Anne Brouillard
L’orage
Grandir, 1998
Reseña.
Días de tormenta. Estruendo y petricor. Llevaba tiempo con
ganas de reseñar este libro de la artista belga Anne Brouillard que ya tuvo una
entrada en el blog con el magnífico Trois
chats. En aquella reseña ya se citaban algunos trabajos teóricos que
señalaban la grandeza de un álbum como L’orage. Desde la comparación de
Van der Linden (2015, pp. 72-73) de las cualidades cinematográficas con las que
se articulan, especialmente, los álbumes sin palabras. En este tipo de álbumes
se requiere de un lector activo, pero en el caso de L’orage la
complejidad de la composición del espacio y de la secuenciación temporal es
todo un desafío. Beckett (2018) también citaba a esta narrativa sin palabras
como un perfecto ejemplo de álbumes que desafían fronteras artísticas bajo el
término “crossover picturebooks”.
“Wordless crossover
picturebooks are multilayered texts that present a complex and enigmatic form
of narration with an endless possibility of meanings. Each reader brings his or
her own personal knowledge and experience to the interpretation of the visual
images and the construction of the narrative.” (p. 213)
Donde todos estos trabajos coinciden es en la ruptura de las dos dimensiones para movernos como observadores entre puertas, habitaciones y espacios. Del mismo modo, el título del álbum nos indica que estamos ante una tormenta (observamos los nubarrones entre la belleza de una tarde en un entorno rural). Cubierta y contracubierta en continuidad dibujan un precioso lienzo que nos remite a un tiempo futuro en la narración. La belleza pictórica de este álbum es otro de los reclamos para una narrativa espectacular como la calificaba Nières-Chevrel (2010, p.130). Ante un acontecimiento que nos resulta familiar, el anuncio de una tormenta, somos capaces de recordar percepciones y memorias de esos acontecimientos. Una tormenta no te puede pillar desprevenido y cuando te sobreviene sin prepararte la confusión e improvisación se adueña de ti. Improvisación suena a música jazz: a Ornette Coleman o Albert Ayler. Una tormenta bien podría ser tan impredecible como el free jazz. Sin duda, L’orage no es una narrativa visual sencilla.
En Trois chats el aura cinematográfica se construía entre el enfoque y el plano con el suspense al cruzarse las miradas de los peces y los gatos. En Le sourire du loup (1992), con el que obtuvo una mención honorífica en la Feria de Bolonia en 1993, el juego se basaba en el zoom. De un plano panorámico que se amplía hasta llegar a la sonrisa del lobo y hacer una especie de metalepsis visual que nos remite al inicio de la panorámica. Adicionalmente, en el contenido simbólico del lobo como depredador con el color rojo.
L'orage es un álbum inteligente que fragmenta con su
mirada el tiempo y el espacio, la secuencialidad y la capacidad de inferir lo
que ha pasado en las páginas anteriores en relación con las imágenes presentes.
Un álbum de enorme belleza que nos permite sentir la confusión de la tormenta,
del sentimiento tanto en el exterior en búsqueda de cobijo, como en el espacio
interior del hogar en el que el sobresalto del viento irrumpe entrando por las
ventanas. El ensombrecimiento en el que aparece el rayo dividiendo la penumbra
del brillo en los cristales. La cualidad tridimensional de la mirada de
Brouillard para el espectador funciona para cuestionarle sobre la ubicación espacial en la que se encuentra inmerso. ¿Qué parte está
viendo en las panorámicas para ubicar la casa de referencia en la que están los
gatos (el negro entrando para esconderse y el anaranjado sorprendiéndose ante
el aviso mientras dormía en la banqueta del piano)?. Un juego que se inicia
desde el espejo con el que vemos el exterior de la casa y con el que
comenzaremos nuestro viaje por los ángulos de su mirada (parece que estemos reconstruyendo la escena como en Blow up de Antonioni). Estos nos revelan los espacios en los que transitan de
los felinos, la pareja de jóvenes que se ven sorprendidos en medio del campo o
las vacas.
Cada acontecimiento de la tormenta es palpable en sus luces, en la dinámica que anuncia su llegada, el viento, el ensombrecimiento, el rayo, el sonido de las gotas repicando en las ventanas, el goteo incesante en los charcos, ondas expansivas en el cubo, el reflejo del cielo en los grandes charcos en la tierra. Juegos de espejos en un tiempo que fluye hasta unificarse en las últimas páginas y en el que buscar la dirección en el que las dobles páginas nos están revelando nuestra posición como observadores en el espacio. Ese movimiento queda perfectamente descrito por Nières-Chevrel (2010, p.131)
“Anne
Brouillard combines this fundamental power of pictures—that is, to tell present
time eternally—with the invention of a camera eye. She pictures our presence in
the book in the disguise of a camera moving around in a three-dimensional
space. The viewer enters a house through a half-open door and goes out of it
through the window; he/she circulates at his/her free will.”
En conclusión, una narrativa visual como L’orage sirve
como perfecto ejemplo del nivel de complejidad que implica la alfabetización
visual, la comprensión multimodal de las estrategias de la gramática visual
desplegadas para compartir un momento reconocible, la tormenta como un crescendo
o una partitura. Desde acordes lánguidos y espaciados hasta la tensión narrativa
que se desvanece ante una nueva calma en la que acabamos transformados. La
lectura precisamente tiene ese poder y en las narrativas visuales no precisa de
palabras para crear una obra tan sugerente y expansiva como esta.
Una grandísima joya de Anne Brouillard y que me acompañaba
una tarde de tormenta en el campo mientras escuchaba con nostalgia de domingo
un disco de Hope Sandoval junto a Colm Ó Cíosóig (piezas de Mazzy Star y My Bloody
Valentine unidas) en Bavarian Fruit Bread (2001). Un disco con dos
décadas cumplidas y con un sonido fuera del tiempo. Hay otras canciones con las
que me gustaría cerrar esta entrada, pero creo que si hablamos de
alfabetización visual esta sirve de perfecto colofón:
Referencias
Beckett, S. L. (2018). Crossover picturebooks. En B. Kümmerling-Meibauer (Ed.), The Routledge companion to picturebooks (pp. 209-219). Routledge.
Bosch, E. (2015). Estudio del álbum sin palabras [Tesis de
doctorado, Universitat de Barcelona]. http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/66127
Martínez-Carratalá, F. A. (2022). Álbumes sin palabras: revisión teórica de los artículos publicados entre 1975-2020. Ocnos. Revista De Estudios Sobre Lectura, 21(1). https://doi.org/10.18239/ocnos_2022.21.1.2746
Meunier, C. (2019). Anne Brouillard et le génie des
lieux. Textyles. Revue des lettres belges de langue française,
(57), 27-42. https://doi.org/10.4000/textyles.3715
Nières-Chevrel,
I. (2010). The Narrative Power of Pictures: L’Orage (The Thunderstorm) by
Anne Brouillard. En T. Colomer, B. Kümmerling-Meibauer, y C. Silva-Díaz (Eds), New Directions in Picturebook Research, (pp. 129-138). Routledge.
Van der Linden, S. (2015). Álbum[es]. Ekaré.
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