Título: Hombre luna
Autor
e ilustrador: Tomi
Ungerer
Traductora:
Elena del Amo
Editorial: Libros del zorro rojo
Año: 2012. Original: 1966
Páginas: 40
Encuadernación
y formato: 23 x 30 cm. Tapa dura
Idioma:castellano
Reseña:
Qué año 1966, un año icónico dentro de la cultura por la
eclosión hippie con discos clave como Blonde on blonde de Bob Dylan, Revolver
de los Beatles y el Pet Sounds de The Beach boys y películas de culto
dentro del spaghetti western con el clásico de Leone Il buono, il brutto, il
cattivo, Persona de Bergman, Blow-Up de Antonioni o Andrei
Rublev de Tarkovski. Centrándonos en el panorama norteamericano (donde
estaba afincado Tomi por aquella época) con la renovación de Hollywood con Who’s
afraid of Virgina Woolf? de Mike Nichols o la maravillosa locura de Seconds
de Frankenheimer. Un contexto en ebullición con las protestas por la Guerra de
Vietnam del 66, en las que Tomi fue un activista con una serie de carteles que
recomiendo su visita (enlace).
En Hombre luna, seguimos con la serie de entradas dedicadas a uno de los iconos más trasgresores de la LIJ contemporánea y cuya amistad con Maurice Sendak (como admiración mutua) nos enmarca en una personalidad icónica que nos devuelve en este blog una y otra vez al repaso de sus libros. Considerado como una de las 100 joyas ilustradas por Martin Salisbury (2015, pp. 118-119), siempre es un deleite acercarse a los personajes de Tomi como este solitario Hombre Luna que veía desde la soledad del satélite la vida terrenal en pleno apogeo: diversión y baile, jolgorio en definitiva, que tanto impregna los libros de Ungerer.
Ese hombrecillo que buscaba compañía dentro de su soledad se ve recibido por una comitiva expectante por conocer ese fenómeno al que rápidamente el poder se encarga de señalar como una amenaza. El temor a lo desconocido, al otro y la alteración del orden establecido sin necesidad de conocer al extranjero: única condición que se impone al Hombre luna para imponerle una condena, sin necesidad de conocer su visión, su verdad. Juicios que vemos a diario en cualquier ámbito y exacerbado en redes sociales donde todo el mundo tiene que tomar un polo o postrarse en su atalaya para transmitir su verdad.
El Hombre luna (supongo que Ungerer sería un admirador de Freaks de Tod Browning) podrá zafarse de esa condena sin fundamento y escapar para gozar de la libertad: la naturaleza, el baile de disfraces (con un lobo bailando con quien podría ser caperucita) y, un aguafiestas que llama a la policía (con su detalle por las figuras militares engalanadas y la insoportable estupidez de las personas que encarnan el poder ataviados con sus trajes, bandas, puros y emblemas distintivos de su posición) descubre de nuevo al Hombre luna a la fuga de la policía. En su huida, se refugia en un castillo donde conocerá a un científico (el doctor Bunsen van der Dunkel, un personaje que mezcla características de druida con la ciencia y que nos conecta con otros personajes que acogen a sus personajes como en Rufus o el Hombre niebla) que le encaminará hacia un final feliz para ambos.
Sueños de conquista espacial del hombre con la luna como
protagonista, como lo fue en 1969 con la tripulación del Apollo 11(y en el 68 la odisea de Kubrick). Conexión que
me conduce inevitablemente a Flicts (1969) de Ziraldo, en un final en el
que nos muestra que el Hombre luna es feliz por satisfacer la curiosidad dentro
de su existencia, pero ambos alejados de la errática condición humana. Un álbum que es una delicia cromática en la contraposición de
fondos oscuros (en azul y negro) con colores cálidos y el trazo inconfundible
de Ungerer en un álbum que mantiene todas las virtudes de un autor atemporal.
Fran
Martínez
Web de la editorial:
https://librosdelzorrorojo.mitiendanube.com/productos/hombre-luna/
Blog Libros del zorro rojo
http://librosdelzorrorojo1.blogspot.com/2012/10/hombre-luna_1.html
Tomi Ungerer
Referencias
Salisbury, M. (2015). 100 joyas de la literatura infantil
ilustrada. Blume
Y, como no, para finalizar su versión cinematográfica en 2012 de S. Schesch
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