miércoles, 20 de enero de 2021

Entradas en azul. Shel Silverstein. Una jirafa y media. Kalandraka

 


Título: Una jirafa y media

Autor e ilustrador: Shel Silverstein

Traductor: Miguel Azaola

Editorial: Kalandraka

Año: 2018. Original: 1964

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 21,5 x 26 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano.

 

Reseña:

A partir del álbum de Milton Glaser y con muchos de los elementos que se recuperan en las entradas de esta semana es el turno de Shel Silverstein y sus divertimentos rimados. Otro ilustrador norteamericano de la época dorada que encontró en la literatura infantil un refugio para la creación de obras con un humor desenfadado e irreverente en el que reaparece el nombre de Ursula Nordstrom y comparte con Tomi Ungerer un universo paralelo dedicado al erotismo (si en Ungerer era el Fornicon, entre otros, con Silverstein hay una recopilación de estos trabajos en Playboy’s Silverstein around the world). En la época que la publicidad y la imagen se abría paso en una sociedad de consumo y en los medios de comunicación, los autores de aquella época encontraban lugares muy dispares para expresar sus diferentes facetas artísticas. Entre sus libros emblemáticos El árbol generoso o La parte que faltaba (un álbum extenso y minimalista cargado de vitalidad en un personaje que canturrea en buena parte de su travesía).

Recuperando su labor poética y de ilustrador, encontramos el minimalismo en blanco y negro de sus dibujos en Una jirafa y media que siguen con la estructura textual basada en el planteamiento de una premisa disparatada (recordamos su divertidísimo ¿Quién quiere un rinoceronte barato?):

Si un día tu jirafa, se estiiiira lo mismo que una media…”

Y, el remate que responde con la comicidad del extrañamiento:

tendrás de pronto, en vez de una jirafa, una jirafa y media.”


A partir de esta situación, se elabora una estrategia narrativa que nos remite a la tradición oral y formulística con el uso de las concatenaciones para el encadenamiento de la historia que cada vez añade un elemento en su más disparatado al anterior. Para que la narración funcione como un eco que se instala en la memoria a través de las enumeraciones de elementos que vuelven siempre a la premisa inicial con ese elemento nuevo añadido y elaborando una nueva rima.

Primero con su peculiar vestimenta, después con la comicidad asociada a las partes de su cuerpo y así con un número de elementos de naturaleza dispar, pero asociadas al universo cotidiano de la infancia: animales, instrumentos, mobiliario, una bicicleta…y un socavón. Punto de regreso narrativo a la reordenación de los elementos (de nuevo, basada en el absurdo): primero adición y, después, sustracción. Un juego que también nos lleva a otra de las entradas de la semana, como El uno era Juan de Maurice Sendak.

Narraciones en verso y encadenamientos surrealistas confieren a Una jirafa y media de Shel Silverstein el sabor inconfundible de la tradición oral. Reminiscencias que danzan con la caricaturesca ilustración de situaciones rocambolescas y, nos recuerda, que el inicio de la competencia literaria precisa el placer de la lectura y la fruición. Absolutamente garantizada con Shel Silverstein.

Adicionalmente, la poesía llevada al absurdo y profundizando en la incorrección (esa que es igualmente disfrutable en la infancia, en sus inicios lectores, como en la madurez del lector que puede mediar en la lectura) en la construcción de personajes con costumbres extravagantes, situaciones cotidianas surrealistas, juegos y, esencialmente, una maravilla puesta a disposición del placer lector. 

Títulos como Where the sidewalk ends (Donde el camino se corta), A light in the attic (Hay una luz en el desván) de 1974 (publicados en castellano con traducción de Victoria Alonso Blanco por la editorial Ediciones B) y Falling up (Batacazos. Poemas para reírse) en 1996. Libros perfectos para evitar el desaliento. Os dejo con algunos ejemplos y un recuerdo (del mismo título que el álbum de Anita Jeram): Inés del revés (en Donde el camino se corta, p.63):

“Con las manos no se come”, dijo su mamá.

“Ah, bueno”, respondió Inés del Revés.

¡Y entonces se puso a comer con los pies!

Otro ejemplo de Donde el camino se corta (Ediciones B, 2001):

 


Hay una luz en el desván (Ediciones B. 2001):



 

Batacazos. Poemas para reírse (Ediciones B,1999):



 

Fran Martínez

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Web de la editorial Kalandraka:

https://www.kalandraka.com/una_jirafa_y_media-978-84-8464-406-4-castellano-2317.html

Y, finalizamos, con su aparición en el show de Johnny Cash en el que interpretaron  un fragmento de A boy named Sue, compuesta por Silverstein y popularizada por Cash, además su interpretación de Daddy what if, que nos devuelve a la musicalidad:





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