Entradas en Azul. Mar de sábanas
por Neus Sanjuan Blanquer
Albo, Pablo y Auladell, Pablo (il.), Mar de sábanas, Anaya.
Es cierto que cada persona debería aprender a tener lugares secretos que le permitan conocerse mejor y disfrutar de uno mismo; sitios que van más allá de la realidad y se refugian en nuestra imaginación. Espacios a los que poder llamar nuestros y de los que estamos seguros que solo nosotros conocemos. Es inexplicable la sensación que se proyecta cuando tenemos un secreto con nosotros mismos, un lugar del que solo nosotros sabemos su existencia, porque eso nos hace crecer como personas. Pero, como cita el libro “hasta en los rincones más recónditos hay alguien que te echa una mano”. Y esto, es cierto. Todos deberíamos tener la suficiente confianza como para estar seguros de que las personas más cercanas a nosotros siempre van a estar ahí protegiéndonos y dispuestos a ayudarnos en todo; aunque estemos sumergidos en nuestro mar secreto.
Aportando una visión más educativa y didáctica, este libro es fantástico por la cantidad de elementos que pueden auto-trabajarse, en caso de los adultos, o proyectase orientándolo a los más pequeños. Entre otros, trata aspectos como la seguridad en uno mismo; aspecto que encontramos reflejado en la actitud del protagonista, afirmando que puede dominar distintas situaciones y sintiéndose capaz de “sumergirse” en todas ellas sin miedo a encontrar peligros, ya según él: “sé cómo dominarlos”. Otro aspecto por el que afirma sentirse seguro es porque en el mar secreto que vive en él no pueden entrar ni los monstruos ni las pesadillas; pues de nada serviría crear un mundo donde no nos sintamos protegidos y puedan acceder nuestros temores.
En definitiva, es imprescindible que todos y cada uno de nosotros tengamos, ya seamos niños o adultos, nuestro mar secreto. Y este libro nos ayuda en esta función, haciendo que nos sumerjamos y soñemos mientras leemos esta historia que nos cuenta un niño que ha aprendido a vivir continuas aventuras todas las noches dentro de su cama.
“Todos tenemos un mar secreto, pero no viene en los mapas. Para navegar en él no hace falta saber nadar”. No hace falta saber nadar, como bien cita el autor, sin embargo es imprescindible dar rienda suelta a la imaginación y saber dejarse llevar por uno mismo.