viernes, 10 de septiembre de 2021

Entradas en azul. Manuel Marsol. Ahab y la ballena blanca. Edelvives

 

Título: Ahab y la ballena blanca

Autor e ilustrador: Manuel Marsol

Editorial: Edelvives

Año: 2014

Páginas: 40

Encuadernación y formato: 34,5 x 25,2 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano


Reseña:

Durante este periodo, dentro de las fijaciones que cada lector tiene, las reseñas de los álbumes de Manuel Marsol (en solitario o junto a Javier Sáez Castán y Carmen Chica) han sido una constante que, ahora, nos conducen a su primer álbum ganador del III Premio Internacional de Álbum Ilustrado Edelvives: Ahab y la ballena blanca. Un libro-álbum que se enfrenta a un referente literario universal como el de Melville y su Moby Dick (el álbum está lleno de pequeños homenajes a la novela y al autor, como puedan ser las referencia a Nathaniel Hawthorne en las guardas entre otras tantas historias escondidas en sus páginas como guiños cinematográficos, al arte de Warhol, el Monkey Island o C. D. Friedrich y El caminante sobre las nubes para quienes se acerquen al álbum).

De la misma manera, como la ballena, el formato ya tiene unas dimensiones notables y todo se conjuga a la perfección en el juego con la relación bimodal entre texto e ilustración que se inicia después del despliegue repleto del imaginario que el autor reúne alrededor de Moby Dick en las primeras dobles páginas hasta el juego con la réplica periodística (donde ya apuntaba el sentido del humor que después conoceríamos en otros momentos de su obra) del Nantucket Inquirer (publicado por Melville en 1851, claro).

El texto es una narración en primera persona de Ahab y sus peripecias a bordo del Pequod para cazar a la gran ballena blanca. En esa obsesión enfermiza y lucha contra los elementos característica, nos adentramos en un juego de información asimétrica para que el lector empiece a destripar la ironía en la búsqueda, un aspecto que nos recuerda al humor de Jon Klassen, especialmente en Este no es mi bombín. A partir de esa ironía, nos queda el placer visual de escudriñar todos los detalles y fragmentos que Manuel Marsol ha dejado para el placer del lector: navegar entre los contrastes, la materialidad en sus composiciones y el horizonte como espacio en el que observar (los patrones de la bata que Ahab emplea para freírse un huevo, el mortero de all-i-oli o los imanes de la Moby Fridge, por ejemplo) esa ballena con una textura rocosa y escultórica desde diferentes perspectivas. Un placer visual en el que encontrar tesoros escondidos y en el que, la ballena blanca nos recuerda aquello de “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. También, en la entrevista que concedió por aquella época para Un periodista en el bolsillo hablaba del que hubiera sido su segundo álbum, Astro:

Sí, estoy acabando lo que será mi segundo álbum, que parte de las ilustraciones que seleccionaron en la Feria de Bologna de este año. Se llamará Astro, y tiene ciertas conexiones con Ahab y la Ballena Blanca. Pero esta vez los misterios no vienen del mar sino de arriba, del Espacio”.

En una charla en la Llibreria Sendak también comentaba la intención de materializar el espacio como elemento narrativo (si mal no recuerdo) con ese libro y, supongo, que también podemos apreciar a la ballena como esa materialización de la búsqueda obsesiva del protagonista. Mientras esperamos los misterios del espacio, disfrutaremos con Ahab y la ballena blanca. Pasen y comprueben que “El mar es un misterio”.

Fran Martínez

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Web de la editorial

https://www.edelvives.com/es/Catalogo/p/ahab-y-la-ballena-blanca

Web Manuel Marsol

https://www.manuelmarsol.com/Ahab-y-la-Ballena-Blanca-Edelvives-2014

 

Y una voz del océano dice: ¡No desesperes!



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