Título: Munia y la luna
Autora
e ilustradora: Asun
Balzola
Editorial: Destino
Año: 1982
Páginas: 32
Encuadernación
y formato:
28 x 28 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano.
Reseña:
En nuestro país nombres como el de Asun Balzola (1942-2006) junto
a Carmen Solé-Vendrell o Miguel Calatayud son parte de la hermosa historia
relacionada a la Literatura Infantil y Juvenil, especialmente como figuras que
han creado libros combinando la dualidad de autor e ilustrador en una misma
persona. Tenemos la suerte de contar con entrevistas en medios como Revista Babar
o en el número 119
de la Revista Peonza (originalmente en su número 22) donde podemos indagar en su obra artística y me gusta
especialmente un fragmento en la entrevista en la revista Peonza, cuando le
preguntan si se considera más autora o comunicadora:
“Unos me quieren clasificar como ilustradora, otros como
escritora y hay gente que no está de acuerdo con una de las dos cosas. Pero realmente
a mi lo que me gusta es comunicar” (Peonza 119, p.87).
En 1978 ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil por el maravilloso y entrañable Historia de un erizo (que ojalá reediten pronto después de la sensacional labor de El Jinete Azul en 2010). Siguiendo con la temática de la luna, las nanas y la poesía es el momento de recuperar uno de los títulos de Asun Balzola dentro de la serie Munia que contó con un total de cuatro títulos además de este Munia y la luna en 1982 (Munia y la señora Piltronera, Munia y el cocolilo naranja y Los zapatos de Munia). Muchos de estos títulos han formado parte de corpus de lecturas infantiles de investigadores de nuestro país como José Manuel de Amo o Pedro César Cerrillo.
Es inevitable establecer relaciones con esta serie y la técnica de acuarela con la obra de Chihiro Iwasaki y su serie de libros dedicados a Momoko (o los zapatos rojos de Andersen que conectarían visualmente con uno de los títulos de la serie Munia). Esa belleza, dulzura, intimidad y calma que transmiten sus obras que se proyectan en este libro en colores más oscuros que nos insertan en la noche y el encuentro de Munia (con el que ganó el Premio Apel·les en 1981). Dejo algunas imágenes de los libros de Iwasaki para que observéis la conexión.
En Munia y la luna, Asun Balzola nos envuelve en el camino
al río y en el reflejo de la luna llena. Un universo que en literatura nos
lleva a un campo léxico relacionado con la plata que Balzola omite en un bonito
quiebro que representa al lenguaje infantil: “¡Mira la luna!¡Parece de papel
de envolver chocolates!”. En su paseo familiar a por agua al río, ella se
lleva un poco de esa agua y, también de su reflejo: “Agua de luna”.
Una vez que vuelve a su cuarto, el sueño y su imaginación
nos llevarán a un encuentro con la luna (y recordaremos en su conflicto otros
títulos relacionados con la luna, a la que le falta ese cachito que Munia se
llevó en su botella). En ese encuentro conocemos otras particularidades: Munia
es andaluza (y cecea sin la finalidad de estereotipar dicha característica) y
la luna es vasca (pero no es su prima que el término vasco para luna es “Ilargia”,
que se puede traducir del vasco como “luz que alumbra a los muertos” y es
parte de la mitología vasca como la cara de Dios). El conflicto se
soluciona de una manera hermosa, en el que la luna y Munia quedan unidas de una
manera simbólica enternecedora.
Munia y la luna es una excusa perfecta para recuperar
la obra de una de las autoras más emblemáticas de nuestro país, una figura a la
que volver y seguramente se recuperen algunos de sus títulos en otras entradas
del blog. Hasta ese momento, recordamos esta pequeña maravilla.
Fran
Martínez
Asun Balzola (Revista Peonza 119)
Entrevista a Asun Balzola
http://revistababar.com/wp/entrevista-a-asun-balzola/
No hay comentarios:
Publicar un comentario