Título: Le plus bel été du monde
Autora e ilustradora: Delphine Perret
Editorial: Les fourmis rouges
Año: 2021
Páginas: 128
Tamaño: 19 x 25 cm
Reseña
“¿Estás listo?”
Así comienza el verano más bello del mundo: como un soplo en
el corazón. Las referencias nos llevan por el título del único álbum
(discográfico) que publicaron Javier Aramburu e Iñaki Gametxogoikoetxea bajo el
nombre de Family. Vale, volvemos de un salto al álbum (libro): la historia que
encierra es una mirada al corazón de la memoria y la construcción de nuestras
vidas en torno al vínculo emocional que se plasma en las conversaciones entre
una madre y su hijo. Una relación maternofilial que abarca una mirada a las
generaciones precedentes y la reflexión sobre la transmisión desde progenitores
hacia hijos (la madre también fue hija y así encadenadamente). Ahora, una
vuelta al guiño musical y la alusión que este título conectó instantáneamente
en mi cabeza: El bello verano.
Tu cara triste
Mi amor de plata
Podemos volver a
empezar
Seremos delfines o
ballenas azules
Viviendo en el
fondo del mar
De nuevo, la constelación de referencias nos devuelve a la
literatura y la obra La bella estate (El bello verano, 1949) de Cesare
Pavese a la que hace alusión la letra de Aramburu. En este caso, es una novela
de formación que también nos llevaría a otras referencias cinematográficas en
las que el verano es un marco mental entre el cierre de un curso y el inicio de
otro. El paréntesis vacacional para el remanso y el crecimiento, el
recogimiento de lo familiar y el poso con el que afrontar desde otra mirada
reflexiva nuestra relación con el mundo. El verano en el Levante es como una
losa de membrillo que hace cada respiración más pesada y en el que una brisa a
la sombra es tan solo una promesa fugaz. Como la de los chapuzones de David
Hockney o la promesa de viaje del nadador de Cheever (y que llevó al cine Frank
Perry). Creo que es momento de volver al libro.
Con el álbum Le plus bel été du monde recuperamos la peculiaridad de la ruptura de convencionalismos de la extensión del álbum, como en las últimas entradas se ha hecho alusión con He visto un pájaro carpintero, El pájaro que llevo dentro vuela adonde quiere, Et j’ai rêvé le jour o À qui appartiennent les nuages? (entre otros a los que se hacía alusión en la entrada). Álbumes dominados por su conexión con la memoria desde diferentes prismas. La autora, Dephine Perret, nos acompaña desde un diálogo que interpela tanto al mundo interior del niño como, transversalmente, el del adulto desde el acompañamiento de la madre. Esto se debe a la articulación del texto en diálogos que documentan pequeños momentos y en los que se generan diferentes motivos para diferenciar el tono de la obra: en este caso, la gorra y paisajes a doble página que sirven para una visión panorámica de los diferentes momentos del día reflejados en ese horizonte alejado de la ciudad. Aunque, ese viaje personal, tiene en el niño intentando anudarse los zapatos el reflejo del tránsito del verano. En la mirada del niño, el descubrimiento microscópico de los pequeños detalles que en la ilustración se presentan principalmente en blanco y negro. Una combinación entre acuarelas y plumilla que se combina entre sus diálogos en los que presenciamos momentos de intimidad entre madre e hijo, la celebración de visitas de familiares e inclusive la soledad. Diferentes estampas que tantos recuerdos nos despiertan: las despedidas de las visitas hasta que desaparece el coche de nuestra vista, por ejemplo.
Momentos presentes y recuerdos pasados se combinan en ese
marco espacial y temporal de un tiempo vacacional que pasa con lentitud en las
manecillas del reloj cada día y que nos sorprende cada vez que acaba. Un recorrido
por sus diferentes emociones y sensaciones presentadas como instantáneas o
fotogramas que en el paso de página quedan con nosotros como un recuerdo.
Recuerdos que se manifiestan y la melancolía de evocar a personas que ya no se
encuentran entre nosotros. Momentos que parecen intrascendentes y que se
revelan como la escapatoria de la rutina abrumadora. Sorbos calmados y que se
suceden en estas 128 páginas como una oda a la contemplación. Me recuerda que en septiembre del año pasado me dediqué a escribir sobre álbumes conectados
al verano y, aunque sin palabras, El último verano mantiene ese aroma de conexión con lo iniciático y la
conexión con la inevitable naturaleza expresada en pequeños ciclos en progreso.
La manera con la que Delphine Perret combina esa sensación en los diálogos, la
extensión y las ilustraciones convierten a este El verano más hermoso del
mundo en un refugio en forma de murmullo apacible. Tal vez eso, a fin de
cuentas, es nuestro paso por la vida.
Web de la editorial
https://editionslesfourmisrouges.com/en/produit/le-plus-bel-ete-du-monde/
Instagram Delphine Perret
https://www.instagram.com/delphine_perret_bonjour/