domingo, 17 de enero de 2021

Entradas en azul. Maurice Sendak. La cocina de noche. Kalandraka

 

Título: La cocina de noche

Autor e ilustrador: Maurice Sendak

Traductor: Miguel Azaola

Editorial: Kalandraka

Colección: Libros para soñar

Año: 2014. Original: 1970

Páginas: 40

Encuadernación y formato: 21,5 x 28 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano.

 

Reseña:

Siempre es problemático el análisis de los clásicos de la literatura infantil, como en este caso la figura de Maurice Sendak. ¿Qué aportar a estas alturas sobre uno de sus títulos? Probablemente, solo respeto y admiración por sus libros. En este caso, inicia una serie de entradas estas semanas que no se alejan de la temática escogida en este inicio de año en el blog, como es la musicalidad, la tradición oral y el ritmo en la literatura infantil. Maurice Sendak no está alejado de este universo, pese a que su figura ha suscitado análisis desde diferentes perspectivas dentro de la multimodalidad en el análisis del libro ilustrado y la unión entre ilustración, texto y formato.

En esa línea, Nodelman (2013) se detenía en esta trilogía (junto a Donde viven los monstruos y Al otro lado) señalando su figura como un “músico visual”. Y no me extraña esta consideración observando algunas de las entrevistas que se pueden rescatar por la red, como en esta al recibir la medalla Caldecott (que también recibiría por este In the night kitchen), donde siempre vemos un tocadiscos:


Así, en diferentes entrevistas también entendemos su manera de aproximarse al arte desde el sentido de la composición y de la variación de elementos como en una obra clásica (o también una estrategia de las vanguardias como Terry Riley o Steve Reich). Reconocemos a su personaje principal, su estilo y la capacidad para manipular el arte secuencial con diferentes recursos. En La cocina de noche, encontramos recursos del cómic (e incluso en el portal Absysnet de la red de lectura valenciana se puede encontrar categorizado este álbum como “cómic americano”) por el uso de viñetas o bocadillos. 

En sus libros hay baile, jolgorio y felicidad (desde la subversión del ideal adulto de la infancia), además de elementos que han centrado el análisis de muchos investigadores incluso por los símbolos a partir de la desnudez de su personaje y la incursión en la gigante botella de leche para realizar el pastel (junto a esos entrañables homenajes a Laurel & Hardy) como señala Beckett (2013) en el que incluso se señala como alegoría a la masturbación y los problemas de la desnudez en los libros infantiles o la sexualidad, aspecto que también explora Vaughan (2017). Algo que no está muy alejado de la política en redes sociales y la moral proteccionista con el tipo de imágenes que se publican (recuerdo que mi primer blog me lo cerraron en 2008 por emplear la portada del disco de Lambchop, OH, que era una ilustración).

De hecho, esto provocó que su libro fuera censurado en los Estados Unidos o se suprimiera la desnudez de su personaje. Algo que sigue presente en Al otro lado y que también fue calificado como perturbador y que Salisbury (2015) recupera que se inspiró en el rapto del bebé del aviador Charles Lindbergh en 1932. Si nos ponemos a especular, sin fundamento alguno (ya puestos), los ruidos en la pared que le despiertan podrían ser por pillar a sus padres con “las manos en la masa”. En definitiva, elementos que en la obra de Sendak siempre nos activa la imaginación como lectores.

Hasta ahora, tenemos aspectos del análisis sobre el contenido simbólico que tampoco se ha quedado exento de su aproximación desde el psicoanálisis al introducirse la narrativa dentro del sueño (Adams & Rabkin, 2006) o temas sociales sobre el abuso con los que también encuentran relación con En el vertedero con Juan y Pedro (Sipe, 1996; McDaniel, 2001), reeditado por Kalandraka y originalmente publicado en 1993. En la entrevista también señala su amor por Goya y Gotlieb (2008) señala partes de los bocetos iniciales y la conexión de ser devorado cuando Miguel cae en el pastel con la pintura de Caravaggio con El sacrificio de Isaac y, en otras ocasiones, el bigote de los cocineros se señala como referencias al Holocausto o la estrella de David en el bote de sal (con su contorno amarillo).

Como observaréis, es muy difícil aproximarse a una figura tan estudiada como la de Maurice Sendak de una manera superficial. El propósito era centrarme más en los aspectos sonoros y rítmicos de sus textos rimados y que, por suerte, Kalandraka ha reeditado con Chancho-Pancho y los preciosos pequeños libros de Sopa de pollo con arroz (libro de los meses), Lluvia de cocodrilos (un alfabeto), El uno era Juan (libro de los números) y Miguel, un cuento muy moral en cinco capítulos y un prólogo que le conectan con sus libros con Ruth Krauss (especialmente con Un hoyo es para escarbar del que Mercer Mayer tomaría buena nota también en sus libros). Para otra entrada dejaremos las menciones a otros libros que ilustró como Moon Jumpers o El Sr. Conejo y el regalo perfecto. Al final de la entrada seguiremos con algunos de estos títulos y el aspecto musical de sus libros.



Lluvia de cocodrilos. Kalandraka

También, señalaba en diferentes entrevistas su interés por el blues (otro género basado en la repetición y el mantra para señalar la dureza de la rutina, algo que nos conecta también con las nanas) y las nursery rhymes como pasa con En el vertedero con Juan y Pedro o Hector protector y Cuando yo iba por el mar (sin reeditar desde que Alfaguara lo publicase en 1987).

Así, el motivo por el que este título se rescata en esta entrada es por su texto rimado y la gozosa lectura que promueve, repleta de sentido del humor y surrealismo. Otro aspecto que es crucial en este álbum es la tarea de un traductor para mantener ese sentido rítmico. Ahora solo falta el ritmo que se pone mediante la repetición de los cocineros y Miguel cuando se encuentran en La cocina de noche, con sus canciones mientras cocinan o cuando Miguel trabaja la masa del pastel o sale de ella. Momentos en los que el ritmo se hace evidente y la musicalidad es un gesto instintivo por su estructura (y evidente cuando se aclara en el texto: - "Y canta"- "¡Qué bonito flotar entre la leche blanca!/ ¡Viva la leche blanca, y viva yo también!"). Embudos como megáfono y cucharones convertidos en instrumentos de cuerda (yo pienso en un banjo) de los cocineros que recuerdan a las páginas sin texto de Donde viven los monstruos cuando están gritando a la luna en una suerte de danza tribal y en Al otro lado un instrumento de viento (un cuerno mágico).

Aderezados con unas ilustraciones que muestran ese ambiente rocambolesco en la cuidada recreación de una ciudad en la que los utensilios de cocina, ingredientes, envases y su respectiva publicidad que nos envuelven en un mundo cinematográfico (como decíamos, por la secuenciación de la acción con el recurso de las viñetas, dejando la doble página para mostrarnos panorámicas con el alejamiento del foco en el vuelo de Miguel hasta la boca de la botella de leche).

En La cocina de noche de Maurice Sendak es una maravilla: por sus ilustraciones, su ritmo y la desbordante imaginación puesta al servicio de la infancia que nunca nos deja indiferentes. Y, esas características, son las que diferencian a los grandes libros del resto.

Para finalizar, como apunté previamente, el recuerdo al Letrero secreto de Rosie y los diferentes pequeños libros de Sendak que fueron interpretados en modo de musical por la voz de Carole King y animados (para otra ocasión dejaremos lo de Spike Jonze). Disfrutad de Sendak.


Y otra debilidad, escuchar la voz de James Gandolfini (que también puso voz a uno de los monstruos de la película de Spike Jonze), narrando este clásico (y, como no, dándole ritmo a través de sus rimas en la cocina):




Fran Martínez

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Web de la editorial:

https://www.kalandraka.com/la_cocina_de_noche-978-84-8464-851-2-castellano-1749.html

Web Maurice Sendak:

https://www.sendakfoundation.org/

Referencias

Adams, R. V. L., & Rabkin, E. S. (2007). Psyche and society in Sendak’s in the night kitchen. Children’s Literature in Education, 38(4), 233–241. https://doi.org/10.1007/s10583-006-9034-0

Beckett, S. L. (2013). Crossover picturebooks. A genre for all ages. Routledge.

Gottlieb, R. M. (2008). Maurice sendak’s trilogy: Disappointment, fury, and their transformation through art. Psychoanalytic Study of the Child, 63(2008), 186–217. https://doi.org/10.1080/00797308.2008.11800804

Lampert, J., & Walsh, K. (2010). “Keep telling until someone listens”: Understanding prevention concepts in children’s picture books dealing with child sexual abuse. Children’s Literature in Education, 41(2), 146–167. https://doi.org/10.1007/s10583-010-9104-1

Mcdaniel, C. (2001). Cynthia McDaniel Children ’ s Literature as Prevention of Child Sexual Abuse. 32(3), 203–224.

Nodelman, P. (2013). ‘Clever Enough to Do Variations’: Sendak as Visual Musician. International Research in Children's Literature6(1), 1-14.

Salisbury, M. (2015). 100 joyas de la literatura infantil ilustrada. Blume

Sipe, L. R. (1996). The private and public worlds of we are all in the dumps with Jack and Guy. Children’s Literature in Education, 27(2), 87–108. https://doi.org/10.1007/BF02355691

Vaughan, S. C. (2017). In the Night Kitchen: What Are the Ingredients of Infantile Sexuality? Psychoanalytic Dialogues, 27(3), 344–348. https://doi.org/10.1080/10481885.2017.1308213

 

 


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