Título: La niña de rojo
Historia
e ilustraciones: Roberto
Innocenti
Texto: Aaron Frisch
Traducción:
Carlos Heras Martínez
Editorial: Kalandraka
Año: 2013
Páginas: 40
Encuadernación
y formato:
26,5 x 29,5 cm. Tapa dura
Idioma: castellano
Reseña:
Si ayer traíamos a este espacio a Shaun
Tan como uno de los iconos en la ilustración en el formato álbum, la figura de
Roberto Innocenti (1940) es otro ejemplo de autor clásico dentro de la LIJ.
Entre sus distinciones, el Premio Andersen en 2008, y una innumerable ristra de
distinciones a sus obras en nombre propio o como ilustrados transportando a sus
textos hacia nuevos horizontes donde el realismo, la minuciosidad en la
representación de sus escenarios, y con una cercanía al cómic que se hace aún
más evidente en La niña de rojo. Conexiones con otros ilustradores que
nos llevan por el uso de la metaficcionalidad con Browne, el realismo de Buchholz
y como no, Jörg Müller.
Su obra cuenta con referentes clásicos
como Rosa Blanca (con texto de Ruth Vander Zee) y La historia de Érika
(Chistophe Gallaz), la mirada fija sobre el territorio y el tiempo en La casa
(J. P. Lewis) en el que Innocenti también ilustra con la memoria histórica presente
historias que reflejan el impacto de la II Guerra Mundial. Una mirada sobre la
memoria que se extiende hacia los cuentos clásicos con su popular ilustración
de La cenicienta, Las aventuras de Pinocho y la autoreferencialidad
en El último refugio donde su mente y las conexiones intertextuales en la
narración nos encuadran las preferencias del autor. En la niña de rojo, es el
turno para Caperucita Roja, el cuento popular que más veces se ha
reinterpretado en la LIJ.
En La niña de rojo el lector disfruta
de un texto que reconoce, pero que Innocenti traslada hacia otros entornos y
encuadres cinematográficos. Una auténtica delicia visual en la que perderse en
cada uno de los detalles, letreros y alusiones literarias y cinematográficas.
Estas se dan cita alrededor de una mesa, una especie de actualización del
título de los cuentos recogidos por Rodríguez Almodóvar Los cuentos al amor
de la lumbre, en el que observamos a la figura de una abuela en el centro
de la mirada de los niños que escuchan con atención el cuento. Me gusta el
verbo que emplea: “tejer un cuento”, una manera sutil de evocar el poder de la
narrativa a lo largo de la historia como hilo intergeneracional.
Una primera ilustración que da paso a
la entrada al cuento y en el que se emplea de nuevo la portada del libro, como
una historia dentro de la historia, y con un paratexto evocador como transición:
“Pero tened en cuenta una cosa: un cuento es como el cielo. De repente puede
cambiar, traerte sorpresas o pillarte sin abrigo. Por mucho que mires hacia
arriba, nunca sabes lo que te aguarda”.
Una vez introducida la escena,
bienvenidos al sensacional La niña de rojo. En este, el texto evoca la
narración del cuento tradicional remitiendo al bosque y las ilustraciones de
Innocenti trasladándonos a un entorno urbano, a la fachada de un edificio que
sirve para dividir en viñetas la ilustración. Después, de presentar la
situación inicial, comienza la historia de Sofía (en este caso los autores le
dan un nombre al personaje lejos, al contrario que en el cuento tradicional).
Esa disyuntiva entre texto e imagen inicial, sirve para evocar las relaciones
de la ciudad como una jungla urbana y en el que el juego de referencias se
suceden continuamente, empleando diferentes encuadres y ángulos, viñetas o ilustraciones
a doble página. El despliegue visual es una delicia.
Como lectores inferimos qué puede
suceder en la siguiente página, intuimos la trama, no así la manera en la que
estos se representan. Nos conduce a las afueras, al suspense, el miedo en una
magnífica tarea de guionización. Y, aparece la figura masculina en un largo
abrigo negro como falso salvador. Un ángel, pero exterminador. La tormenta
sacude el camino de la niña a la casa de la abuela y, allí, conoce el desenlace.
La resolución del conflicto, de nuevo,
nos lleva al juego intertextual con los prosificadores más célebres que
recogieron este cuento: Perrault y Grimm. Dos versiones acomodadas a la moral
de su tiempo y un público letrado que no era el predominante (hablamos de 1697
y 1812). En ese desenlace, encontramos una versión modernizada del texto de
Perrault. Modernizada, en contexto, pero no en la lacra de abusos que sufren
las mujeres a lo largo de la historia y, por desgracia, hasta ahora.
El escenario se oscurece, una luz se
mantiene. Un final sin edulcorar. O sí. Esa es la coda que remite a la
narración de los Grimm (aunque el cazador aparece por primera vez en la
narración de Tieck, aunque como ejecutor tras la tragedia y no evitándola) en
la que el verdugo es neutralizado. Un cuento mil veces contado y que, en este
caso, retrata perfectamente en sus viñetas la memoria de este relato prestigiando
al lector. Un magnífico thriller en formato álbum.
Fran
Martínez
Web de la editorial:
https://www.kalandraka.com/la_nina_de_rojo-978-84-92608-66-9-castellano-1589.html
Web de Roberto Innocenti
http://www.robertoinnocenti.com/
Conferencia de Roberto Innocenti en 2014
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