Título: Sector 7
Autor e ilustrador: David Wiesner
Editorial: Clarion Books
Año: 1999
Páginas: 48
Encuadernación
y formato:
27 x 23 cm. Tapa dura.
Idioma: inglés.
Reseña:
Finalizamos la semana con otro viaje a nuevas dimensiones con otro de los autores e ilustradores más célebres de la LIJ: David Wiesner. Una trayectoria repleta de distinciones como la Medalla Caldecott (ganada en tres ocasiones por libros que se editaron también en España: Martes, Los tres cerditos y Flotante), siendo este Sector 7 un álbum que también fue candidato a dicho galardón (como también a las puertas se quedó Sr. Minino en 2013)
Álbumes que se recrean en el realismo
de sus ilustraciones, una delicia visual, y la aproximación desde la narración
visual al cómic o al guion cinematográfico en diferentes obras. También,
diferentes títulos tienen una conexión interna que también profundiza en la
metaficcionalidad de sus libros, como lo era especialmente en Los tres
cerditos en 2001 (otra cerdita metaficcional que aprovechamos para
recomendar es Johanna en el tren de Kathrin Schärer), curiosamente la
silueta del animal con el que se cierra Tuesday (1991).
El arte secuencial del cómic que hablaba Will Eisner y el dinamismo en la relación de las viñetas que propone Wiesner en sus libros, como es el caso de Flotante (2006) con el que guarda una relación metaficcional este Sector 7. Elementos que dispone David Wiesner en sus libros que aparecen y se retoman en otras narraciones creando una idea de continuidad en esos libros, como su fijación por la entrada a un mundo fantástico y misterioso de sus protagonistas. Más allá de la realidad (y donde viven libros maravillosos).
En Sector 7, tenemos muchas de las características en su
forma de narración visual en la progresión de Free fall (1988), con el
viaje de su protagonista empleando como unidad narrativa la doble página y el
inicio de la introducción de viñetas en las secuencias narrativas como hizo en Tuesday
(1991). Con Sector 7, se sitúa en un punto intermedio previo a la
pirotecnia visual de Los tres cerditos y Flotante, volvemos a un
mundo más allá de la realidad (estar en las nubes o en la expresión anglosajona Being on Cloud nine) con la entrada del protagonista en el Sector 7 al
que accede al encontrarse con un guía en su visita en la excursión al Empire
State Building en Manhattan un día con niebla (lo de perderse en la niebla será
la conexión con la próxima reseña). En este tipo de libros sin palabras, la
narración visual tiene que ser precisa, ya que el anclaje con el texto no es
posible.
Otro aspecto curioso, es la clasificación de este tipo de libros sin palabras que delimitó Emma Bosch y en un artículo para Ocnos en 2012 también analizaba ¿cuántas palabras puede tener un álbum sin palabras?. En este caso, Sector 7 se consideraba un álbum casi sin palabras dado que los textos que aparecen en la imagen tienen una función narrativa como poner en contexto al lector de la ubicación de la historia (sensacional entrada al Sector 7 a doble página) o el humor en las salidas y llegadas en dicho sector relacionado con los tipos de nubes. Un lugar perdido entre las nubes que, curiosamente, es el fabricante de nubes (y recuerdas de paso el Castillo en el cielo de Miyazaki): Cloud dispatch center. Veremos a los ingenieros, arquitectos y planos para la creación de las nubes y cómo crear sus formas (y aquí la conexión con Flotante) de una manera diferente.
Un viaje y una amistad que, de vuelta a la realidad, restaura la desaparición del protagonista con el resto de su clase, un viaje repleto de detalles y la majestuosidad de la creación de formas marinas surcando como nubes el cielo. Si fuera un género cinematográfico, sería una “buddy movie” (como también lo podría ser el clásico El muñeco de nieve de Raymond Briggs). Diversión, belleza, amistad y trasgresión. Elementos que conjuga con maestría David Wiesner.
Fran
Martínez
Web del autor:
Referencias
Bosch Andreu, E. (2012). ¿Cuántas palabras puede tener un
álbum sin palabras?. Ocnos: Revista De Estudios Sobre Lectura, (8),
75-88. https://doi.org/10.18239/ocnos_2012.08.07
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