Título: La cocina de noche
Autor
e ilustrador: Maurice
Sendak
Traductor: Miguel Azaola
Editorial: Kalandraka
Colección: Libros para soñar
Año: 2014. Original: 1970
Páginas: 40
Encuadernación
y formato:
21,5 x 28 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano.
Reseña:
Siempre es problemático el análisis de los clásicos de la
literatura infantil, como en este caso la figura de Maurice Sendak. ¿Qué
aportar a estas alturas sobre uno de sus títulos? Probablemente, solo respeto y
admiración por sus libros. En este caso, inicia una serie de entradas estas
semanas que no se alejan de la temática escogida en este inicio de año en el
blog, como es la musicalidad, la tradición oral y el ritmo en la literatura
infantil. Maurice Sendak no está alejado de este universo, pese a que su figura
ha suscitado análisis desde diferentes perspectivas dentro de la multimodalidad
en el análisis del libro ilustrado y la unión entre ilustración, texto y
formato.
En esa línea, Nodelman (2013) se detenía en esta trilogía (junto
a Donde viven los monstruos y Al otro lado) señalando su figura
como un “músico visual”. Y no me extraña esta consideración observando algunas
de las entrevistas que se pueden rescatar por la red, como en esta al recibir
la medalla Caldecott (que también recibiría por este In the night kitchen),
donde siempre vemos un tocadiscos:
Así, en diferentes entrevistas también entendemos su manera de aproximarse al arte desde el sentido de la composición y de la variación de elementos como en una obra clásica (o también una estrategia de las vanguardias como Terry Riley o Steve Reich). Reconocemos a su personaje principal, su estilo y la capacidad para manipular el arte secuencial con diferentes recursos. En La cocina de noche, encontramos recursos del cómic (e incluso en el portal Absysnet de la red de lectura valenciana se puede encontrar categorizado este álbum como “cómic americano”) por el uso de viñetas o bocadillos.
En sus libros hay baile, jolgorio y felicidad (desde la subversión
del ideal adulto de la infancia), además de elementos que han centrado el
análisis de muchos investigadores incluso por los símbolos a partir de la
desnudez de su personaje y la incursión en la gigante botella de leche para
realizar el pastel (junto a esos entrañables homenajes a Laurel & Hardy)
como señala Beckett (2013) en el que incluso se señala como alegoría a la
masturbación y los problemas de la desnudez en los libros infantiles o la
sexualidad, aspecto que también explora Vaughan (2017). Algo que no está muy alejado de la política en redes sociales y la moral proteccionista con el tipo de imágenes que se publican (recuerdo que mi primer blog me lo cerraron en 2008 por emplear la portada del disco de Lambchop, OH, que era una ilustración).
De hecho, esto provocó que su libro fuera censurado en los Estados
Unidos o se suprimiera la desnudez de su personaje. Algo que sigue presente en Al
otro lado y que también fue calificado como perturbador y que Salisbury
(2015) recupera que se inspiró en el rapto del bebé del aviador Charles
Lindbergh en 1932. Si nos ponemos a especular, sin fundamento alguno (ya
puestos), los ruidos en la pared que le despiertan podrían ser por pillar a sus
padres con “las manos en la masa”. En definitiva, elementos que en la
obra de Sendak siempre nos activa la imaginación como lectores.
Hasta ahora, tenemos aspectos del análisis sobre el
contenido simbólico que tampoco se ha quedado exento de su aproximación desde
el psicoanálisis al introducirse la narrativa dentro del sueño (Adams &
Rabkin, 2006) o temas sociales sobre el abuso con los que también encuentran
relación con En el vertedero con Juan y Pedro (Sipe, 1996; McDaniel,
2001), reeditado por Kalandraka y originalmente publicado en 1993. En la
entrevista también señala su amor por Goya y Gotlieb (2008) señala partes de
los bocetos iniciales y la conexión de ser devorado cuando Miguel cae en el
pastel con la pintura de Caravaggio con El sacrificio de Isaac y, en
otras ocasiones, el bigote de los cocineros se señala como referencias al
Holocausto o la estrella de David en el bote de sal (con su contorno amarillo).
Como observaréis, es muy difícil aproximarse a una figura
tan estudiada como la de Maurice Sendak de una manera superficial. El propósito
era centrarme más en los aspectos sonoros y rítmicos de sus textos rimados y
que, por suerte, Kalandraka ha reeditado con Chancho-Pancho y los
preciosos pequeños libros de Sopa de pollo con arroz (libro de los
meses), Lluvia de cocodrilos (un alfabeto), El uno era Juan (libro
de los números) y Miguel, un cuento muy moral en cinco capítulos y un
prólogo que le conectan con sus libros con Ruth Krauss (especialmente con Un
hoyo es para escarbar del que Mercer Mayer tomaría buena nota también en
sus libros). Para otra entrada dejaremos las menciones a otros libros que
ilustró como Moon Jumpers o El Sr. Conejo y el regalo perfecto. Al
final de la entrada seguiremos con algunos de estos títulos y el aspecto
musical de sus libros.
También, señalaba en diferentes entrevistas su interés por
el blues (otro género basado en la repetición y el mantra para señalar la
dureza de la rutina, algo que nos conecta también con las nanas) y las nursery
rhymes como pasa con En el vertedero con Juan y Pedro o Hector
protector y Cuando yo iba por el mar (sin reeditar desde que Alfaguara lo
publicase en 1987).
Así, el motivo por el que este título se rescata en esta entrada es por su texto rimado y la gozosa lectura que promueve, repleta de sentido del humor y surrealismo. Otro aspecto que es crucial en este álbum es la tarea de un traductor para mantener ese sentido rítmico. Ahora solo falta el ritmo que se pone mediante la repetición de los cocineros y Miguel cuando se encuentran en La cocina de noche, con sus canciones mientras cocinan o cuando Miguel trabaja la masa del pastel o sale de ella. Momentos en los que el ritmo se hace evidente y la musicalidad es un gesto instintivo por su estructura (y evidente cuando se aclara en el texto: - "Y canta"- "¡Qué bonito flotar entre la leche blanca!/ ¡Viva la leche blanca, y viva yo también!"). Embudos como megáfono y cucharones convertidos en instrumentos de cuerda (yo pienso en un banjo) de los cocineros que recuerdan a las páginas sin texto de Donde viven los monstruos cuando están gritando a la luna en una suerte de danza tribal y en Al otro lado un instrumento de viento (un cuerno mágico).
Aderezados con unas ilustraciones que muestran ese ambiente rocambolesco en la cuidada recreación de una ciudad en la que los utensilios de cocina, ingredientes, envases y su respectiva publicidad que nos envuelven en un mundo cinematográfico (como decíamos, por la secuenciación de la acción con el recurso de las viñetas, dejando la doble página para mostrarnos panorámicas con el alejamiento del foco en el vuelo de Miguel hasta la boca de la botella de leche).
En La cocina de noche de Maurice Sendak es una
maravilla: por sus ilustraciones, su ritmo y la desbordante imaginación puesta
al servicio de la infancia que nunca nos deja indiferentes. Y, esas
características, son las que diferencian a los grandes libros del resto.
Para finalizar, como apunté previamente, el recuerdo al
Letrero secreto de Rosie y los diferentes pequeños libros de Sendak que fueron
interpretados en modo de musical por la voz de Carole King y animados (para
otra ocasión dejaremos lo de Spike Jonze). Disfrutad de Sendak.
Y otra debilidad, escuchar la voz de James Gandolfini (que también puso voz a uno de los monstruos de la película de Spike Jonze), narrando este clásico (y, como no, dándole ritmo a través de sus rimas en la cocina):
Fran
Martínez
Web de la editorial:
https://www.kalandraka.com/la_cocina_de_noche-978-84-8464-851-2-castellano-1749.html
Web Maurice Sendak:
https://www.sendakfoundation.org/
Referencias
Adams, R. V. L., & Rabkin, E. S. (2007). Psyche and
society in Sendak’s in the night kitchen. Children’s Literature in Education,
38(4), 233–241. https://doi.org/10.1007/s10583-006-9034-0
Beckett, S. L. (2013). Crossover picturebooks. A genre
for all ages. Routledge.
Gottlieb, R. M. (2008). Maurice sendak’s trilogy:
Disappointment, fury, and their transformation through art. Psychoanalytic
Study of the Child, 63(2008), 186–217.
https://doi.org/10.1080/00797308.2008.11800804
Lampert, J., & Walsh, K. (2010). “Keep telling until
someone listens”: Understanding prevention concepts in children’s picture books
dealing with child sexual abuse. Children’s Literature in Education, 41(2),
146–167. https://doi.org/10.1007/s10583-010-9104-1
Mcdaniel, C. (2001). Cynthia McDaniel Children ’ s
Literature as Prevention of Child Sexual Abuse. 32(3), 203–224.
Nodelman, P. (2013). ‘Clever Enough to Do Variations’:
Sendak as Visual Musician. International Research in Children's
Literature, 6(1), 1-14.
Salisbury, M. (2015). 100 joyas de la literatura infantil
ilustrada. Blume
Sipe, L. R. (1996). The private and public worlds of we are
all in the dumps with Jack and Guy. Children’s Literature in Education, 27(2),
87–108. https://doi.org/10.1007/BF02355691
Vaughan, S. C. (2017). In the Night Kitchen: What Are the
Ingredients of Infantile Sexuality? Psychoanalytic Dialogues, 27(3),
344–348. https://doi.org/10.1080/10481885.2017.1308213
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