lunes, 18 de octubre de 2021

Entradas en azul. John Burningham. Las estaciones. Kókinos

 

Título: Las estaciones

Autor e ilustrador: John Burningham

Traducción: Jonathan Cape London

Editorial: Kókinos

Año: 1997. Original: 1969

Páginas: 32

Encuadernación y formato: 24,1 x 30,5 cm. Tapa dura.

Idioma: castellano

Reseña:

 

As it breaks

The summer will warm

But the winter will crave what is gone

Will crave what is gone

Will crave what has all

Gone away

Future Islands, Seasons.

 

Una de las apariciones televisivas más divertidas fue la de la banda Future Islands en el late night de David Letterman de la que aparecieron memes a raudales. Sí, esto sigue siendo una reseña de literatura infantil dedicada a uno de sus grandes autores: John Burningham. En la literatura infantil la naturaleza y sus ciclos son una constante temática para conectar con cuestiones más profundas y existencialistas. La vida y sus ciclos, el flujo constante del tiempo y el orden inmutable de los ritmos circadianos, el cambio de hora, la celebración de los equinoccios, la tibieza de los solsticios y las idas y venidas de las condiciones meteorológicas. Desde hace años, como maestro de primer ciclo de educación infantil, las estaciones han sido parte esencial del aprendizaje y una temática recurrente como es previsible. Siempre me resultó paradójico encontrar en los manuales y maletas educativas (o, simplemente, maletas dado que lo educativo es más discutible) la secuenciación de estos contenidos como algo inmutable: 21 de septiembre, hay que celebrar el otoño y ya saben: las hojas caen, hay castañas, etc, Obviamente, el 21 de septiembre en el Levante continúa siendo caluroso y, la única irrupción en sus altas temperaturas, son los fenómenos popularmente conocidos como “gota fría”. Pasará más de un mes hasta que veamos hojas llenando los suelos de los parques y, con el aumento de las temperaturas, en el Levante hablarles de la nieve y demás fenómenos típicos de cada estación es simplemente un fugazi.

People change
But you know some people never do

You know when people change
They gain a piece but they lose one too

Hay libros estupendos para mostrar el cambio de las estaciones, entre mis favoritos el recientemente reeditado por Kalandraka de Iela Mari, Las estaciones (L’albero en su edición original) o La casa de las cuatro estaciones de Roger Duvoisin. Dada la recurrencia temática en el mercado editorial, álbumes como los de John Burningham nos acercan a la belleza pictórica de sus ilustraciones en las que los paisajes rurales se ven poblados por sus personajes de trazo naíf. Cada estación se inicia con: “la (primavera, verano,…) es…” y, ese el inicio para enmarcar con belleza la eclosión de la vida en primavera (pájaros, cerdos, corderos, patos y flores). 

También aparecerá la infancia y las familias en un entorno rural, apacible y repleto de color. El verano, las vacaciones y súbitas tormentas veraniegas y la casa de campo como espacio inmutable en el que las estaciones se suceden y la vida sigue su ritmo natural. El color anaranjado del sol al llegar el otoño, el gélido horizonte del invierno y la desaparición de la luz por la espectral luna. Hasta que llega, de nuevo la primavera. El ciclo de la naturaleza narrado desde situaciones sencillas, pero con una ambientación del invierno que al llegar la primavera resulta esperanzador. Otra vuelta, siempre recurrente, pero en la obra de Burningham de una gran belleza y calidez.

Por último, me encanta esta portada de It’s a secret por los rótulos de la cubierta emulando los de la icónica serie Twin Peaks. Yo también vuelvo a mis referentes.

 


Fran Martínez

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