Título: Yo quiero un perro. ¡El que sea, me
da igual!
Autora
e ilustradora:
Kitty Crowther
Traducción: Joana Carro y César Sánchez
Editorial: Fulgencio Pimentel e hijos
Año: 2021
Páginas: 54
Encuadernación
y formato:
26 x 21 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano
Reseña:
Una de las artistas que más reseñas ha tenido este año ha
sido Kitty Crowther y hoy tiene entrada por partida doble. Nos apartamos de la
creación y la divinidad para reseñar su última publicación. En este título, al
menos en la edición francesa, se emplea de nuevo la coloración fluorescente (al
menos en la edición de L’ecole des loisirs) como Theo y Dios o Cuentos
de mamá osa (comparten la protagonista de este álbum la misma falda). Si
seguimos por la cubierta y contracubierta observamos un conjunto de perros
alrededor de la protagonista y, si siguen a la autora en Instagram, conocerán
su última exposición de retratos: facewall.
PORTRAIT • Kitty Crowther from NIGHTHAWKS on Vimeo.
La editorial Fulgencio Pimentel se ha encargado de la
edición de este nuevo título (y, próximamente, de otras reediciones, aunque
desconozco los títulos intuyo que estarán conectados con los que nombran en la
entrada de este álbum en su web) y títulos anteriores han pasado,
principalmente, por Corimbo o Los Cuatro Azules (la entrañable serie Poka y
Mina) y, puntualmente, por Libros del zorro rojo y Ekaré. Es una gran
noticia que una editorial se encargue del rescate y nuevas entregas de una
autora que prima la inteligencia del lector y, en definitiva, nos maravilla
abordando cualquier temática desde un punto de vista singular: desde el texto y
la ilustración. Esta es la historia de Millie (los peluches de su habitación o
sus zapatillas de andar por casa nos hablan de sus intereses caninos) que
somnolienta (nos habla un narrador omnisciente) que detesta dos cosas: madrugar
e ir a la escuela (que también nos precisan que es una selecta escuela
privada). Hora del desayuno con su madre y, todos los días, la misma cantinela
(en mi cabeza suenan los Four Tops con It’s the same old song):
¿Puedo tener un perro? La elección del encuadre también refleja esa dualidad
entre la madre y la hija (además de ofrecernos una vista al exterior para
presenciar la arboleda): la primera, mirando el periódico, y la segunda con
cara de hastío ante el conocimiento de la respuesta de la madre. Dos posiciones
sobre el mismo asunto.
A través de los deseos y preferencias de Millie conocemos otros aspectos de su vida: quiere un perro grande y fuerte como su padre Albert o uno peludo de larga melena como su madre (al que llamará Dior). Y, como no, un tono humorístico que se representa en los aspectos de cada uno de los perros (casualmente el de aspecto bizarro es el menos extraño de todos para nosotros) y, también una alusión al juego de las próximas ilustraciones: el perro también comparte semejanza con sus dueñas: Lucette y Georgette. Sea como sea, la insistencia de Millie por convencer a su madre y salirse con la suya. En el polo opuesto, la madre que no accede (pero sus negativas continúan mostrando el sentido del humor: “Tú eres mi pequeño perro”, le dice cuando la lleva de la mano a la escuela). Para Millie tener un perro significa formar parte del grupo de compañeras que se pasan todo el día hablando de sus perros y, para colmo, formando un club selecto (ahora, entenderán el por qué odia la escuela). La obstinación al final tiene recompensa, pero en este punto se incluirá un aspecto menos abordado en la literatura infantil: el abandono de las mascotas en la protectora (de nuevo, como en el final de Farwest, el aspecto bizarro de los personajes y las referencias escondidas).
Comúnmente es la mascota la que suele ser compañera de aventuras
y juegos. También es el contrapunto a un
aspecto esencial en el cuidado de mascotas: no es un juguete y requiere su
cuidado una responsabilidad. Finalmente, tenemos un nuevo compañero para
Millie: ¡Prince! (sí, el del Sign of Times). Todo ese tránsito cuidadoso
y humorístico sirve para enfrentarnos a la segunda parte del álbum: ¿ahora
podrá ser parte del club selecto? ¿Será solo un capricho temporal? También
tendremos una escena en la que conoceremos más peculiaridades de Prince al
final, como un epílogo mágico y una celebración de lo peculiar, de lo que rompe
con cánones normativos, y una sorpresa final que nos devuelve al mundo mágico
de los personajes de Crowther. Un álbum divertido y una historia con final
feliz (de nuevo el bosque y un bello atardecer).
Web de la editorial
https://www.fulgenciopimentel.com/libros/yo-quiero-un-perro
Instragram de Kitty Crowther
No hay comentarios:
Publicar un comentario