millie por convencer a su madre y salirse con la suya. En el polo opuesto, la madre que no accede (pero sus negativas continúan mostrando el sentido del humor: “Tú eres mi pequeño perro”, le dice cuando la lleva de la mano a la escuela). Para Millie tener un perro significa formar parte del grupo de compañeras que se pasan todo el día hablando de sus perros y, para colmo, formando un club selecto (ahora, entenderán el por qué odia la escuela). La obstinación al final tiene recompensa, pero en este punto se incluirá un aspecto menos abordado en la literatura infantil: el abandono de las mascotas en la protectora (de nuevo, como en el final de Farwest, el aspecto bizarro de los personajes y las referencias escondidas).

Comúnmente es la mascota la que suele ser compañera de aventuras y juegos.  También es el contrapunto a un aspecto esencial en el cuidado de mascotas: no es un juguete y requiere su cuidado una responsabilidad. Finalmente, tenemos un nuevo compañero para Millie: ¡Prince! (sí, el del Sign of Times). Todo ese tránsito cuidadoso y humorístico sirve para enfrentarnos a la segunda parte del álbum: ¿ahora podrá ser parte del club selecto? ¿Será solo un capricho temporal? También tendremos una escena en la que conoceremos más peculiaridades de Prince al final, como un epílogo mágico y una celebración de lo peculiar, de lo que rompe con cánones normativos, y una sorpresa final que nos devuelve al mundo mágico de los personajes de Crowther. Un álbum divertido y una historia con final feliz (de nuevo el bosque y un bello atardecer).

Web de la editorial

https://www.fulgenciopimentel.com/libros/yo-quiero-un-perro

Instragram de Kitty Crowther

https://www.instagram.com/kittycrowther/

No hay comentarios:

Publicar un comentario