martes, 9 de marzo de 2021

Entradas en azul. Carmen Hermo. Man de Camelle. Kalandraka

 

Título: Man de Camelle

Autora e ilustradora: Carmen Hermo

Prólogo: X. Antón Castro

Editorial: Kalandraka

Año: 2018.

Páginas: 48

Encuadernación y formato: 21 x 29,7 cm. Tapa dura

Idioma: castellano/ galego/ inglés

Reseña:

Ayer iniciamos la semana con Salvaje y continuamos hoy con un álbum sin palabras que es un deleite visual con las ilustraciones de Carmen Hermo. El texto subyacente de la historia se ofrece en el prólogo de X. Antón Castro que nos ubica en la historia detrás de Man de Camelle y su protagonista: Manfred Gnädinger, un artista alemán que centraba su obra en la intervención sobre el espacio natural de la Costa da Morte, en Camelle. Un prólogo necesario para una lectura visual en la que observamos desde el lápiz de Camen Hermo (y comisaria de la exposición sobre el artista) la transición de la industrializada alemana en secuencias que funcionan como un zoom en el que representar icónicamente la ruptura con el modo de vida de las sociedades posmodernas y reconvertir esos hilos que nos atan en el alumbramiento de una nueva idea de vida y, entender la misma vida y el espacio que habitas, como expresión del arte.


En esas primeras cuatro ilustraciones a doble página en la que se emplea exclusivamente el blanco y negro del grafito, con el uso puntual del azul para otorgar un aspecto simbólico a la narración. El ejemplo más claro lo tenemos en la portada simulando los dos ojos del artista: dos ojos repletos de la vista del mar, esa que le acompañaría en su vida y arte. En ese periplo de las imágenes vemos esa huida de la sociedad y el encuentro de su espacio frente al mar, sus manos, sus utensilios y técnicas, su cuerpo famélico, las rocas y los objetos que le ofrece la naturaleza para reordenarlos en la creación de sus esculturas y su casa. En el prólogo Antón Castro hace referencia a sus influencias y su obra como land artista. Un arte salvaje, como la vida. Como solo se puede entender la expresión y la creación artística.

Otra conexión con la reseña de ayer es la canción de Espanto, Mal salvaje (yo quería ser salvaje, me conformaría con un taparrabos), y el nombre de la banda también conecta con el final de la historia del artista, como titulaba una noticia en un diario que se ve en el documental al final de la entrada: “Man, del traje al taparrabos”. El espanto ante el desastre natural causado en la Costa Da Morte del Prestige. Antes, Carmen Hermo nos hace cómplices e invitados en ese espacio que habitaba (el de la naturaleza que esculpía y documentaba, el de su cuerpo famélico) y nos regala la inclusión de diferentes instantáneas tomadas por el artista de su visión cotidiana con la que expresaba su arte. También, la persecución de la civilización industrializada con el asfaltado próximo a su entorno. Esta ilustración se explica perfectamente con la noticia del diario Público:

En la zona donde vivía apenas había casas, aunque el pueblo creció, se hizo un paseo y después un espigón. Él se tumbó sobre el hormigón fresco, porque consideraba que el aquella mole partía en dos su jardín, por lo que el propio cemento pasó a formar parte de su museo. Al principio se había resistido, pero cuando vio que no había remedio, lo consideró una oportunidad para que fuese una extensión de su trabajo, integrando esa obra civil en su obra artística, mas dejando su huella en forma de protesta [Man, quijotesco, llegó a enfrentarse a las retroexcavadoras que lo acosaban. “Las máquinas son cada vez más humanas y el hombre es cada vez más máquina (...). Me gustaría ser un árbol, con raíces y no con pies; o una gaviota, o cualquier criatura menos un hombre”, declaró a la TVG tres años antes de que llegasen los verdaderos molinos de viento al parque eólico de cabo Vilán: a finales de los ochenta eran una novedad, hoy en Galicia todos son gigantes]. Como pensaba que el espigón no debía estar ahí, dejó estampado su cuerpo en el suelo.

Fuente: Público, enlace a la noticia


En las dos últimas ilustraciones completa el círculo de una vida que huía del ritmo de la civilización para verse consumido por ese mismo impacto de la industrialización con una imagen que le hunde en esa tierra que ha visto como devoraba su obra, su espacio y su vida. Y, como se apunta, la tristeza de esa pérdida del espacio también terminó con su vida en 2002. Desvanecida como su entorno. Una tragedia que tiene un regusto poético y simbólico demasiado cruel, como la muerte de un icono como Mark Sandman, líder de Morphine que falleció en el escenario durante la actuación en un festival en Italia. Música para el corazón y, desgraciadamente, un corazón que no pudo latir más. Arte como cura para el dolor.

Man de Camelle es una auténtica expresión artística que reafirma al álbum como uno de los objetos literarios más creativos y libres. Esa libertad que inspiraba a Man y Carmen Hermo interpreta majestuosamente.

Añadiendo algún apunte final con la investigación literaria, muy recomendables las propuestas de análisis de Ana Margarida Ramos sobre álbumes que incluyen dentro de sus temáticas cuestiones referidas al ecologismo, “ecoliteracy”, especialmente a partir de la obra de Bernardo Carvalho (Un día en la playa) y que, además, conecta con otra de las referencias de la editorial: Plasticus maritimus (2020) con Ana Pego e Isabel Minhós Martins. Libros que nos recuerdan nuestros errores como sociedad.

 

Fran Martínez

Twitter

 

Web de la editorial:

https://www.kalandraka.com/man_de_camelle-978-84-8464-437-8-galego-2387.html

Museo de Man

http://www.caminodosfaros.com/museo-de-man/

Web de Carmen Hermo

http://www.carmenhermo.com/

Web Proyecto Man de Camelle

http://www.mandecamelle.com/

Vídeo de Kaladraka TV

https://kalandraka.tv/videos/man-de-camelle/

 

 Documental 1986



 

 

 

 

 

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