miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ulises Wensell (1945-2011)


El martes 29 de noviembre falleció el ilustrador Ulises Wensell. Disfrutar con sus ilustraciones, leerlas, es la forma que El caballo de cartón azul tiene de mostrarle su admiración y cariño.

“Creo que las imágenes que contemplamos en la infancia permanecen en nuestra memoria porque algo en ellas nos tocó la fibra sensible y despertó en nosotros cierta emoción, próxima esa experiencia indefinible y placentera que es el goce estético ante lo que de algún modo nos admira, nos interpela o nos conmueve. Yo intento despertar ese eco sensible, emocional procurando no caer en el ternurismo y sin renunciar a ciertas notas de humor”.

Con Ulises se marcha un clásico, un ilustrador que acompañará siempre al hombrecito vestido de gris, al niño que tenía dos ojos; una persona que nos enseñó a mirar en cada conversación. Ulises supo cruzar las fronteras y publicar en Alemania, en Francia… Se preocupó por “crear formas y espacios que resultaran evocadores, entrañables y en cierta medida creíbles”, por “crear imágenes que contribuyeran a desarrollar y enriquecer la imaginación de los pequeños, su bagaje afectivo, su sensibilidad y su inteligencia emocional”.
“Es, quizá, ese toque de humanidad en la mirada del ilustrador a la hora de recrear un determinado texto literario el rasgo que mejor define su estilo artístico y le coloca por encima de modas pasajeras, de tendencias falsamente vanguardistas, proporcionando a sus creaciones un tono intemporal” afirmaba su amigo el profesor Jaime García Padrino.

http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/uliseswensell/

Entradas en Azul. El punto


El punto
por Rocío Follana Antolín

Peter H. Reynolds: El punto, Serres.

Una niña llamada Vasthi se encuentra en la clase de arte y observa que va pasando el tiempo y todavía no ha podido reflejar nada en la hoja de papel que le ha dado la maestra. La clase ha terminado, pero Vashti continúa todavía pegada a la silla delante del papel en blanco sin saber qué dibujar. Su profesora la anima a dibujar algo, le dice que haga ¡Lo que sea! pero la niña no puede dibujar. Ella sigue pensando que no es ninguna artista. Para demostrárselo a la maestra, clava el lápiz en el papel muy enfadada y le dice a la maestra ¡Ya está!
Lo que Vashti no sabe es que ese pequeño punto que ha reflejado en el papel debido al enfado que llevaba será el comienzo de un viaje interior lleno de sorpresas, que la ayudará a descubrir esa artista que lleva por dentro.
Este cuento es un fábula muy bonita sobre el espíritu creativo que todos tenemos en nuestro interior pero del que ninguno sabe de su existencia.
El autor Peter H. Reynolds con este libro quiere ayudar a todos aquellos que nos empeñamos en que no sabemos o podemos expresarnos artísticamente y nos anima a todos a potenciar ese arte, esa creatividad que tenemos escondida.
Este libro me pareció muy gracioso cuando me lo leyeron y decidí volverlo a leer porque me dejó una sensación muy positiva y pienso que al igual que a mí, puede dejársela a los niños, pues que no sepan expresarse artísticamente es algo que sucede día a día en las aulas y esta pequeña historia puede darle al niño ese pequeño empujón para potenciar su creatividad y mostrar ese arte interior que de alguna manera todos tenemos escondido.