Título: La batalla de Karlavach
Autor:
Heinz Janisch
Ilustrador:
Aljoscha Blau
Traducción: L. Rodríguez López
Editorial: Lóguez
Año: 2020
Páginas: 32
Encuadernación
y formato:
24,5 x 31 cm. Tapa dura.
Idioma: castellano.
Reseña:
Tenía planeadas hace un tiempo una serie de entradas sobre libros-álbum
del austriaco Heinz Janisch (nominado en la primera selección de los Premios
Andersen 2022, como también lo fue en 2010) y con una larga trayectoria con
libros tan destacados como ¡Zas pum! (ilustrado por Helga Bansch), Sencillamente
tú (ilustrado por Jutta Bauer) y, una debilidad personal como El rey y
el mar (ilustrado majestuosamente por Wolf Erlbruch) que quizás era un
candidato perfecto para una semana centrada en cuestiones existencialistas de
los personajes (eso sí, con un gran sentido del humor). Después de La gran
carrera y esa mirada al discreto encanto de las élites (tan poco como
cualquier influencer), vuelve a unir su pluma con otro de sus
ilustradores habituales: el ruso Aljoscha Blau que le acompañó en el divertido El
pañuelo de mi abuela (¡cuántas cosas se esconden bajo este!) y el fabuloso Mejillas
rojas (maravillosa colección de historias que el abuelo cuenta a su nieto y
que obtuvo el Bologna Ragazzi Award en 2006).
Para La batalla de Karlavach se sirve de otra situación inicial basada en el absurdo y emplea todo el formato del álbum para su expresión. Desde las guardas iniciales y finales, todo el libro se emplea para la creación de la narrativa: situación inicial y situación final. Las páginas del libro se centran en el desarrollo del conflicto y prescindiendo del texto, las 4 secuencias (guarda y tres dobles páginas) iniciales nos muestran el origen del conflicto y la división en dos bandos (rojos y azules) que ocuparán su lugar en páginas separadas por el pliegue, recordándonos otros álbumes como De aquí no pasa nadie de Minhós Martins y Carvalho (ilustrador que con La pelota amarilla repitió juego con el pliegue central, entre otras peripecias como As duas estradas) o el empleo entre bandos del rojo y el azul en Los niños no quieren la guerra de Eric Battut o De cómo Fabián acabó con la guerra de Anaïs Vaugelade. El prescindir de texto también es representativo, no solo por la claridad de la imagen: simplemente, no se ha mediado palabra antes del conflicto.
El texto aparece como una llamada a filas, ensordecedor y adoctrinando desde el reclutamiento de soldados para esa batalla con sus líderes enfrentados en lo alto de su atalaya, exigiendo sin descanso el ataque de unos a los otros. También, observamos las consecuencias, las miradas de los soldados después de esa tromba inicial, sus expresiones de abatimiento y resignación ante una afrenta final en la que se desprenden de todo su armamento y coraza. Lo único que queda ahora es el interior de esas corazas, ellos mismos a merced de sus necesidades básicas y esenciales: afecto y sustento El desenlace, por no destriparlo se podría resumir en un poema de Gloria Fuertes en Garra de la guerra:
“Deseamos:
Que no vuelva a haber otra guerra
pero si la hubiera
¡Que todos los soldados
se declaren en huelga!”
Un final con un mensaje claro: desprovistos de corazas y el
enaltecimiento del enfrentamiento, de los himnos e identidades sociales, tan
solo queda el ser humano: frágil y voluble, pero especialmente la idea de
colectivo frente a los grandes discursos y la manipulación que, de una gota
intrascendente, generan la incomunicación y el odio. En definitiva, La
batalla de Karlavach es un álbum con un mensaje claro y universal que
emplea con efectividad los elementos de la narración visual para completar una
lectura atemporal. Cualidades que le valieron la distinción en la lista de los
White Ravens en 2019. También nos recuerda nuestra estupidez para escondernos detrás
de cualquier idea, bandera y pancarta para construir nuestra identidad (al
final, hasta No logo de Naomi Klein es un emblema).
Web de la editorial:
https://www.loguezediciones.es/libro/ver_libro_coleccion?id=353
Web Heinz Janisch
Web Aljoscha Blau
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